Mataron a su hermana en un femicidio y lucha para que no se desmembre su familia

Mataron a su hermana en un femicidio y lucha para que no se desmembre su familia

Maisabé tiene 23 años y se hace cargo de sus cuatro hermanos y de su sobrina. Ella reclama para que se modifique la carátula de la causa en la Justicia y pueda percibir el subsidio por la Ley Brisa.

¿Cuánta angustia cabe en una casilla de tres por seis metros? Toda la angustia de Maisabé en su lucha para poder mantener a su familia junta. Ella tiene 23 años y se hace cargo desde hace dos años de sus tres hermanos: A. (19 años); E. (14 años) y J. (9 años), y de X. (5 años), su sobrina. Todo desde que su hermana un año menor, Lucía Juárez, fue asesinada e intentaron quemar su cuerpo en diciembre de 2017. Maisabé denunció en la Justicia por el asesinato de su hermana a dos personas: a su mamá, Lorena Frenoux, y a su última pareja, Ezequiel Adra. Los nombres de sus hermanos y de su sobrina se preservan porque son menores de edad y todo el caso está en la Justicia. A la familia se sumó un miembro más: Maisabé tiene una bebita de meses. Ellos no quieren que los separen. El relato es el de una joven desesperada por sobreponerse a todo para que su familia no se desmembre. Desde el crimen, atravesó -dice- un derrotero de violencias e instancias burocráticas.

“Lo que me interesa es estar mejor con toda mi familia”, le cuenta Maisabé a LA GACETA. Cuando ocurrió el crimen, el domingo 10 de diciembre de 2017, distintos divisiones de la Policía cercaron la casa en la que vivían para realizar pericias. Los hermanos pasaron las primeras noches separados, en casas de familiares y vecinos. Estuvieron dos meses así. Después, por los recuerdos, eligieron no volver a esa casa a pesar de que la Policía y la Justicia la habilitaron nuevamente para vivir.

Al poco tiempo le prestaron una primera casilla a Maisabé y se trasladaron a un terreno de un barrio del sur de la ciudad -ella pide que no se consigne la zona por miedo a que se intensifiquen las amenazas de familiares de los acusados del crimen-. Tiene tres metros de ancho por seis metros de largo. Se instalaron con algunos colchones y camas. Su nueva casa. Así, casi un año. Vecinos, amigos y algunas organizaciones se acercaron a ella y así consiguió otra casilla para ampliar su casa: ahora tiene dos habitaciones y una cocina comedor. Grupos de amigos hicieron colectas y rifas para comprar materiales de construcción y complementar el aporte en insumos del Ministerio de Desarrollo Social: tiene un baño de material a medio construir. Lo usan, pero dándose maña con tachos con agua. Los chicos pueden ducharse en su casa. El Estado también aportó muebles -una mesa, cinco sillas, una cama y un armario- y una ayuda económica por única vez de $ 3.000, según la joven.

El dinero de la última rifa es para pagar la mano de obra que falta para terminar el baño y para pagar la conexión de la SAT y así tener agua de manera regular. Debe $ 19.000 de luz y le cortaron el servicio porque no tenía manera de refinanciar al menos una parte de la deuda: $ 6.000. Le ocurre lo mismo que a muchos vecinos del barrio que informaron padecer por el costo de la electricidad.

A la preocupación judicial por las distintas causas -fueros Penal y de Familia- se suma el dinero. Maisabé cobra la Asignación Universal por Hijo (AUH) por su bebita. Antes de charlar con este diario ella acababa de presentar nuevamente los papeles para lograr cobrar la AUH por sus dos hermanos más chicos, que van a la escuela y a los que les corresponde ese beneficio del Estado. “No cobro aún por mi hermano de 14 ni por la de 9, esperamos que recién el mes que viene salga el pago. Pasaron dos años, hubo que hacer un montón de papeleo”, comenta. El otro ingreso de la familia es el sueldo que cobra el novio de Maisabé, que trabaja en una cadena de heladerías: no viven juntos pero él le da la mitad de su salario.

