La aporía de la UNT minera

La aporía de la UNT minera

Abel Peyrano, quien descubrió el yacimiento de oro y cobre en Farallón Negro, le dejó un legado contradictorio a la UNT al hacerla partícipe de los derechos de explotación minera a través de la empresa Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD). La Casa de altos estudios siempre ha honrado la memoria del geólogo por el gesto que le dio la posibilidad de participar en la fiesta del oro. Pero esa fiesta está teniendo un costo oculto enorme, que emergió con crudeza en la sesión extraordinaria del Consejo Superior el miércoles, cuando se debatió sobre el acuerdo minero para la futura explotación de Agua Rica, firmado el 3 de octubre en YMAD sin la presencia de los representantes de la UNT.

Idas y vueltas judiciales

Ese costo oculto es complejo. Básicamente, según lo expresado por los consejeros, tiene un aspecto ambiental, otro económico y otro jurídico. Del jurídico la UNT sabe mucho -mejor dicho, reniega y renegará mucho- puesto que desde que llegaron las regalías del yacimiento Bajo la Alumbrera (entre 2003 y 2014) hubo marchas y contramarchas legales, específicamente sobre el uso de los bienes universitarios (la infraestructura de YMAD se considera un bien). Estas derivaron en las imputaciones por presunta corrupción por las que el ex rector Juan Cerisola y tres ex funcionarios han sido llevados a juicio. Este proceso oral se encuentra demorado por una “superpericia” pedida por las defensas y que determinaría que las audiencias comiencen, tal vez, antes de julio. Otra complicación podría estar gestándose con el acuerdo firmado el 3 de octubre. La decana de Derecho, Adela Seguí, dice que podría ser nulo de nulidad absoluta; que las empresas mineras habrían hecho una simulación para extender el negocio; que desde una posición de predominio habrían hecho un ejercicio de dominación y dispusieron de la infraestructura de YMAD y comprometieron a la UNT hasta 2045, sin que haya beneficios claros. En la sesión del Consejo Superior del 8 de octubre habló de “saqueo”. En la del miércoles, habló de la obligación de la UNT de defender los intereses colectivos que representa.

El asunto es que, si la firma del acuerdo en YMAD ha sido legal, la Universidad no tendría mucho que hacer. Las empresas harán su negocio. ¿Derivará en planteos jurídicos de la UNT? Hasta ahora sólo la comunidad de Andalgalá ha cuestionado el acuerdo ante la justicia, por presunta violación a la ley de Glaciares. Con respecto a la ausencia de los representantes de la UNT, Domingo Marchese y Alfredo Grau, hay quienes dijeron que se los debe echar, que deben renunciar y quienes dicen que su silencio en la reunión fue avalar el acuerdo. Otros, que el silencio significa oposición. ¿Violaron alguna norma con su actuación? De esto se va a debatir en la sesión del próximo martes en el Consejo Superior.

Problemas económicos

El costo oculto económico es complejo. YMAD, empresa formada por la Nación (un representante que es presidente, Luis de Miguel), la provincia de Catamarca (dos representantes, Ángel Mercado y Justo Barros) y la UNT (dos, Marchese y Grau) es deficitaria y tendría empleomanía del gobierno de Catamarca. Pero no se sabe cómo se maneja el directorio –no se dieron a conocer los últimos tres balances- y es “un misterio arcano” –al decir de la decana de Artes, Estela Noli- cuánto cobran los directores. Hay inquietud sobre lo que va a pasar con el déficit en los cinco años hasta 2025 hasta que comience a producir la mina Agua Rica. La Alumbrera, que ahora es socia con YMAD y con la minera de Agua Rica, adelantó $ 130 millones para construir un anillado eléctrico alrededor de Belén y para cubrir algo del déficit de YMAD.

