12 Noviembre 2019
VALLE DE LA LUNA (o de Marte), donde las arcillas erosionadas por vientos y lluvias ponen color al desierto.
Se viene el último fin de semana largo, una buena oportunidad para “gustitos” con sabor a aventura y para conocer “otro Jujuy”: ese al que se llega por la Ruta 40. Lo ideal sería dormir en Humahuaca la primera noche; eso te permitirá recorrer con calma lo más tradicional de la Quebrada y arrancar temprano rumbo a la aventura.
La idea es llegar antes del mediodía a Laguna de Pozuelos, para lo cual saldrás de Humahuaca hacia Abra Pampa. Consejo 1: asegurate combustible, alimentos y bebidas, pues una vez que abandones la Ruta 9 no habrá dónde aprovisionarse por bastante tiempo; es el costo de la naturaleza casi virgen.
La puna y sus aves
Unos 200 km más allá del poblado tomá la ruta provincial N° 7 que, luego de unos 75 km de ripio, te depositará en Laguna de los Pozuelos, la primera reserva de biosfera de Argentina. Tiene más de 16.000 hectáreas, y en su corazón, la laguna, habita gran variedad de aves acuáticas, muchas de ellas exclusivas de los ambientes puneños. Lo más llamativo es la gran colonia de flamencos rosados (alrededor de 25.000 individuos), acompañados por patos y gallaretas. En las costas pastan manadas de vicuñas, y buscan su alimento grupos suris (ñandúes) cordilleranos. Siete kilómetros antes del estacionamiento está el guardaparques; y desde donde dejes tu vehículo hay que caminar uno más. Consejo 2: hacelo en silencio, así las aves no se espantan. Consejo 3: llevá sombrero y protector solar.
LAGUNA DE LOS POZUELOS, hogar de flamencos y reserva de la biósfera.
Para el próximo destino (donde quizás convendrá pasar la noche) faltan poco más de 90 kilómetros, pero el camino es de ripio, así que no corras, disfrutalo. Volvé hacia el Sur por la Ruta 7 hasta que encuentres la 70: allí doblá a la derecha y rumbeá p’al oeste.
Vas al encuentro, por fin, de la Ruta 40, concretamente, del Valle de la Luna jujeño, también llamado (quizás con mayor justicia) Valle de Marte. Le pasarás por al lado; si queda luz, disfrutalo por primera vez.
Si no, seguí unos kilómetros hasta Cusi cusi para descansar (no lo hagas tarde; el pueblo no suele trasnochar). Y es otro buen lugar para aprovisionarte de comida y bebida. Y arrancá temprano porque lo que queda es largo.
De otro planeta
Mientras haya luz, es la gloria. Y que la luz cambie renueva el paisaje: una depresión labrada sobre distintas arcillas, de unos 60 km de diámetro, rodeada por riscos y farallones de volcánicos de hasta 800 m de altura. La erosión causada por el viento y por pocas pero torrenciales lluvias ha esculpido un paisaje que quita el aliento y va desde los verdes y grises, pasando por rosas y naranjas, hasta el rojo oscuro.
CUESTA DEL LIPÁN. La inmensa majestuosidad del precipicio y el camino que permite salvar las distancias
El próximo destino es Susques (189 km por la 40), donde, entre otras cosas, podrás cargar combustible, y desde allí iniciarás la bajada hacia Purmamarca (otros 147 km), para emprender rápido el trayecto final. Lo interesante es que el propio camino (en perfecto estado, pues es la ruta que viene desde Chile) será un paseo. El primer gran hito será, después de bajar bastante, atravesar las Salinas Grandes, gigantesco desierto refulgentemente blanco con una antigüedad de entre cinco y diez millones de años.
El camino vuelve a trepar hasta el Abra de Potrerillos (4.174 msnm), desde donde se ven los nevados de Chañi y del Acay. Y desde allí se derrama zigzagueante la Cuesta del Lipán hacia Purmamarca, la entrada a la quebrada de Humahuaca, la ruta 9 y el retorno a Tucumán.
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