Caótico, con golpes bajos y sin respuestas sobre temas centrales

Caótico, con golpes bajos y sin respuestas sobre temas centrales

Por Leila Mohana, analista de política internacional.

02 Octubre 2020

Estas elecciones se desarrollan en un contexto mundial sin precedentes: la pandemia de covid-19, y sus consecuencias económicas, políticas y sociales; y en un contexto local de polarización, especialmente en torno al racismo y la violencia.

Con respecto a estos temas y otros mas, versó el primer debate presidencial, que estuvo plagado de interrupciones, golpes bajos y descalificaciones personales, sobretodo por parte del candidato republicano Donald Trump. Por su parte, Joe Biden, reaccionó en varias ocasiones, ante la imposibilidad de terminar su exposición y contar a los norteamericanos sus ideas y proyectos. Pero, en esta semana, había tenido la oportunidad de exponer públicamente su declaratoria de impuestos, como contracara de la declaración de tan solo USD 750 que pagó Trump al fisco en el año 2016.

La caída brusca de la economía a raíz de la pandemia, y el debate alrededor de la gestión de la misma, tuvo también su espacio. Las restricciones y los perjuicios económicos fueron tema de discusión, y Biden acusó al presidente de haber tenido información sobre la gravedad del virus, y de haber minimizado sus efectos, además de recordar los desafortunados consejos médicos de Trump.

También se debatió acerca de la nominación de la jueza conservadora Amy Barret para la Corte Suprema, trámite acelerado por Trump ante la vacante generada por el fallecimiento de la progresista Ruth Bader Ginsburg, histórica defensora de las minorías, las mujeres, y el cuidado del medio ambiente.

Y, justamente, sobre Medio Ambiente también discutieron los candidatos: Trump se retiró del Acuerdo de París en el 2017, dando la espalda a uno de los problemas globales mas preocupantes, el cambio climático, y reforzando así su tendencia aislacionista.

Por ello, una de las promesas de Biden es retomar ese compromiso internacional, y crear nuevos puestos de trabajo ligados a la producción limpia.

A pesar del caos del debate, algunas ideas quedaron en claro: Trump se negó a condenar el supremacismo blanco, y desde que se iniciaron las protestas masivas, sólo se ha limitado a condenar en reiteradas oportunidades los daños causados a la propiedad privada.

Por otro lado, acusa a los demócratas de intentar imponer una agenda “socialista”. Según su mirada, Biden respondería a una extrema izquierda junto al demócrata Bernie Sanders.

Nada mas alejado de la realidad. Joe Biden es un exponente del establishment norteamericano, habiendo ocupado el cargo de senador desde la década del 70 para posteriormente convertirse en el vicepresidente de Barack Obama en sus dos presidencias.

Otra idea que podemos sacar en claro, es que las “grietas” no son un invento argentino. El mundo atraviesa un proceso de polarización en torno a diversos temas, al mismo tiempo que desanda los caminos de la integración y la cooperación internacional.

Muestra de ello es la falta de respuesta unificada a una amenaza transnacional tan grave como una pandemia, y a la crítica que recibieron los organismos internacionales acusados de una acción incompetente o inacción.

Donald Trump hizo gala de su estilo confrontativo y Biden se sumó al ritmo propuesto por el presidente. Es poco probable que un indeciso haya salido con ideas claras de este debate, pero aun queda tiempo para las elecciones y el resultado final depende de un complejo proceso electoral, que incluye la posibilidad del voto por correo, objeto de cuestionamiento por parte de Trump, quien en una rueda de prensa sembró dudas acerca de una transición pacifica ante la posibilidad de fraude electoral por parte de los demócratas.

Habrá que esperar para una definición.

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