Otra parte del costo oculto es el beneficio que tendrá YMAD (y la UNT, como socia menor) con el nuevo acuerdo, que ha sido calificado como “la mejor de las alternativas con que se cuenta” y que implica “beneficios actuales y futuros sustanciales para YMAD”. En el acta firmada se destaca que en YMAD históricamente los ingresos no cubrieron la totalidad de los gastos operacionales y de administración y que, además, los trabajos mineros, las reservas y otras inversiones “requieren ingentes recursos con los cuales la empresa no cuenta”. En el contexto de crisis, “se está en el peldaño anterior a la nada”, se dice en el acta. En las sesiones del Consejo Superior se ha cuestionado que la letra pequeña del acuerdo reduce drásticamente la posibilidad de que haya beneficios para YMAD. ¿Cómo serán las ganancias de un emprendimiento futuro? Las mineras y los delegados de la Nación y de Catamarca no tienen dudas. Pero en la UNT se ignora el déficit de YMAD y cuánto vale la infraestructura, que en el acuerdo será usada como garantía para que la minera pueda obtener un crédito internacional. Según Seguí, aunque al Consejo Superior y a los decanos les quisieron hacer creer que la infraestructura era chatarra, cuesta 1.800 millones de dólares. El consejero Eduardo Martel dijo que es difícil, en términos de ingeniería, calcular el valor de una infraestructura usada.

Ambiente y estrés social

El costo ambiental fue el más preocupante en la sesión del Consejo Superior. El informe de la delegación que viajó a conocer Andalgalá fue estremecedor. Habló de un pueblo de 20.000 almas (rodeado de otras nueve poblaciones) que lleva al menos una década de protestas, cortes, piquetes, debates y enojos por la minería. Un pueblo que padece una clara conflictividad social, que está enfermo con un alto nivel de estrés social y que tiene como eje central de su problemática la explotación minera futura y teme por el agua de su río, el Andalgalá, en cuya cuenca se instalará Agua Rica. “¿Cuánto vale el agua?”, gritó una voz en el Consejo, mientras exponía Martel. En la primera moción del decano de Ciencias Naturales, Hugo Fernández, se planteó que había que pedirle a YMAD que se cumpla con las leyes ambientales nacionales e internacionales. Esta postura de una producción controlada fue apoyada por Martel, que habló de “minería verde” o “minería sustentable”. Dijo que como UNT “tenemos que encontrar la manera de ser protagonistas de ese proceso… es probable que lo hagan con nosotros o sin nosotros”. También coincidió con esto Santiago Bliss. Citando a Max Weber, habló de la ética de la convicción y de la ética de la responsabilidad y de “los valores que defendemos como universidad en términos de compromiso con la sociedad, con el ambiente, con la salud”. “¿Va a ser mejor participando la universidad, o va a ser peor si la UNT no participa de eso?” Para él sería mejor si la UNT se involucrara.

Pero Fernández dijo que retiraba la moción cuando el decano Martínez dijo que no se podía medir lo ambiental sólo con el ambiente físico, sino que había que considerar el daño social. De eso había hablado también el economista Hugo Ferullo, quien dijo que si se considera el costo social la minería no obtiene ganancias. “No hay ninguna capacidad científica en un tema tan complejo para tener un número exacto. Decir que no sabemos exactamente cuánto contaminará es una verdad de Perogrullo. No sabemos casi nada”, dijo.

Con ello se volvió al gran dilema universitario con la minería. La consejera estudiantil Luz Vionnet citó a Jorge Alemán para decir que “capitalismo y democracia parece ser una aporía”, “cuando hay una contradicción indisoluble entre negocios y la vida de las comunidades”.

En su historia minera, la UNT trató de resolver esta aporía enviando dos veces, al menos, comisiones de investigadores (en 2009 y 2011) a estudiar si algunos aspectos puntuales de la minería contaminaban o no. Las conclusiones en 2012 fueron que no había contaminación, aunque aclarando que los estudios no habían sido completos y sugiriendo pasos a seguir. Pero, por otra parte, hubo varias querellas judiciales y fallos por contaminación, con lo cual se relativizan en la mirada pública las conclusiones de los investigadores universitarios. Una de estas comisiones fue denunciada ante la justicia por abuso de autoridad por Ramón Eudal, uno de los que denunciaron a Cerisola y compañía, pero esta querella fue desechada por el juez federal Daniel Bejas.

En esta aporía, el debate se mantiene intacto. Lo plantearon varios consejeros como Vionnet, Gonzalo Lascano (que dijo que habría que preguntarse qué debatirán los consejeros dentro de 30 años, cuando termine esta nueva explotación minera). En el medio de la sesión, quedó grabada la estocada de Ferullo: “yo, honestamente, me pregunto cómo hemos llegado hasta acá. Este no es un negocio para la UNT”.

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