“Cambiar una alimentación por otra requiere paciencia y afrontar el duelo”

“Cambiar una alimentación por otra requiere paciencia y afrontar el duelo”

Instagramers y especialistas hablan de cómo incorporar la comida vegana. Hábitos y principios ideológicos de esta tendencia.

EN LA COCINA. Belén Reynals prepara unas trufas hechas con dátiles, bagazo de leche de nuez y coco rallado. EN LA COCINA. Belén Reynals prepara unas trufas hechas con dátiles, bagazo de leche de nuez y coco rallado.

Puede que el cambio pase inadvertido si estamos acostumbrados a hojear el menú pero, al mirar con detenimiento las alternativas, se ve un distintivo ya frecuente en las cafeterías y los restaurantes tucumanos. Desde hace algunos años el veganismo ha ido ganando terreno y también comenzó a verse en las redes sociales.

Para derribar mitos muchas personas comparten en línea sus experiencias diarias y ayudan a quienes están iniciando la transición o buscan otro tipo de alimentación. Este fue el propósito que motivó a Belén Reynals para crear la cuenta de Instagram “Palta rock” (@paltarock). “La idea surgió porque sentía que en Tucumán había un hueco de datos sobre veganismo. Ante la falta de información quise tomar la iniciativa de crear una especie de blog personal que muestre lo que representa ser vegano en el día a día”, comenta Belén.

Al mes, su casilla de mensajes desbordó de consultas y expresiones de sorpresa ante la infinidad de invenciones culinarias ya que, como ella misma afirma: las milanesas de soja son el cupón de bienvenida a esta forma de vivir, pero no el límite. “Hay gente que sostiene erróneamente que nuestra alimentación no es variada ni accesible en ciertos sectores sociales. Para contrarrestar esos comentarios me gusta mostrar con números lo que representa nuestro menú en contraposición al costo de consumir huevos y carnes”, detalla Belén, estudiante de Biología, mientras da forma a unas pequeñas trufas de chocolate hechas con dátiles, bagazo de leche de nuez y coco rallado.

La receta es un dulce recordatorio de que modificar hábitos no implica privarse de nada. Al café se le agrega leche de almendras o de avena. La pizza sale con queso de castañas de cajú o de girasol y -para las hamburguesas o sándwiches- la palabra mágica es seitán, tofu o soja texturizada. “Me gusta rescatar recetas de cuando era chica y ‘veganizarlas’. Un día con mi abuela cocinamos una torta rogel riquísima. El dulce de leche era de coco y el merengue lo hicimos con líquido de cocción de garbanzos. Sí, aunque suene así de raro”, comenta divertida.

Dulce, pero consciente

Lejos de cualquier generalización, no existe una receta para convertirse en vegano ni una lista de pasos a seguir. En cambio, se trata de un proceso de descubrimiento donde entra en juego una serie de ideales personales sobre el cuidado ambiental y la sintiencia animal. Para Agostina Guillén el clic llegó en el momento exacto en que devoraba una sfija. “Antes no podía faltar al menos una porción de carne en el plato porque me gustaba mucho y no relacionaba mi consumo con la explotación de animales. Me tomó un tiempo darme cuenta de lo injustos y egoístas que somos con ellos”, reflexiona ya a más de ocho meses de haberse hecho vegana.

SIN HUEVOS. Una tortilla de papas vegana preparada por Paula Figueroa. SIN HUEVOS. Una tortilla de papas vegana preparada por Paula Figueroa.

Fue a partir de esa experiencia y los resultados que sintió en su salud que decidió darle un giro a su emprendimiento repostero- y dedicarse exclusivamente a los postres veganos. “Al cambiar mi dieta ya no me sentía cómoda trabajando con productos animales. Fue un proceso muy difícil porque era un mundo completamente desconocido”, confiesa la dueña de “Flavors” (@flavors.tuc). Además -gracias a las fotos que postea de medialunas, tortillas y cupcakes que te dejan deseando frente al celular- la cuenta tuvo tantas consultas que Agostina dio un paso más y abrió su propio canal de YouTube.

Una comunidad

Antes de que el asunto se le vaya de las manos, la idea inicial de Paula Figueroa (@pauli.vegana.arg) era crear un Instagram para traducir al español las recetas foodies que circulaban en foros o páginas extranjeras. Después vino el giro de 180° con la pregunta “¿y si subo mis propios testeos culinarios?”.

“Me hace muy feliz tener esta cuenta. Cada día recibo mensajes de seguidores que comparte fotos de mi receta, me pregunta dónde comprar los productos o incluso cuentan sus propias historias al encaminarse al veganismo. Somos una verdadera comunidad y entre todos nos ayudamos e informamos”, enfatiza.

Eso sí, Paula no duda en hacer una aclaración clave para entender el movimiento. A diferencia del vegetarianismo (donde tampoco se consumen carnes) en el veganismo se evitan todos los productos de origen animal. Esta concepción trasciende la cuestión dietaria e incluye indumentaria y cosmética.

Por suerte, según explican las instragrammers, en Tucumán hay muchos emprendimientos que abordan estas categorías y -al hacer un fugaz catálogo digital- se llega a más de 50 marcas con productos de higiene personal, desodorantes, cremas y ropa con hilos 100% naturales. Sumado al gran impulso de los bares que trabajan con el concepto de veggie y eventos como “ReVelión” de la ONG Animales libres y el encuentro agroecológico “Sos Tierra”.

Derribando mitos

A la hora de modificar cuestiones tan importantes como la alimentación es recomendable contar con la voz de algún nutricionista para que nos acompañe en la transición y se pueda abordar cualquier problema desde la prevención. “Cambiar una alimentación por otra requiere paciencia y afrontar duelo. No se trata sólo de no comer derivados animales, sino de adaptarse a una transformación que tiene repercusiones en el ámbito familiar, social y psicológico”, detalla Guillermo Omar, nutricionista especializado en el deporte y la nutrición vegetariana.

Acá es donde entra una de las cuestiones más peliagudas del veganismo: la B12, una vitamina que -luego de un tiempo- debe ser consumida en forma de pastilla. “No todos los veganos tienen las mismas deficiencias vitamínicas. Eso depende del balance alimentario y de las capacidades individuales para absorber los nutrientes. Por eso es importante hacerse análisis de sangre cada seis meses”, agrega Omar.

Entonces, ¿es necesario consumir carnes y lácteos para cubrir por completo nuestros requerimientos nutricionales? “Siendo responsable, perseverante y recurriendo a la suplementación una persona puede llevar una alimentación vegana sin tener ningún tipo de complicaciones”, destaca Gimena Cano, estudiante de nutrición y emprendedora vegana.

“Carnismo, veganismo, vegetarianismo... todos son ideologías porque implican el poder de decisión de la persona. Creo que convertirse en vegano no es más o menos difícil que llevar otro tipo de alimentación. Simplemente es diferente y mientras reformas tu heladera implica ser más perceptivo con las cosas que hacemos y comemos. Hay que saber y elegir hasta dónde queremos llegar con nuestras convicciones”.

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