Cuáles son los escenarios posibles del coronavirus en Tucumán, según un grupo de investigadores

Cuáles son los escenarios posibles del coronavirus en Tucumán, según un grupo de investigadores

Tres economistas tucumanos estudiaron el comportamiento de las curvas de contagio en nuestra provincia. "No hemos matado el monstruo, pero la gente cree que sí".

EN EFECTIVO. Según las conclusiones de los investigadores, el Gobierno debería facilitar los medios para llegar con la bancarización a mucha más gente. EN EFECTIVO. Según las conclusiones de los investigadores, el Gobierno debería facilitar los medios para llegar con la bancarización a mucha más gente. LA GACETA / Inés Quinteros Orio.

La primera bala, la cuarentena obligatoria que comenzó el 20 de marzo y que terminaba el 1 de abril, era la bala de plata. La gran oportunidad argentina para matar al monstruo. Pero no llegó a aniquilarlo. Apenas lo dejó rengo y se puede recuperar con más fuerzas que nunca.

"El gran problema es que la gente está pensando que sí matamos al monstruo. Como ven que los casos no se disparan, y como necesitan salir, lo hacen. Se está relajando cada vez más la cuarentena y el peligro de un brote repentino está a la vuelta de la esquina. Argentina se mantuvo estable entre 100 y 150 casos nuevos de covid-19 por día, y eso es bueno, pero no quiere decir que se haya matado al monstruo. Apenas lo dejamos rengo", alerta Andrés Sebastián Mena.

Mena es economista, docente de la UNT e investigador de Conicet. ¿Y qué hace un economista jugando con las curvas de la epidemia de coronavirus en el mundo? Pues todo, porque la propagación de la enfermedad depende en una gran medida del comportamiento de las personas, de cómo se mueven por las ciudades y en su vida cotidiana. Entonces, Mena y dos colegas, Alejandro Danón y Andrés Ramasco le pusieron matemática a esos comportamientos para hacer predicciones sobre los posibles escenarios de la pandemia en Tucumán.

“Covid-19 en Tucumán: proyecciones sobre el efecto esperado de las políticas de aislamiento en la curva epidemiológica y cantidad de hospitalizados”, es el nombre el trabajo que plantearon los investigadores desde su propio confinamiento en sus casas y que volcaron en la web https://economia.studio/covid-19/

Cuáles son los escenarios posibles del coronavirus en Tucumán, según un grupo de investigadores

“Este tiene el principal objetivo de proyectar escenarios posibles de la situación epidemiológica de covid-19 en Tucumán durante los seis meses posteriores al 13 de abril de 2020. Esperamos con este trabajo contribuir a una discusión fundada sobre lo que debemos esperar los próximos meses en la provincia y que pueda ser útil para la toma de decisiones tanto individuales como de políticas públicas”, resume el abstract de este primerísimo borrador.

Mal no estamos, pero tampoco bien. "Caminamos al borde del precipicio", dice él. "Y da mucho miedo porque en nuestro país y en nuestra provincia no están dadas las condiciones para cumplir con una cuarentena estricta, que hasta el momento es lo único que ha logrado detener la epidemia”, advierte.

Con tiempo para hacerlo y con curiosidad sobre qué nos depara dentro de las próximas semanas, Mena y sus colegas pusieron a funcionar el modelo matemático SEIR, que se utiliza para explicar y predecir las curvas de contagio de las enfermedades infecciosas, y lo hicieron exclusivamente para Tucumán.

Tres escenarios

En el trabajo de investigación que presentaron plantean cinco escenarios posibles, pero se pueden sintetizar en tres, explica el joven economista:

1. Un escenario que ya es puramente hipotético, de cuarentena cero, sin restricciones de ningún tipo. Es lo que pasó en China durante el primer tiempo, porque nadie sabía nada entonces el virus circula y se reproduce libremente. "En ese caso -explica Mena-, el pico de contagios sería en julio y tendríamos unas 5.000 personas necesitando terapia intensiva. Y en Tucumán hay 300 respiradores disponibles. Sería una catástrofe", asegura.

Cuáles son los escenarios posibles del coronavirus en Tucumán, según un grupo de investigadores

2. El segundo es un escenario más moderado. Una cuarentena más relajada, restringiendo sólo las escuelas y otras actividades que impliquen aglomeraciones, similar a lo que se está haciendo en Suecia. "En ese caso, según nuestros cálculos, el pico se corre hacia agosto y tendríamos unas 3.000 personas en terapia intensiva. Sigue siendo muy por encima de nuestras posibilidades", explica Mena.

3. El tercer escenario es una cuarentena como la que tiene actualmente el país, con restricciones más generalizadas pero aún así lejos de ser un aislamiento absoluto, como sí se llegó a implementar en China por ejemplo. Nadie, pero nadie en la calle. "Nosotros no hemos logrado que el virus deje de circular completamente: hay nuevos casos todos los días. En este caso, de seguir así, pateamos los picos de casos para después de septiembre, que es hasta donde llegan nuestras proyecciones, y serían unos 300 pacientes críticos. Estaría controlado. El problema es que un pequeño cambio en el comportamiento de la gente, puede cambiar rápidamente ese escenario", plantea.

