Cartas de lectores

- Doctor Amenábar (I)

La sociedad tucumana está de luto. Una persona íntegra acaba de despedirse de nosotros. Tal vez, después de tanto tiempo de luchar a favor de una mayor equidad y justicia y con el testimonio de su entrega profesional, haya dado permiso a su corazón para dejar de latir; ese corazón que supo derrochar por todos sus poros y rincones generosidad y dedicación al servicio de la salud y de la vida. Nos preguntamos si se le habrá pasado por la mente la imposibilidad de revertir el cuadro de pandemia espiritual que nuestra sociedad y en especial la sociedad tucumana viene padeciendo y cuyo resultado se percibe en el descenso vertiginoso de los niveles ético-morales que rebajan al mínimo la dignidad del ser humano y cuya máxima expresión está en: la falta de honestidad en el trabajo, la hipocresía en las relaciones, la ley del mínimo esfuerzo, el dejar las cosas cómo están, el no te metás… y tantas otras lacras que se han ido pegando en la piel de nuestra gente, gente de a pie, profesionales y políticos incluidos. Una pérdida, la del Dr. Jesús Amenábar, difícil de compensar, dados los valores que supo encarnar en el día a día, tales como la honestidad, el respeto, la dedicación y tantos otros que nadie mejor que sus pacientes y colegas podrían detallar. Su últimos pataleos fueron en forma de valiente denuncia de algunas situaciones irregulares que se cometieron en el centro sanitario donde el trabajaba, en especial el hecho de haber recibido enfermos asintomáticos de covid-19, con su peligro de contagio masivo y una de cuyas víctimas fue él mismo. Solamente haciendo un gran esfuerzo en revertir dicho cuadro de pandemia ético-moral por parte de todos y en especial de las autoridades y poniendo los medios adecuados para revertir dicha situación, habremos conseguido que la muerte del Dr. Amenábar no haya sido en vano.

José Manuel Murga Arnaiz



- Doctor Amenábar (II)

En relación a la polémica legislativa sobre cuál debería ser la institución que lleve el nombre del colega fallecido, que será recordado sobre todo por su bonhomía y sus capacidades profesionales, es mi opinión, exenta totalmente de intencionalidad política, que no es históricamente correcto quitar a un nosocomio el nombre de quien fuera el gran Intendente de San Miguel de Tucumán, Don Luis Zenón José Santillán, fundador del Hospital de Mujeres, de la Asistencia Pública, de bibliotecas, de un Banco de Préstamos y de un sinnúmero de obras que le significaron el título de Gran Lord de San Miguel, con el simple argumento que el doctor desaparecido allí trabajaba. Con ese criterio, podría solicitarse que el sanatorio privado en el cual también desempeñaba sus tareas sea rebautizado. Me parece más atinado designar con su nombre a la entidad sanitaria de calle Mendoza que lleva el de un político no tucumano y a quien la historia, por lo reciente, aún no terminó de colocar en el lugar que le corresponde.

José Luis Allori




- Doctor Amenábar (III)

Con asombro vemos como, con argumentos inconsistentes se pretende cambiar el nombre de centros de salud en nuestra ciudad capital. Estimo que es necesario hacer un estudio razonado sobre el tema antes que llevar a cabo una acción sólo de características políticas, en este momento totalmente devaluadas, como nos tienen acostumbrados nuestros representantes. Conocemos perfectamente los argumentos que respaldan a los que aspiran a un reconocimiento, de estricta justicia, para con el Dr. Jesús Amenábar, quien entregara su vida, en esta desigual lucha contra un virus mortal, por amor a sus semejantes y en cumplimiento de su juramento hipocrático. En cuanto a Zenón J. Santillán (1849-1910), un casi desconocido para las últimas generaciones, debemos recordar que, además de sus valores como hombre público (político probo, periodista, empresario y muy especialmente una persona de bien), tuvo una destacada actuación en relación directa con la salud. En 1886, durante la epidemia de cólera en nuestra provincia, se constituyó en su casa y bajo su presidencia la Sociedad Protectora de Huérfanos y Desvalidos para amparar a quienes perdían a sus familias. Siendo Intendente de San Miguel de Tucumán (1896-1901), amén de ser considerado como uno de los jefes municipales más progresistas de la época por sus realizaciones en la obra pública (apertura de calles, empedrados, agua corriente, etc.) se distinguió especialmente por la preocupación de la salud de los vecinos, a través de obras, en algunos casos que aún subsisten, tal el caso de la Escuela de Parteras en el Hospital Mixto (hoy Hospital Ángel C. Padilla) y Asistencia Pública; entre 1898 y 1901 fundó y construyó un gran centro sanitario llamado Hospital de Mujeres “San Miguel” y que años después fue bautizado Hospital “Zenón J. Santillán”, al que hoy antojadizamente se pretende cambiar de nombre. Obligadamente también debemos referirnos al Hospital de Día Presidente Néstor C. Kirchner, nombre sobre el que evito hacer ningún comentario, dada mi reconocida posición contraria a los populismos. De todas maneras esto no exime a quienes tengan la responsabilidad en cuanto al tema, también analizar los méritos que pudiera tener el ex presidente. Además me parece fuera de lugar e ingenuo, pretender esperar a que se construya un nuevo hospital, que ocurriría dentro de algunos años o tal vez, las actuales autoridades sanitarias provinciales aprovechen para tomar algún CAPS sin nombre para “honrar” la memoria del Dr. Amenábar.

