Semana Beethoven: un genio en tiempos de incertidumbre y cambios

Semana Beethoven: un genio en tiempos de incertidumbre y cambios

La vida de Ludwig van Beethoven transcurrió entre agitaciones políticas y sociales que alumbraron una nueva era.

GUSTAVO GUERSMAN: “Beethoven-hombre va más allá de su arte”. GUSTAVO GUERSMAN: “Beethoven-hombre va más allá de su arte”.

Ludwig van Beethoven, como todos los creadores universales, trascienden época y lugar, por lo que es absolutamente actual en su potencia creadora y en todo lo que nos dice”, asegura Gustavo Guersman, quien conduce las orquestas de la Universidad Nacional de Tucumán en la Semana Beethoven que se está desarrollando con conciertos que se difunden por las redes sociales de la casa de altos estudios.

En el homenaje de hoy, a las 19 y por los 250 años de su nacimiento, se escuchará la Sinfonía número 4, concierto para piano, con Fernando Pérez como intérprete solista.

Esta tarde, además, el director participará junto con el docente y divulgador cultural José Luis Conde de la charla “Beethoven mirando su época y la nuestra”, para abordar facetas de la vida y obra del genial compositor alemán. “Ante esta incertidumbre y desasosiego que vivimos, sus obras nos brindan un discurso rotundo y profundamente afirmativo, nos ofrecen certidumbres que necesitamos casi tanto como el aire que respiramos. Hay heroísmo, tragedia, lucha y conflicto, pero siempre un radiante triunfo en la conclusión que nos permite experimentar profundas sensaciones de liberación”, afirma Conde.

GUSTAVO GUERSMAN: “Beethoven-hombre va más allá de su arte”. GUSTAVO GUERSMAN: “Beethoven-hombre va más allá de su arte”.

- El título de la charla es inquietante. ¿Cuáles son las miradas sobre cada época?

- (Gustavo Guersman - GG) En lo personal, creo que Beethoven-hombre va mucho más allá de su arte. La música será en él una de las formas más potentes de contarnos cómo ve y cómo siente su época.

- (José Luis Conde - JLC) Beethoven vive a caballo entre dos épocas, la del Antiguo Régimen y la de los tiempos revolucionarios. Es un testigo privilegiado de hechos que provocaron, en aquella sociedad europea de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, la sensación de que la historia se aceleraba. La historia evoluciona a través de dilatados períodos en los que un determinado paradigma se instala y da la impresión que llega para quedarse. Pero cada tanto se producen hechos que provocan crisis sistémicas de tal magnitud que todas las certezas parecen derrumbarse. Sin duda, con todas las salvedades que se puedan hacer, aquella sociedad europea sintió esa aceleración y esa sensación de que la Historia se desbocaba tal como sentimos nosotros en estos días.

JOSÉ LUIS CONDE: “su obra otorga placer estético e intelectual”. JOSÉ LUIS CONDE: “su obra otorga placer estético e intelectual”.

- ¿Qué puntos de contacto y cuáles son las principales diferencias que hay entre las dos épocas?

- (JLC) En aquel momento estuvieron aquellos hombres y mujeres, como también lo estamos nosotros ahora, frente a la necesidad de darle a lo conocido la dignidad de lo ignorado. Esa impresión de vivir en un caos permanente y en un oscuro bosque de antinomias no debe haber sido muy distinta de la que hoy sentimos, pero no experimentaron la actual sensación de fragilidad planetaria por las amenazas ambientales. En las diferencias, antes hubo certezas tales como que la verdad y la justicia eran conceptos absolutos al alcance del hombre. Fueron tiempos románticos, es decir, de individualismo y nacionalismo exacerbado. La llamada “alta cultura” comenzó a dejar de ser algo reservado exclusivamente a los estamentos de la nobleza. Beethoven vive esos tiempos de democratización del arte en general y de la música llamada culta en particular; y se erige en la figura más representativa. Siente que su música tiene que interpelar y estimular en quienes la reciben ideas profundas de fraternidad universal y amor por la naturaleza que proceden del pensamiento iluminista alemán. Puede haber algo de esa utopía de hermandad entre los hombres (el “Todos los hombres serán hermanos” de la Novena Sinfonía) en la quimera posmoderna que ilusoriamente promete la revocación de todas las divergencias con la interconexión de la Humanidad en el ciberespacio.

- (GG) Entre otras cosas, la humanidad sigue padeciendo desigualdades, hoy más visibles que nunca. Recordemos que Beethoven adhiere a los ideales de la Revolución Francesa, igualdad, fraternidad, libertad, los que hay que entender en profundidad. En cuanto a las diferencias, hoy podríamos cambiar todo: para hacerlo tenemos los medios económicos, tecnológicos, científicos, etc... Es solo cuestión de una toma de decisión de los líderes del mundo.

- ¿Qué aporta su música?

- (JLC) Placer estético por la belleza en sí del material sonoro y placer intelectual por cómo elabora, manipula y jerarquiza. A mí me halaga tanto emocional como intelectualmente. Me apasiona ir siguiendo las evoluciones y elaboraciones de fragmentos melódicos muy pequeños que cobran vida propia mientras discurre la música. Constatar una y otra vez su capacidad inaudita para articular un discurso orgánico con la dosis exacta de unidad y de diversidad.

- (GG) Estudiar, transitar una partitura es como un viaje. Considero a sus sinfonías excluyentes para un director, un músico y para todo aquel que ame la música. Son la garantía de hacer un viaje; en lo personal, siempre me enseñan y siento que mejoran mi percepción del mundo.

- Alguien que está empezando con lo clásico, como oyente o como músico, ¿debería hacerlo por Beethoven?

- (GG) No creo en que haya una receta. Están sin dudas Bach, el ya popular Vivaldi, Mozart, Brahms, Stravinsky... Pero Beethoven deja huellas muy marcadas, nos lleva desde la oscuridad a la luz.

- (JLC) No necesariamente. Hay sensibilidades diversas y también casualidades en la vida que hacen que uno entre por una u otra puerta. Yo empecé en mi adolescencia con el barroco, y luego, después de pasar por Mozart, llegué a Beethoven. Habría que reformular esa idea “lo clásico” como sinónimo de música culta. Lo que comúnmente se llama música clásica, y que prefiero llamar académica, no es en realidad un tipo de música. Es la impresión que se tiene en las disquerías donde casi toda la música universal, desde la de los trovadores medievales hasta las propuestas más vanguardistas de épocas recientes entra en una batea con el rótulo “clásica”. Un milenio de música comprimido en un espacio pequeño. Es como querer meter el océano en un balde. Toda la música folklórica y popular que se consume surge de esa matriz mal llamada música clásica. Todo aquel que se familiarice con las expresiones más complejas de la música popular, está en condiciones de incursionar en el mundo de la llamada música de concierto.

- ¿La cuarentena está opacando el año Beethoven?

- (GG) Claramente nos ha puesto bajo un paraguas de incertidumbre global que prioriza nuestra salud ante todas las cosas. Lamentablemente ir a escuchar un concierto (de los cientos que estaban programados para homenajearlo) será casi imposible al menos durante 2020.

- (JLC) Definitivamente sí y no podría ser de otra manera. Beethoven puede esperar, ahora hay prioridades.

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