Un detenido por el misterioso crimen de una mujer en el barrio Villa Luján

Un detenido por el misterioso crimen de una mujer en el barrio Villa Luján

El cadáver presentaba un golpe en la cabeza.

LLANTOS Y DOLOR. Familiares y allegados permanecen en la vereda de la casa donde se registró el crimen. la gaceta / fotos de Inés Quinteros Orio LLANTOS Y DOLOR. Familiares y allegados permanecen en la vereda de la casa donde se registró el crimen. la gaceta / fotos de Inés Quinteros Orio

Las vecinas no alcanzaron a entender en ningún momento lo que le había pasado a su amiga. Reunidas, a metros de la casa de la tragedia, recordaron el último encuentro, la última vez que la cruzaron por la cuadra de San Martín al 2.600 o por la plaza Villa Luján, en la zona oeste de la capital. “Era una chica vital. La conocía de toda la vida. Conversábamos todos los días al terminar la jornada laboral. Era una persona sociable. Anoche fue la última vez que la vieron por aquí”, describió Liliana, como se presentó la mujer, mientras conversaba con sus conocidas.

TAREAS. Los peritos recolectaron pruebas en la interior de la vivienda. TAREAS. Los peritos recolectaron pruebas en la interior de la vivienda.

El cuerpo María Vigiani, de 64 años, ha sido hallado en el interior de una vivienda ayer a la siesta. El hijo y un agente de la seccional 7ª encontraron el cadáver en el living, con golpes en la cabeza, según informaron fuentes policiales.

Tras el hecho, un joven de 27 años fue aprehendido y señalado por los investigadores como el principal sospechoso del homicidio. Además, fueron secuestrados los vehículos de la víctima y del acusado, quien residía a casi dos cuadras de la vivienda de la víctima.

El fiscal Diego López Ávila, que subroga la Fiscalía Especializada en Homicidios, dispuso la custodia de dos residencias de calle Mendoza al 2.500. El muchacho pertenece a una familia propietaria de una vivienda y administradora de una farmacia en esta zona.

De acuerdo a datos de la causa, el joven y Vigiani se conocían. El aprehendido ofrecía un tratamiento curativo en una de las viviendas y, entre sus clientas, estaba la fallecida. Desde hace tiempo, según los testimonios, el sospechoso tenía interés de comprar la casa de ella, y se lo planteaba de manera continua.

EL VECINDARIO. Las vecinas no encontraron explicación a la muerte de su amiga María Vigiani. EL VECINDARIO. Las vecinas no encontraron explicación a la muerte de su amiga María Vigiani.

El relato y los mensajes

El sospechoso mantuvo ante los investigadores el relato que había ofrecido en un primer momento sobre los hechos. Fuentes policiales y judiciales indicaron que el muchacho había manifestado que había comprado el día anterior, por un valor de $ 11 millones, el inmueble de calle San Martín 2.636. Con la intención de obtener las llaves, le había enviado mensajes a la propietaria a través de la red WhatsApp. Al no tener respuesta de la dueña, se habría dirigido hasta ese domicilio.

El muchacho se trasladó luego hacia la seccional 7ª para contar que la mujer no respondía sus mensajes ni le atendía el teléfono. Los vecinos, a la vez, alertaban que no la habían visto desde la noche anterior y que su auto estaba estacionado afuera.

Minutos después, un policía y el sospechoso se encontraron en la puerta de la propiedad con un familiar de Vigiani, y decidieron ingresar al lugar. Al abrir la puerta de acceso, se toparon con la mujer tendida en el piso en la zona del living. Abajo del cuerpo, según el reporte oficial, había un plástico de color negro y estaba amordazada. Ya no tenía signos vitales. Previo al hallazgo, el sospechoso se habría mostrado nervioso y se retiró del lugar sin aviso.

Los investigadores determinaron mediante las averiguaciones que desde el número de contacto de la víctima se habían enviado mensajes vía WhatsApp antes del mediodía. Entre esos avisos, la mujer, supuestamente, informaba a un grupo de vecinos que había vendido su vivienda y que se iba de viaje.

A la vez, los familiares la habían visto en línea en distintos momentos, aunque sin contestar los mensajes. Este dato también llamó la atención.

Vigiani tenía tres hijos y se había separado hace muchos tiempo. Vivía sola y enseñaba inglés de manera particular. “Trabajé unos 20 años en esa casa. Conocí a su madre, a su padre y a ella. Era buena”, dijo María Quinteros.

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