Arturo Dionisio Zelaya



- Doctor Amenábar (IV)

A días del deceso del Dr. Jesús Amenábar, que en vida e internado, elogiaba la actitud de sus colegas, refiriéndose a todo el personal sanitario provincial, se diluyó ese mensaje. El doctor expuso las falencias estructurales del sistema de salud, la interminable discusión salarial y otras cuestiones que al parecer no fueron oídas. Sostengo que no fueron capaces de percibir su reclamo porque políticos y ciudadanos parecen conformarse con el homenaje de que un hospital público sólo lleve su nombre; no soy crítico de la idea, simplemente les pido más y sobre todo a los que llevan representación parlamentaria. Señores legisladores; que sea ley su deseo de ver colegas con ganas de entregar su vida por la profesión; que sea ley que sientan digno su salario por el esfuerzo; que sea ley que sientan que trabajan con orgullo y viven en su tierra. Ese será el mejor homenaje al Dr. Amenábar y tantos otros que se fueron en esta maldita pandemia.

Williams Fanlo



- Doctor Amenábar (V)

Duele mucho la muerte del doctor Amenábar. Es cierto que a muchísimas personas les debe haber sucedido lo mismo: sentirse devastadas por esta noticia lúgubre. ¡Qué lástima! Y fue la primera persona, el primer médico que anticipó hace meses que carecían de insumos suficientes para luchar contra esta pandemia. También le parecía que era inapropiado que utilicen este hospital Centro de Salud para albergar a los enfermos de este virus. Como respuesta ¿qué le contestaron?: 1) Una autoridad del Gobierno le expresó que estaba desinformado. 2) Alguien que se dice representante del pueblo (perdón, que es representante del pueblo) le mandó una carta documento para así callar su voz. ¡Qué lamentable lo que sucede en este Tucumán!

Estela Barba


Balcarce 891 - 
San Miguel de Tucumán



- Doctor Amenábar (VI)

La figura relevante del Dr, Jesús Amenábar partió dejando un profundo dolor y vacío en toda la comunidad tucumana. Profesional consagrado plenamente al ejercicio de la medicina con amor y al servicio de todos aquellos que necesitaban de su atención. La Covid 19 se cobró una vida irreemplazable. ¿Qué se hizo con el cuidado de estas personas que entregaron su vida para atender a enfermos con este virus? En muchas oportunidades estuvo presente, defendiendo los derechos del personal de la salud, pidiendo que se proporcionara todo lo necesario a los hospitales, no sólo de la capital sino también del interior de la provincia, para proteger a quienes atendían a los pacientes con Covid 19. Los tucumanos pudimos comprobar en qué forma trabajó para los demás. Ojalá las autoridades cuiden a los profesionales de la salud, se reconozca su extraordinaria labor y se pueda evitar más muertes. Muchas gracias, Dr. Amenábar, por todo lo que hizo, su lucha y dedicación en pos de una mejor atención de la salud. Su recuerdo perdurará para siempre como un ejemplo de vida. Que el Señor lo tenga en la gloria. Jamás lo olvidaremos por su gran solidaridad hacia los más necesitados. A sus familiares, que Dios les dé resignación ante esta pérdida irreparable. Un digno homenaje a este médico seria cambiar el nombre del Hospital Néstor Kirchner por el de Hospital Dr. Jesús Amenábar.

Marta Lizárraga



- Doctor Amenábar (VII)

Hondo pesar me causó la noticia del fallecimiento del Dr. Jesús Amenábar. Distinguido médico que hizo honor a su profesión. Jesús: nombre muy bien puesto, al que se asimiló por: -Su amabilidad y cariñoso trato con el paciente. -Estudio, perfeccionamiento y excelentes prácticas de la cirugía. -Si el paciente mejoraba, en sus visitas de control, le hacía alguna broma o comentario para levantar su ánimo. - Si sucedía lo contrario, sufría a la par de su familia. Todo lo que destaco y afirmo es porque lo he vivido. Seguramente estará en un lugar privilegiado, muy cerca del Santísimo.

María Lilia Armayor de Masino


Crisóstomo Álvarez 622 - 
San Miguel de Tucumán



- Arthur C. Clarke

En respuesta a la lectora Silvia Ragout (carta “¿Profético? no; científico”, del 11/09): Arthur Charles Clarke fue un destacado científico, maestro de género literario ciencia ficción y notable divulgador. Además, fue uno de los héroes anónimos que ayudaron a ganar la Batalla de Inglaterra; la ventaja táctica de la RAF consistía en la rapidez de detección de las escuadrillas de la Luftwaffe gracias al radar, campo en el que se involucró Clarke (¿Conforme?). ¿Debía yo incluir esta reseña en mi carta del 10/09? Dado el modesto propósito de la misma, no era pertinente. Y no significó, de ninguna manera, menoscabar a Clarke. Por otra parte si la palabra profecía molesta, se puede reemplazar por: literatura de anticipación científica. Considero, además, que lo científico puede ser anticipatorio, que no son categorías mutuamente excluyentes. Y si alguna duda queda respecto de la vocación ficcional de Clarke, recordaré su tercera ley: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

Antonio Juan Liberti


Ecuador 375
 - San Miguel de Tucumán

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