In memoriam: con el psicoanálisis y el humor junto al calefón

In memoriam: con el psicoanálisis y el humor junto al calefón

Los 77 años de Osvaldo Aiziczon partieron ayer. Fue unos de los fundadores del Colegio de Psicólogos.

OSVALDO AIZICZON. Compartió mesas con Quino, Caloi y Fontanarrosa. OSVALDO AIZICZON. Compartió mesas con Quino, Caloi y Fontanarrosa.

Un gesto de jazz se amodorra en el insomnio. Una pulsión de cuerpo y alma le late en los sueños. Rumores de piano ventilan sus pensamientos. Un bolero parpadea en la mirada. Freud y Lacan junto a calefón. Una dama sofisticada está a punto de tomar su Tren A. El dos por cuatro de su vida se está “tomando el olivo”. Los 77 años del psicoanalista Osvaldo Aiziczon se despidieron ayer en una chispa de luz.

Los Reyes Magos lo trajeron a San Miguel de Tucumán el 6 de enero de 1943. El Colegio Nacional lo cobijó en la adolescencia y luego la Facultad de Psicología de la UNT, donde egresó en 1967. “Era un gran tipo, una persona muy dedicada a su familia y a sus pacientes, que lo querían mucho. Se destacaba por su sentido del humor y su brillante inteligencia. El domingo, me pidió que sus hijos se lleven bien. Me dejó su compromiso ético con la profesión, con los pacientes. Tocaba el piano y hacía teatro en la casa con un grupo de amigos, era otra forma de cultivar la amistad”, cuenta Eugenio, el mayor de sus tres hijos, también psicólogo.

Roberto, el otro retoño, se convirtió en médico, y Nicolás en pianista. Hace 48 años, Gladys Segal le dio “el sí de las niñas” y desde entonces, ninguna adversidad pudo separarlos. Cofundador del Colegio de Psicólogos de Tucumán, presidió la DAIA; fue director de Cultura en la Secretaría de Extensión Universitaria y coordinador de Radio Universidad. En uno de sus programas radiales hacía una interpretación psicoanalítica de letras de boleros y tangos, donde lucía su acuidad y su creativo humor.

“Leer y reírse”

“Era un enamorado de la vida. Desde que lo conozco, cuando éramos casi adolescentes, lo que lo caracterizaba era ese humor tan chispeante e inteligente. Estar con él, era reírse a carcajadas a pesar de que uno estuviera hablando de cosas serias. Él escribía los apuntes cuando éramos estudiantes, que eran una variación entre lo serio y la comedia, porque en el medio que se estaba hablando de cosas profundísimas de psicoanálisis, ponía un chiste, entonces era leer y reírse a las carcajadas. Un pionero de la psicología en Tucumán, un tipo que se ocupó de sus pacientes y abrió caminos para muchos colegas en la provincia”, recuerda la psicoanalista Yolanda Palacios.

Su veta humorística lo puso inter pares en mesas con Quino, Fontanarrosa, Caloi, Garaycochea, Jorge Guinzburg, Dardo Nofal y Eliahu Toker, en memorables encuentros organizados por el librero Mario Kostzer. Sus lúcidas columnas sobre temas sociales y psicológicos se publicaron con frecuencia en LA GACETA.

El trombón de Glenn Miller se vistió el martes de luto. Una serenata ha deslizado quizás una lágrima en la luz de la luna de Tucumán.

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