La Argentina post-canje

La Argentina post-canje

Por Regina Martínez Riekes. Asesora financiera.

09 Agosto 2020

Max: Espero que aprecies el sacrificio que estoy haciendo.

Capitán von Trapp: Pero no tienes alternativa.

Max: Lo sé….Por eso lo estoy haciendo.

(La Novicia Rebelde – 1965)

Hay que pasar agosto

“Le escribí al puesto de flores preguntando si tenía planta de ruda para vender. Me contestó que no, pero con gusto me convidaba licor de caña con ruda”, contaba la rubia de metro ochenta desde su balcón en Palermo. Desde ese mismo balcón donde se sienta, desde hace 140 días, a “tradear” en el mercado local.

El homenaje a la Pachamama no fue suficiente. El lunes siguiente, primer día hábil de mes, nuevamente colapsaron las plataformas electrónicas de bancos. De a U$S 200, cada vez más argentinos buscan dolarizarse. “Estimado cliente. El sistema no está disponible en este momento. Por favor, inténtelo más tarde”, se leía en la página de una de las principales entidades financieras del país.

El apetito por el billete verde continúa sin cesar. Días previos el Banco Central dio a conocer el balance cambiario para junio. Nuevos picos máximos. Los 3.300.000 individuos suenan exorbitantes al comparar con 450.000 que compraron en febrero y marzo. Es una prueba más de que si bien los índices de confianza al gobierno pueden ser altos, a la hora de los actos, los argentinos buscan proteger sus ahorros.

Siga el Baile, siga el baile

A las plataformas bancarias paralizadas se sumaron las declaraciones del ministro de Economía Martín Guzmán en un combo explosivo para el mercado. En un reportaje otorgado a Página 12, el discípulo de Joseph Stiglitz declaró: “no hay más en términos de lo que el país puede pagar año por año”. Asimismo anunció que retomaría la negociación con el FMI aun sin acordar con bonistas.

El acuerdo de canje parecía que debería esperar. Las pantallas se tiñeron de rojo. El contado con liquidación trepó a $ 128.

Antes del mediodía, Lenin Moreno, presidente de Ecuador, anunciaba que su país había llegado un acuerdo con acreedores. “Somos los únicos parias”, se quejaba un inversor tucumano mientras miraba melancólicamente a corredores y “bikers”, desplazarse por la avenida Perón de Yerba Buena.

Color esperanza

Recién entrada la siestita, las pantallas comenzaron a cambiar. Aumentó el volumen operado. El rojo furioso se convirtió en verde esperanza. El mercado empezó a “pagar” y dio vuelta la rueda. ¿Cuál era la noticia que explicaba estos movimientos?

“Rumor de que arreglaron en U$S 54,80. ¿Escucharon algo?” Pregunta, mate en mano, la rubia de pelo lacio. ¡Habemus acuerdo! El té de ruda habría funcionado. El valor final promedio para los nuevos bonos, es de U$S 54,80. La mejora en la propuesta se logró no con un aumento en los desembolsos nominales de capital e interés, sino con un adelantamiento de estos.

En el mundo financiero, se cumple la regla básica de “$1 hoy, vale más que $1 mañana”. Eso explica que anticipar en el tiempo los pagos aumente el VPN (valor presente neto) o número final de la oferta. Se trata de un flujo futuro de pagos descontado a una tasa de mercado del 10%. Esa “exit yield” es la responsable tanto de nuestros éxitos como de los fracasos.

Por un lado explica que a este costo, hoy tengamos cerrado el financiamiento en los mercados. Por otra parte, hace que invertir en Argentina se vuelva atractivo. Cualquier portfolio manager necesita de papeles argentinos para poder aumentar el retorno de sus carteras. Menos de la tercera parte de la renta global rinde por arriba del 3% anual.

Color Esperanza

“Saber que se puede. Querer que se pueda”, rezaba el hitazo de Diego Torres, allá por el desesperanzador 2001.

Argentina con este canje evita profundizar una crisis. Al esquivar el default, se evade una pérdida en el valor de los activos financieros. Con bonos en retroceso, paridades en torno al 25% habilitarían el ingreso a fondos buitres. Las autoridades bien lo saben, ya que fueron Gobierno durante los años de litigio y embargos trabado por el entonces juez de Nueva York, Thomas Griesa.

El acuerdo implica estirar los vencimientos de deuda, dando oxígeno para organizar la macroeconomía. Sin embargo, aun restan pendientes en el plano financiero. FMI, canje ley local, y salida a Pimco para los bonos en pesos, marcan la agenda financiera.

El mercado lo sabe, por ello la algarabía del canje se desvaneció. La “buena semana” terminó con fuerte presión al dólar mep y bajas tanto en bonos del canje como en deuda CER.

Cocodrilo que se duerme

Con la cantidad de trabas a la compra de divisa, la única herramienta disponible para relajar la presión al dólar libre es aumentar el retorno en pesos. El Banco Central lo sabe, es por eso que subió recientemente la tasa de plazos fijos para montos hasta $1 mm.

El martes próximo, el Tesoro licitará nuevos bonos. En el mercado se preguntan si acompañará la estrategia de su par monetario. Ello implicaría que debería mejorar el retorno de bonos, llevando la sobretasa por arriba de inflación a terrenos positivos y confirmando la señal de venta de estos papeles.

Cautela para quienes estén posicionados en estos activos. Recordar que en su tramo corto, los bonos CER exhiben paridades superiores al 100%, mostrando una fase de agotamiento en el rally alcista. Como bien reza el tercer mandamiento financiero: “Nadie se volvió pobre por tomar ganancias”y este puede ser un muy buen momento para ello.

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