Por el coronavirus, el Papa pidió un "cese al fuego" global

Por el coronavirus, el Papa pidió un "cese al fuego" global

Además ponderó la diplomacia y el trabajo humanitario y reflexionó sobre la sobrepoblación carcelaria.

PAPA FRANCISCO / reuters PAPA FRANCISCO / reuters
29 Marzo 2020

En una nueva transmisión en vivo del Ángelus, el papa Francisco aprovechó la oportunidad para apoyar el pedido del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de un “cese al fuego” global mientras dure la pandemia por coronavirus. En la oración, también dedicó una reflexión sobre la situación de sobrepoblación en las cárceles.

“En los días pasados, el secretario general de la ONU lazó un llamado para un cese del fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo, recordando la actual emergencia por el covid-19 que no conoce fronteras”, fueron las primeras palabras del Sumo Pontífice durante la tradicional oración.

“Me asocio a los que han acogido este llamado e invito a todos a seguirlo, deteniendo toda forma de hostilidad de guerra, favoreciendo la creación de corredores para la ayuda humanitaria, abriéndose a la diplomacia, con atención a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad”, señaló.

“En particular, que suscite en los responsables de las naciones y en las otras partes un renovado empeño para superar la rivalidad. Los conflictos no se resuelven a través de la guerra. Es necesario superar los antagonismos y los contrastes, mediante el dialogo y una constructiva búsqueda de la paz”, consideró el Papa.

Francisco también le dedicó unos minutos a “todas las personas que padecen vulnerabilidad de ser obligadas a vivir en grupo, como casas de ancianos, cuarteles”. Y quiso prestar particular atención a las personas en las cárceles: “Leí un apunte oficial de la comisión de derechos humanos que habla del problema de las cárceles sobrepobladas, que podrían volverse una tragedia”.

En ese sentido, le solicitó a los gobiernos “que sean sensibles a este grave problema y que tomen las medidas necesarias para evitar tragedias”.

“La hipocresía con la que la fe vive, la crítica destructiva de los demás, la ofensa, la calumnia y la marginación de los pobres”, concluyó.

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