Máxima seguridad: cómo se entrena en el hipódromo en plena pandemia

El entrenamiento de los caballos de carreras no se detiene en ninguna parte del mundo. Los ejemplares necesitan continuar con una práctica mínima, ya que al estar alojado en boxes, si no realizan ejercicios pueden sufrir problemas serios de salud. Y el hipódromo de Tucumán no es la excepción, aunque se tomaron nuevas medidas de seguridad debido a la pandemia de covid-19 y al avance del dengue en la zona. Todas las personas que ingresan al circo hípico deben hacerlo con barbijos, están obligadas a respetar la distancia mínima de dos metros y por cada ejemplar solamente puede haber dos responsables (el que lo monta y el que lo recibe después de la práctica).

“Nos basamos fundamentalmente en las recomendaciones que dan desde el Ministerio de Salud de la Nación. La idea es tratar de minimizar el riesgo. Estamos exigiendo el uso de barbijos para todos y los jockeys, además del casco que llevan siempre, deben montar a sus caballos con barbijos. También limitamos la cantidad de gente. Solamente permitimos la entrada de dos personas por caballo. Es decir el jockey o el vareador, acompañado por el peón o el entrenador”, contó Rubén Moisello, delegado de la actividad hípica. “Estamos controlando que las normas se cumplan con la guardia policial y con el personal afectado al vareo. Ni los entrenadores ni lo peones pueden estar uno al lado del otro, como ocurría antes de esta pandemia. Les pedimos, y por suerte todos están cumpliendo, que mantengan la distancia aconsejada”, agregó el dirigente de la Caja Popular de Ahorros.

Sin contacto físico

El turf es una actividad deportiva donde no existe el contacto físico entre los jinetes, por eso es que en algunos lugares del mundo como Estados Unidos, Japón y Australia, las competencias continúan, aunque en casi todos los casos sin público en las tribunas. “En un principio tenía mucho miedo de ir al hipódromo a montar. El temor era de contagiarme de coronavirus y después pasarle el virus a mi familia. Había decidido no ir, pero con el correr del tiempo cambié de opinión. Creo que la necesidad económica también jugó, porque si no corremos no tenemos ingreso, pero al menos vareando algunos propietarios te ayudan. Lo que me deja más tranquilo es que se tomaron varias medidas para tratar de evitar el contagio. Todos estamos con barbijos. Tomamos conciencia de que es un elemento necesario. No hay que relajarse. Aunque hay pocos caso en Tucumán, está claro que aún está todo bien complicado”, expresó Sergio “Cheo” Abregú. “Acá estamos ansiosos por volver a competir, pero aún no sabemos cuándo ocurrirá. Aunque no se puede correr, se debe seguir entrenando. Extraño mucho los domingos sin carreras. Ojalá que las carreras vuelvan pronto, pero creo que será muy difícil correr sin público en Tucumán”, agregó el jockey de 29 años.

Arnaldo Lastra es uno de los jinetes que tiene asistencia perfecta en las mañanas de ensayo. “Nosotros no podemos parar con nuestro trabajo. Los caballos necesitan entrenar. Entonces, lo que debemos hacer es cuidarnos entre todos, respetando las normas de seguridad. En la mochila tengo alcohol en gel y estoy siempre con el barbijo puesto. Además montó los caballos con guantes. Además apenas llego a mi casa, me saco toda la ropa y la pongo a lavar. Es una forma de cuidar también a mi familia, porque está claro que estamos expuestos al salir a la calle”, dijo el jinete, que el próximo 3 de mayo cumplirá 34 años. “Nunca tuve miedo por el coronavirus, aunque soy consciente de que si no cumplimos con las medidas mínimas de seguridad, las probabilidades de contagiarse aumentarán. En el hipódromo estábamos acostumbrados a juntarnos todos después del entrenamiento. Siempre nos quedábamos los jockeys, los peones y algunos entrenadores a compartir una gaseosa y a charlar. Ahora no se hace nada de eso. Estamos manteniendo la distancia que recomiendan”, expresó “Wily”.

Los peones también cumplen sus funciones dentro de las caballerizas cumpliendo las normas de seguridad. “Trabajamos todo el tiempo con el barbijo puesto, tanto para limpiar los caballos, como cuando tenemos que llevarlos a la pista para que realicen el entrenamiento. Además en el hipódromo no te dejan ingresar si no lo tenés puesto”, contó Enrique “Pájaro” Abregú, que cumple funciones de peón en la caballeriza “El Pili”.

En la primera etapa de la cuarentena, la pista estuvo habilitada solamente tres días, mientras que actualmente funciona de lunes a viernes. “Antes de la pandemia la pista funcionaba todos los días, de 7 a 10.30. Actualmente es de lunes a viernes y de 8 a 10. La idea es que la gente cumpla su labor, pero que esté el mayor tiempo en sus casas. Espero que todo pase lo más rápido posible y que podamos volver a la normalidad. Por ahora, no abrimos la ventana de par en par”, graficó Moisello.

El dengue

El avance de los casos de dengue en la provincia es otra cuestión que preocupa en el circo hípico de avenida Irineo Leguisamo. “Estamos en una zona muy expuesta. Tenemos antecedentes de personas con dengue en la zona y por eso estamos desinfectando cada dos días todo el predio del hipódromo. Ya tenemos la autorización de la Caja Popular de Ahorros para comprar dos equipos completos de fumigación y con los empleados del hipódromo saldremos a fumigar todos los barrios aledaños. Uno de los problemas que tenemos es que el canal que pasa al frente del predio tiene mucha basura y agua. Me gustaría pedirle a los vecinos que colaboren y que no tiren basura, y a la Municipalidad de la capital que haga una limpieza general. Esta es una tarea conjunta y nosotros estamos dispuestos a colaborar. Nos cuidamos del coronavirus, pero el dengue también es muy importante”, explicó Moisello.

“Por suerte ahora no hay tantos mosquitos. En el hipódromo están fumigando y eso también me da tranquilidad. Para nosotros, el dengue es un problema tan o más importante que el coronavirus. No hay que descuidarse de nada”, señaló “Wily” Lastra.

La covid-19 y el dengue están al acecho, por eso en el turf extremaron los niveles de seguridad.