La joven contó que hizo distintas presentaciones, ayudada por sus abogadas, para que la carátula de la causa cambie de “Homicidio agravado” a “Homicidio agravado por violencia de género” y así pueda percibir también la ayuda que le corresponde por la Ley Brisa, un monto asignado como reparación del Estado para las hijas e hijos de mujeres víctimas de femicidio. Equivale a una Jubilación Mínima, fijada en $ 14.067,63. Distintas organizaciones hicieron presentaciones para que se produzca el cambio de carátula. “Vengo ahora de hacer el tramite por la ley Brisa, momentáneamente hay que espera la respuesta de Buenos Aires. Hay que aguardar la resolución de ese expediente, que me dijeron que demora dos meses”, dice Maisabé. El caso penal se tramita en la Sala II de Tribunales Penales y tiene asignado el fiscal de Cámara IV Daniel Marranzino. Maisabé y su familia tienen asignados dos módulos alimentarios por mes del Ministerio de Desarrollo Social para garantizar la alimentación, pero la entrega suele ser discontínua.

Estar juntos

En la casa de Maisabé viven seis, contando a su bebé. La hermana más chica de ella, que tiene 9 años, le dice mamá: “ella es la más chica de nosotros, nuestra mamá está presa con prisión preventiva, su papá no está, falleció hace tres años. Así que sólo me tiene a mí. Por eso no nos puedo dejar solos, somos una familia”, sigue el relato.

“Lo más urgente es tener agua y poder terminar el baño. No pudimos poner el agua porque la SAT cobra mucho, hay gente que nos está ayudando con eso. No tenemos agua potable ni cloacas porque en la calle donde vivo no hay conexión. Queremos terminar el baño así que por eso hice una rifa para pagarles el jornal a los albañiles. Ya lo están terminando, quedará una semana mas de trabajo”, agrega Maisabé.

Estar juntos, repite varias veces Maisabé. Eso es lo que quiere con su familia. “Es lo que nosotros hemos querido, estar juntos. No los iba a dejar solitos a ninguno -por sus hermanos y su sobrina-. Vivíamos siempre todos juntos, desde que nacimos hasta ahora. Siempre los he cuidado porque soy la más grande y mi mamá tenía que salir a trabajar. Pasó lo que pasó, me tuve que hacer cargo porque no había nadie mas que se pueda hacer responsable”, sigue contando.

“Tenemos muchos momentos juntos”, cuenta la joven sobre su familia. “Siempre hacemos todo juntos, nos sentamos a la mesa a desayunar, almorzar, merendar, cenar. Nos reímos mucho. Me gustaría que mi sobrina crezca con nosotros, y que crezca feliz. El domingo pasado ha cumplido años y estaba chochísima. Se puso triste un momento porque preguntaba donde estaba su mamá”, sigue y se larga a llorar angustiada.

“Me gusta recordarla cuando hacía chistes, nos reíamos mucho. Era una buena mamá. Por lo menos la he disfrutado mucho antes de que le pase todo. Hacíamos muchas cosas juntas, éramos muy unidas. Salíamos a tomar café juntas, íbamos a bailar juntas. Por lo menos tuvimos nuestros momentos buenos. Así la quiero recordar, porque como la encontramos ha sido horrible, horrible”, dice llorando más fuerte Maisabé y su bebita se altera y la acompaña en el llanto.

“La voy a recordar siempre con esa sonrisa que tenía, con ese buen humor, aunque a veces era medio idiota”, se guarda una risa como tregua en el llanto. “Hay muchas cosas que me voy olvidando. No me gusta. Veo muchos videos en el celular para no olvidarme su voz, su cara, su sonrisa. Han pasado dos años y no la puedo ver, no le puedo contar tantas cosas, no podemos estar juntas. Mi sobrina decía ‘Y mi mamá por qué no viene a mi cumpleaños’, y no sabía qué decirle. Cinco años tiene y llora por su madre. No quiero nunca olvidarme de ella”, termina Maisabé.

