El peronismo vuelve al poder impulsado por su unidad

El peronismo vuelve al poder impulsado por su unidad

TRIO GANADOR. Alberto Fernández agradece mientras su compañera de fórmula Cristina Fernández mitiga el calor abanicándose. Axel Kicillof, eufórico, aplaude tras haber sido consagrado como gobernador de Buenos Aires. TRIO GANADOR. Alberto Fernández agradece mientras su compañera de fórmula Cristina Fernández mitiga el calor abanicándose. Axel Kicillof, eufórico, aplaude tras haber sido consagrado como gobernador de Buenos Aires.

Los argentinos decidieron achicar la grieta. Ahora depende de los dirigentes cumplir ese mandato. Impulsados, principalmente, por los bolsillos agujereados, el 48% le devolvió el poder al peronismo. Pero les aclaró que si no iban unidos no volverían a la Casa Rosada. Y, unidos, consiguieron los 12 millones de votos para regresar al poder.

El macrismo claudicó pero emprendió la retirada con la frente alta. Consiguió un digno 40% de votos y con esos 10 millones de sufragios se consolida en el Congreso de la Nación para cumplir con otra decisión del pueblo cual la de advertir que habrá que controlar con más atención que en otras épocas al peronismo.

Después del veredicto popular hubo dos sorpresas: una grata y la otra preocupante. Mauricio Macri, cuando reconoció la derrota, invitó a Fernández a desayunar en la Casa Rosada. Minutos después el presidente electo aceptó el convite. Un gesto simple de los dos hombres sobre los que se cimienta el poder de la Argentina. Un acto sencillo que enaltece y que siembra la semilla de nuevos escenarios políticos.

Pero no hubo tiempo para celebrar este hecho que solíamos envidiar a otros países. Minutos después de la medianoche la crisis económica sacudió a todos y los volvió a la realidad. El cepo será más duro que el que el mismo Macri recibió. Y hoy habrá nuevas medidas.

En Tucumán festejaron los peronistas y los radicales (Cambiemos sigue siendo una incógnita). Unos y otros retuvieron las bancas que pusieron en juego. Por eso Mario Leito, Mabel Carrizo y Carlos Cisneros, por el peronismo, y Domingo Amaya y Lidia Ascárate (Todos por el Cambio) asumirán como diputados nacionales el 10 de diciembre.

A partir de ahora, Cambiemos revisará su estructura y su dirigencia. Por su parte, el peronismo empieza el durísimo desafío de mantener la unidad que le dio la victoria. Ahí se concentran las dudas porque Cristina Fernández tiene profundas diferencias con Alberto. Anoche las sufrió el mismísimo gobernador tucumano que había subido al escenario en las PASO y ayer se quedó abajo para que tuvieran su lugar los referentes de La Cámpora.

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