14 Mayo 2020
NADA CAMBIÓ. Desde hace casi dos meses que las instalaciones de los clubes de fútbol permanecen cerradas. Y aún no hay certeza de cuándo se volverán a abrir.
“Para que vuelva el fútbol todavía falta, y falta mucho”. Con esa frase Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes de la Nación, cortó en seco las esperanzanas que tenían algunos de ver rodar la pelota en el corto plazo. En Atlético y en San Martín tomaron debida nota.
“Falta mucho”, recalcó el ex presidente de San Lorenzo y no es para menos. CABA y el gran Buenos Aires son las principales zonas de conflicto en la lucha nacional contra el coronavirus. Guste o no, todo gira alrededor de esas ciudades y si la “cabeza” está mal es imposible pensar en que todo pueda comenzar a normalizarse. “Me junté con el ministro de Salud, Ginés González García, para empezar a trabajar el protocolo para la flexibilización gradual y para que empiece la práctica de todos los deportes, no sólo del fútbol”, informó Lammens. Pero aún así, mientras las ganas están, hay detalles que impiden que la pelota pueda volver a mostrar acción en las canchas del país.
El fútbol es un deporte de contacto y que se juega en equipo. Ahí radica el principal inconveniente para retomar las actividades. Por eso armar los protocolos será mucho más difícil en ese caso que en el tenis o el atletismo, que se desarrollan de manera individual.
Si bien en las últimas horas había surgido el rumor de que los planteles volverían a los entrenamientos el lunes 25 de mayo, eso quedó descartado rápidamente. Porque el fútbol que todos conocen no se verá por mucho tiempo.
De hecho trascendió que el protocolo para la vuelta de los entrenamientos sería a partir de grupos de entre cinco y seis jugadores, quienes deberían llegar cambiados e irse a bañar a su casa porque no podrán compartir vestuario. Pero para eso falta mucho, bastante; tal cual lo dejó en claro Lammens.
La covid-19 no da treguas en el área metropolitana de Buenos Aires. Las cifras de infectados sube día a día y ese no es un dato menor. De hecho, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció hace algunos días que todo el país avanzaba a fase 4 en la lucha contra la pandemia, menos el AMBA.
“Entre CABA y el Gran Buenos Aires, donde está el foco del virus, tenemos más de 70 clubes, enclavados en zonas críticas. Es imposible pensar en jugar al fútbol, un deporte de contacto, en el que movilizás al menos 100 personas por partido”, había declarado hace algunos días Sergio Marchi, presidente de Futbolistas Argentinos Agremiados.
“Con Ginés, somos muy futboleros, pero lamentablemente no podemos hablar de fechas”, insistió Lammens. Claro, es imposible pensar en eso. Si Buenos Aires no avanza de fase, el deseo que tienen los allegados al fútbol quedará trunco. Ni hablar si este mes el índice de contagios sube de manera significativa, lo que hasta podría desembocar en un retroceso de fase. Ahí sí la pelota quedaría quieta, quizás, hasta el año próximo.
Ahora sólo queda esperar que las medidas tomadas permitan tener el mayor control posible sobre la pandemia, porque eso también será un guiño para la vuelta.
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