Comerciantes del microcentro no pudieron apuntalar ventas

Cerraron las persianas cerca de las 20 de ayer. Muchos de ellos se quedaron con la sensación de que había demanda, pero no tiempo para apuntalar las ventas. En tiempos de covid-19, la cuestión pasa por sobrevivir y por sostener los puestos de trabajo. El viernes, varios propietarios de locales comerciales del microcentro trataron de frenar a los referentes de la Sociedad de Empleados y Obreros del Comercio (SEOC). Hubo escaramuzas en plena peatonal. Ayer la situación no pasó a mayores. El sindicato copó el microcentro, con batucada, papelitos y referentes que protestaron contra el aumento del horario de atención.

La presencia de efectivos de Infantería calmó los ánimos. Horas antes del cierre vespertino, autoridades de la Cámara de Comercio de San Miguel de Tucumán denunciaron “atropellos, amenazas y amedrentamiento” por parte de manifestantes identificados con SEOC contra comerciantes y clientes. La denuncia se hizo en la Unidad Regional Capital de la Policía, que dispuso un refuerzo de efectivos para los negocios.

Los comerciantes indicaron ayer que estaban abatidos por las complicaciones que tuvieron para ejercer su actividad, pese a que contaban con la autorización municipal para extender el horario de atención, de 10 a 20, tomando en cuenta la fecha especial: las celebraciones de hoy del Día del Niño. “Habíamos tenido una reunión con las autoridades de la Federación Económica de Tucumán (FET), y habíamos arreglado que el horario era de 9 a 18”, justificó el secretario de Administración de SEOC, Oscar Ramón Cano.

Varios de los comerciantes, vinculados con el rubro juguetería, habían tomado préstamos para adquirir mercaderías e intentar escaparle a la recesión y a los efectos de la cuarentena por la pandemia de la covid-19. “No fue un capricho el pedido que también le formulamos al Comité Operativo de Emergencia. Quisimos atender la demanda de esta época, respetando el protocolo de bioseguridad aprobado por ese comité. La extensión horaria buscaba ese efecto. A los empleados les pagamos las horas extras y a los que no querían asistir se les respetaba todo su derecho”, indicó a LA GACETA Gabriela Coronel, presidenta de la Cámara de Comerciantes capitalinos, una entidad que representa a poco más de 300 empresarios del microcentro. La caída de las ventas, según sus proyecciones, será estrepitosa, entre un 30% y un 35%, y en línea con el comportamiento a la baja en las ventas por cantidades del comercio minorista, medidas por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “Tenemos la sensación de que el sindicato se apodera de los negocios, que no nos deja trabajar y tratan de amedrentarnos, a comerciantes, a clientes y a empleados con actitudes que rozan con la violencia”, expresó Eugenia Sadir Botines, vocal de la cámara. “No se puede hacer abuso de la fuerza sindical, atropellando a la gente”, agregó.

El COE había dispuesto que, por razones de bioseguridad, debe haber un cliente cada 16 metros cuadrados con el fin de evitar contagios de covid-19. Eso disminuye el flujo de atención y, por eso, se requirió la extensión del horario comercial. En ese sentido, el intendente Germán Alfaro había dado el aval, a través de un decreto, para permitir que se amplíe el horario y, así, no haya agolpamientos en los comercios durante una fecha particular.

La protesta no respetó ese distanciamiento social. Hubo batucadas sólo en el microcentro, mientras que en comercios instalados fuera de las peatonales había filas de clientes, que esperaban su turno cerca de las 20, según pudo constatarse. En la zona de El Bajo no hubo control de bioseguridad ni movilizaciones. La Cámara de Comercio, que agradeció la colaboración policial, indicó que se hicieron gestiones anticipadas para evitar aglomeraciones y que intentó, infructuosamente, hablar con los gremialistas, que, según las empresarias, no contestaron las llamadas.