El relajamiento de la cuarentena

Ese "pequeño cambio en el comportamiento" es, sencillamente, el relajamiento de la cuarentena, tal como se ha visto en los últimos días, con aglomeraciones en los lugares de pago, bancos y calles. Esto no es solo una sensación: en el borrador del trabajo, Mena, Danón y Ramasco citan los reportes de Google sobre la movilidad de las personas. Es simple: con tu celular en el bolsillo siempre, Google puede saber si te quedás en tu casa o si salís. Y los últimos reportes dicen que efectivamente la cuarentena se está relajando.

"Un ejemplo es la concurrencia a los lugares de trabajo. En marzo, con la primera cuarentena, había bajado un 80% la concurrencia a lugares de trabajo. En el reporte del 11 de abril, en cambio, se ve que ha bajado 43% la concurrencia, es decir la mitad. Eso es muy peligroso", advierte Mena. 

"Otro punto que nos acerca al precipicio, al desborde del contagio, es la presunción de que la cantidad efectiva de infectados está subestimada. Esto por las personas que no presentan síntomas, que nunca llegan a formar parte de la estadística; y también por el índice de testeo: si aumenta el número de tests, aumenta el número de positivos. Pero no podemos saber cuál es cantidad de infectados que nos está quedando fuera del cálculo, entonces todo eso también implica un peligro".

En Tucumán uno de las grandes contras es la aplicación compulsiva del impuesto a los Ingresos Brutos, que se cobra en los movimientos de caja de ahorro. Entonces nadie quiere que le depositen o transfieran, lo que obliga al uso del efectivo. En este contexto, ese modo de recaudación mata gente", advierte Mena.

Una cuarentena que progresivamente se distiende más el número limitado de tests, igual a un cóctel explosivo con consecuencias que no se pueden calcular. "Lo que vemos con esta enfermedad es que los casos se disparan de un momento a otro, en muy poco tiempo. En Italia el 23 de febrero tenían tres muertos por covid-19. El 23 de marzo, un mes después, tenían 6.000 muertos"

¿El escenario imposible?

Dado que no existe todavía una vacuna o tratamiento, la única manera de correrse del borde del precipicio es una cuarentena estricta y absoluta, señalan los investigadores, en base a las experiencias documentadas en los países que primero tuvieron que lidiar con la pandemia. ¿Puede existir ese escenario en Argentina y, sobre todo en Tucumán? Mena y sus colegas no lo ven posible.

"Creemos que no es sostenible que estemos mucho más encerrados de lo que estamos. Sería lo óptimo, pero no lo vemos posible. Por cuestiones económicas principalmente, porque tiene costos altísimos que la economía esté paralizada. Por una cuestión de controles también, porque está visto que está soprepasada la capacidad de control del cumplimiento de la cuarentena", señala Mena.

ITALIA, DESOLADA. Los datos que aporta el comportamiento del contagio en el país europeo son útiles para las proyecciones locales. ITALIA, DESOLADA. Los datos que aporta el comportamiento del contagio en el país europeo son útiles para las proyecciones locales.

Para los investigadores, las ayudas económicas que ha facilitado el Gobierno no serán suficientes para lograr que la gente se quede en sus casas. También se pone sobre la mesa el enorme volumen de la economía informal, que depende básicamente de la circulación de la gente en la calle.

"En el caso de la Argentina, y de Tucumán en particular, hay fuertes incentivos para la informalidad. Un ejemplo es la negativa a usar medios electrónicos para hacer pagos y ventas. En Tucumán uno de las grandes contras es la aplicación compulsiva del impuesto a los Ingresos Brutos, que se cobra en los movimientos de caja de ahorro. Entonces nadie quiere que le depositen o transfieran, lo que obliga al uso del efectivo. En este contexto, ese modo de recaudación mata gente", concluye Mena.

¿Y entonces?

La pregunta sigue siendo, entonces, cómo hacer para alejarse del borde del precipicio. Las conclusiones de estos tres investigadores tucumanos son, a su vez, propuestas para que sean discutidas entre los que toman las decisiones. Mena las enumera de la siguiente manera:

1. Esto todavía no ha pasado. La primera conclusión es que lo peor todavía no ha llegado y que todavía queda bastante camino por recorrer. La enfermedad está activa y puede crecer repentinamente. Hasta ahora las estrategias han funcionado, pero si nos descuidamos podemos tener picos muy peligrosos.

2. La cuarentena funciona. En Tucumán, en Argentina y en el mundo, la cuarentena funciona. Es indiscutible e indispensable. El problema es que es muy costosa, entonces los gobiernos tienen que trabajar muy fuerte para compensar esos costos, colectivos e individuales.

3. Estamos comprando tiempo a un precio muy elevado, y hay que saber aprovecharlo. Preparar el sistema de salud como se lo está haciendo es un modo de aprovecharlo.

4. La cuarentena no es sostenible en el largo plazo. Es fundamental que el sector público y privado se ponga creativo para que la gente pueda seguir trabajando, produciendo, comprando y vendiendo para que no se muera la economía. "Nos han planteado un dilema entre vida y economía, pero la verdad es que son complementarias. La vida es lo que permite que exista la economía, y necesitamos de la economía para vivir. Lidiar con ambas cosas (vida y economía) al mismo tiempo es lo que hace tan difícil esta situación", concluye Mena.

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