Conflicto en Horco Molle: “vivían en un terrenito y reclaman dos hectáreas”

Conflicto en Horco Molle: “vivían en un terrenito y reclaman dos hectáreas”

Funcionarios de la Universidad consideran que la demanda por prescripción adquisitiva no prosperará. “Medina actuó de mala fe”.

EN EL RECTORADO. Saab, Sassi, Vitulli y Castro aseguran que la UNT iniciará juicios por desalojo. EN EL RECTORADO. Saab, Sassi, Vitulli y Castro aseguran que la UNT iniciará juicios por desalojo. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

Después de que un poblador de Horco Molle pidió que se le reconozcan los derechos posesorios de una propiedad que considera suya, desde la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) salieron a responderle: “es una locura”. El abogado Máximo Castro, coordinador de la comisión de Inmuebles, explica que esas tierras les fueron expropiadas en 1947 a la sucesión de Justiniano Frías Silva, a favor de esa institución educativa. Y aunque reconoce que nunca fueron inscriptas en el Registro Inmobiliario de la provincia, asegura que cuenta con numerosa documentación que prueba la titularidad del dominio por parte de la UNT.

De hecho, Castro destaca que eso ha sido reconocido por Carlos Medina -el vecino en cuestión- en su demanda por prescripción adquisitiva. Según su razonamiento, al haberlo hecho, no puede invocar luego la posesión del terreno. “Queda en evidencia que no han sido poseedores, sino unos meros tenedores”, explica.

Al parecer, el juez federal Daniel Bejas estuvo de acuerdo con ese pensamiento: en septiembre del año pasado, rechazó la demanda por prescripción adquisitiva con la que Medina había ido a golpear a las puertas de la Justicia. Luego, la Cámara de Apelaciones de Tucumán, donde intervinieron los camaristas federales Ricardo San Juan, Marina Cossio y Hernán Frías Silva, se rehusó a abrir la discusión, tras una apelación de Medina. Y actualmente, el caso se dirime en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a través de un recurso de queja extraordinario.

“Ni cosquillas nos hace”, ironiza Castro. Enseguida destaca que el terreno que solicita Medina forma parte de la Reserva Experimental de Horco Molle, un área protegida que es administrada por la Facultad de Ciencias Naturales y que -a su vez- forma parte del Parque Sierra de San Javier, unas 14.000 hectáreas destinadas a la conservación de la biodiversidad. “Medina fue empleado no docente de la UNT desde 1962 hasta 2014. Tiene pleno conocimiento de ello. No obstante, esperó a jubilarse para pretender adquirir ese predio. Ha actuado de mala fe”, añade Castro.

Además de la discusión por la posesión o tenencia, y porque se trata de un área con protección ambiental, el letrado enuncia una tercera cuestión: mientras fue empleado universitario, Medina denunció un domicilio en el barrio Aconquija, en la ciudad de Yerba Buena. Entonces -prosigue Castro- tampoco puede acreditar una supuesta posesión por el tiempo que establece la ley. “Los Medina empezaron con un terreno de 5 x 9 (metros) y ahora reclaman dos hectáreas”, exclama. “Ellos tenían una casilla precaria, como tantos otros que están metidos ahí. Una vez que se desvincularon de la universidad, le iniciaron un juicio. Y encima, se pusieron a cobrar estacionamiento. Han lucrado con tierras de la UNT”.

En rigor, el cobro de ese espacio para estacionar fue la gota que rebasó el vaso: hace unas semanas, funcionarios universitarios, acompañados por una decena de policías, se presentaron en la casa de los Medina para impedir que ellos les exijan un dinero a las personas que visitaban la reserva y que dejaban sus autos en los alrededores. “Pusieron una playa de estacionamiento adentro de tierras que no les pertenecen. La universidad nunca ha tenido una actitud agresiva. Al contrario, se les dio la posibilidad de firmar actas de tenencia precaria. Pero no se les puede permitir que encuentren hasta una vía de lucro. El Parque de San Javier es un patrimonio de todos los tucumanos. Tenemos la obligación de impedir que prosperen estas pretendidas reivindicaciones. Debemos hacerles saber que son bienes de la universidad”, apunta Augusto González Navarro, director de Asuntos Jurídicos de esa institución.

Claves del conflicto

Según un último relevamiento, casi 200 familias viven en la Reserva Natural de Horco Molle. Pese a que la UNT expropió estas tierras en 1947, todavía no se encuentran inscriptas en los folios electrónicos del Registro Inmobiliario de la provincia.

Los abuelos y bisabuelos de algunos de los pobladores se asentaron en la zona antes de la expropiación, aseguran sus descendientes. Tal es el caso de los Medina, que iniciaron un juicio en contra de la UNT por prescripción adquisitiva. Pero la mayoría de los habitantes, en cambio, fueron instalándose en las últimas décadas.

La UNT planea concederles una tenencia o un permiso de uso y goce de sus viviendas. Para ello, deberán reconocer por escrito a esa institución como la legítima propietaria de las tierras.

Según la idea que barajan los funcionarios universitarios, esa concesión durará hasta que muera el tenedor. Si el permisionario tiene hijos menores de edad, estos podrán permanecer en su casa hasta que cumplan la mayoría de edad.

Pero si los vecinos de Horco Molle se niegan a firmar esa acta acuerdo, la universidad evalúa iniciarles juicios de desalojo, cocluyen José Hugo Saab, secretario general; Gustavo Vitulli, secretario de Bienestar, y Arturo Sassi, secretario de Comunicación Institucional.

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