16 Mayo 2020
DATOS. Las precipitaciones de febrero favorecieron la aparición de cancrosis.
En el marco de la pandemia de la covid-19, y con todos los cuidados pertinentes, la sección Fitopatología de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) continúa desarrollando actividades de apoyo a la actividad limonera de la provincia.
Se continúan recibiendo consultas y realizando análisis para el diagnóstico de las enfermedades cuarentenarias. Estas actividades son consideras esenciales para la exportación de limón, y se realizan en el marco del programa de Certificación de Fruta Cítrica con destino a la Unión Europea (UE) -y a otros mercados con similares restricciones cuarentenarias-, a cargo de Senasa y con la participación de Afinoa como ente fitosanitario. En este sentido, muestras con síntomas dudosos son analizadas en el laboratorio mediante técnicas convencionales y moleculares.
Además, se continúa brindando el servicio de monitoreo de patógenos de poscosecha en los empaques, para prevenir la manifestación de podredumbres en la fruta destinada a la exportación.
Otras de las actividades que se están desarrollando son las evaluaciones de los ensayos de control de enfermedades y los recorridos para analizar la situación sanitaria del limón en la presente campaña de exportación.
Comparación
“Los relevamientos realizados están mostrando que la situación sanitaria es diferente a la que se presentó durante la campaña pasada. Por un lado, en la presente campaña se observa una menor incidencia de melanosis y botrytis, dos enfermedades que afectan la calidad de la fruta y que causaron severas disminuciones de los porcentajes de fruta exportable en 2018/19”, contó Gabriela Fogliata, coordinadora de la sección.
Agregó que la actual campaña tuvo condiciones menos favorables para la infección, debido a que se registraron precipitaciones más bajas que el año anterior durante el período de desarrollo del fruto; en especial, durante setiembre y octubre, meses determinantes para este tipo de hongos que infectan al fruto en estadios fenológicos tempranos.
Con respecto a la cancrosis, enfermedad de gran preocupación para el sector exportador -debido a las restricciones cuarentenarias de la UE y los Estados Unidos-, dijo que al analizar las condiciones meteorológicas, se observó por un lado un noviembre con lluvias por encima de los valores normales, que podrían favorecer a una infección temprana, situación observada puntualmente en los ensayos que lleva a cabo la sección Fitopatología, que mostraron síntomas iniciales de cancrosis un mes antes de lo habitual. “Por otro lado, las precipitaciones de febrero, acompañadas en algunas zonas por viento -según informes de la sección Agrometeorología de la Eeaoc- también constituyen condiciones predisponentes favorables para la infección de la bacteria que causa la cancrosis. Esto debe ser considerado por los empacadores a la hora de seleccionar adecuadamente la fruta de esas zonas a embalar”, advirtió Fogliata.
Añadió que un análisis de la situación de cancrosis en los últimos años indica que hay que tener especial atención al mes de febrero, en cuanto al manejo de la enfermedad. “Su control es preventivo y se realiza con productos cúpricos, que aplicados en las dosis, volúmenes y momentos correctos brindan una herramienta eficaz para su control”, recordó.
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