La importancia social de las entidades intermedias

La importancia social de las entidades intermedias

Hace pocos días, se conoció la resolución del Tribunal de Ética y Disciplina del Colegio de Arquitectos de Tucumán de retirarle la matrícula profesional a su asociado Otto Barenbreuker por considerar que desprestigió el ejercicio de la arquitectura.

El desarrollador inmobiliario está acusado en la Justicia por presunta comisión del delito de defraudación de derechos de fiduciantes en fideicomisos inmobiliarios en perjuicio de 19 clientes, así como de amenazas coactivas cometidas contra uno de ellos. El arquitecto, que está a punto de llegar a la instancia del juicio oral, tiene además diversas demandas en contra en el fuero civil por haber incumplido la obligación de entregar departamentos y locales adquiridos “en pozo”.

Aunque se trata de un caso extremo, no es frecuente que un colegio profesional tome este tipo de medidas contra un asociado por cuestiones éticas. Este episodio nos permite reflexionar acerca del rol que juegan las entidades intermedias en nuestra sociedad. Estas organizaciones se gestan en el seno de la comunidad y actúan entre el ciudadano y el Estado. Las cámaras empresarias, los gremios, las asociaciones profesionales, las cooperativas, los clubes, las cooperadoras escolares, los centros vecinales, de jubilados, conforman estas entidades mediadoras.

En nuestra provincia, por ejemplo, el Colegio de Abogados tuvo una participación destacada en la creación del Consejo Asesor de la Magistratura, una institución que nació como respuesta a la necesidad de la sociedad tucumana de contar con jueces probos, a través de un proceso de concurso público. El organismo está integrado por representantes de los Poderes Judicial y Legislativo y de los abogados de la matrícula de los Centros Judiciales de Capital, Concepción y Monteros.

En las asociaciones intermedias, el ciudadano tiene la posibilidad de actuar en forma autónoma en defensa de sus intereses específicos, es decir un lugar en el que un ciudadano se asocia libremente con otros sin la interferencia del poder público y político.

Son espacios de participación que hacen a la esencia de la vida democrática y cumplen un rol importante en la comunidad porque persiguen el bien común. De manera que el Estado debería apoyar y trabajar activamente con estas entidades en la solución de los problemas, así como alentarlas a mejorar su barrio y a elevar la calidad de vida de sus vecinos. Estas asociaciones pueden orientar las acciones del Estado respecto de la diferenciación de políticas que debe acompañar a la descentralización y aporta una capacidad de síntesis y de regionalización de las demandas y de las necesidades de las poblaciones rurales. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estas asociaciones pueden convertirse en interlocutoras suficientemente maduras para construir alianzas estratégicas con los otros actores del desarrollo rural.

En estos tiempos en que hay una crisis de representación y de los partidos políticos, donde el ciudadano pocas veces encuentra los espacios para participar activamente en la cosa pública, estas asociaciones constituyen una alternativa valiosa para involucrarse en la búsqueda de soluciones a diversos problemas. Las entidades u organizaciones no gubernamentales contribuyen con sus acciones a fortalecer el sistema republicano, a mejorar la calidad institucional que ha sufrido un deterioro importante en nuestro país en los últimos tiempos, y en el caso de los colegios profesionales a ser custodios de la ética que deben tener siempre sus afiliados. La participación cívica es fundamental en la democracia.

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