El expediente: la Policía encontró su cuerpo quemado

La última vez que Maisabé vió a su hermana Lucía Suárez fue el viernes 8 de diciembre del 2017, según el expediente de la causa penal. Ese día fueron a tratar de aliviarse del calor en El Cadillal. Volvieron a la casa a la noche. Al día siguiente, Lucía se levantó temprano y se fue a la casa de una vecina que vivía al lado. De acuerdo al documento, esa casa era un refugio para Lucía, donde iba cuando se peleaba con Lorena Frenoux, su mamá. Maisabé fue a trabajar. A la noche, Maisabé y una de sus hermanas salieron a bailar. La invitaron a Lucía pero no quiso ir. A las 2 de la mañana, vieron que puso en su estado de whatsapp “Me voy a dormir sola con mi pukilina -como llamaba a su hija- porque mis hermanos me abandonaron jaja”. Fue su última publicación. Cuando volvieron no estaban Lucía ni su bebé. La pieza estaba en orden, el celular en un mueble. “Lucía siempre dormía con el celular bajo su almohada”, según una de sus hermanas. Lorena Frenoux denunció en la comisaría a su hija por abandono de hogar. Álvaro Adra, novio de Lorena, se habría puesto a desarmar un lavarropas ‘para quemarlo’.

“Unos meses antes una de las hermanas de Maisabé se despertó a la noche. vio a Álvaro Adra encima de su hermana, ahorcándola y tapándole la boca. A su vecina Lucía le dijo que él había intentado abusar de ella”, se cita en el amicus curiae presentado en la Justicia por una organización.

El domingo 10 de diciembre, a la siesta, Maisabé vio las ojotas que ella usaba todo el tiempo y le llamó la atención. Mandó mensajes a todos sus conocidos. Cuando una de las hermanas de Maisabé volvió a su casa alrededor de las 18, escuchó una explosión de nafta que venía del fondo. Maisabé llegó cerca de las 23.30 y habría sentido un olor raro. Discutió con su mamá y decidió ir a hacer la denuncia a la comisaría por desaparición. Cuando los policías llegaron a la casa percibieron un olor nauseabundo. Se dirigieron al fondo, donde se encontró el cuerpo de la joven, calcinado y enterrado. El fiscal Washington Navarro Dávila, que estuvo en la escena del hecho, ordenó la aprehensión de la madre y de su pareja. De acuerdo al informe médico forense, Lucía habría sido estrangulada con una soga o un lazo y que cuando fue quemada y enterrada, no estaba con vida. La muerte habría ocurrido unas 24 horas antes del hallazgo.

A dónde acudir

Las estadísticas de la Justicia Nacional reflejan que durante 2018 se realizaron 441.977 denuncias por violencia de género en el país. En este listado, Tucumán aparece como la novena provincia donde se recibieron más demandas, con un total de 8.112 denuncias.

Si sos víctima de violencia o conocés a alguien que lo sea, podés acudir a estos lugares:

Comisaría de la Mujer: Don Bosco 1886. Teléfono: 4514912 y atención equipo interdisciplinario de 8 a 12 y de 14 a 16, de lunes a viernes. Funciona una guardia las 24 horas.

Oficina de Violencia Doméstica del Poder Judicial: Lamadrid 450. Teléfono: 4248000 interno 147, de 7 a 19.

Observatorio de la Mujer: Centro de Salud, de 8 a 18.

Fiscalía de Instrucción Especializada en Violencia Familiar y de Género: Tribunales de avenida Sarmiento 431. Teléfono: 4524643.

En tanto, en estos centros puntuales podrás conseguir apoyo y trabajar a la par de los profesionales para pactar un tratamiento de recuperación.

Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos:

Dirección de Familia y Desarrollo Comunitario, Juan B. Justo 951. Tel: 0381-4977018 - 0381-4977019. Horario de Atención: Lunes a Viernes de 7 a 13 hs.

Servicio de Asistencia Social Escolar - SASE: Balcarce 318.

Tel: 0381-4979197 / 497-9007 / 430-6356. Horario de Atención: Lunes a Viernes de 8 a 13 Hs y de 14 a 18 Hs.

Programa Provincial de Prevención y Asistencia de la Violencia, SIPROSA: Buenos Aires 359 2do. Piso Tel: 0381- 4308444(Int. 311)

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