San Martín: “Corazón” silencioso

San Martín: “Corazón” silencioso

Romero es una pieza clave para que al cuerpo técnico y a los jugadores no les falta nada.

San Martín: “Corazón” silencioso GENTILEZA MIGUEL ROMERO
19 Julio 2019

Así como en la Fórmula Uno un piloto depende en gran parte del trabajo que hagan sus mecánicos en boxes, en el fútbol el bienestar de un plantel se da gracias al aporte de un grupo de personas que trabaja casi en silencio.

Utileros, operarios, médicos, kinesiólogos, nutricionistas, incluso empleados administrativos, mueven cielo y tierra día tras día para que los jugadores sólo tengan que pensar en entrenarse y rendir bien. En este grupo aparece él: Miguel Romero, encargado del departamento fútbol de San Martín desde hace varios años. Tiene una función casi tan importante como la de un delantero que mete goles para asegurar puntos.

“No creo que mi trabajo sea tan importante”, dice con humildad, cuando el cronista de LG Deportiva se asombra por sus labores diarias. “Pitu” estuvo al frente de la delegación en Perico intentando encontrarle soluciones a cualquier problema que pudiera aparecer. Pero eso no fue sólo durante los siete días que los futbolistas trabajaron en la localidad jujeña. Su tarea comenzó hace algunos meses, porque diagramar una pretemporada no es algo de un día para el otro. “Es una tarea que empieza dos o tres meses antes. Hay que reservar el hotel e ir preparando los elementos que se van a necesitar; desde herramientas de trabajo, hasta medicamentos o accesorios para realizar determinadas tareas”, explica, mientras ríe al darse cuenta que el regreso a Tucumán es inminente. “Cansa mucho una pretemporada. Trabajás muchas horas porque tenés que levantarte temprano para ver que el desayuno esté perfecto, y te acostás tarde. Además, durante todo el día estás a la par de los jugadores y el cuerpo técnico supervisando que no les falte nada”.

Llegó al club de la mano de Franco Ghiani, el gerente del departamento fútbol, y asegura que fue uno de los pasos más importantes de su vida. “Soy un agradecido de la vida por poder trabajar en algo que me gusta. Como para un jugador es un sueño jugar en Primera; para mí, realizar este trabajo es como tocar el cielo con las manos. Soy un fanático de San Martín y conocí muchos lugares por seguirlo como hincha; por eso ahora estar de este lado es algo único”, asegura el hombre feliz, a pesar que muchas veces tuvo que dejar en un segundo plano cuestiones personales para estar al lado de “su” San Martín. “En mi trabajo no existe día de la madre, del padre, cumpleaños, Navidad, nada. Tengo que trabajar cuando me necesitan, pero es un gusto”, agrega.

Con varias pretemporadas sobre su espalda, “Pitu” resalta la actual. “De las últimas cuatro o cinco fue la mejor de todas. El club se está modernizando y profesionalizando en muchos aspectos. Se adquirió la última tecnología en GPS y tenemos un ‘profe’ como Gonzalo Cano que está exclusivamente para manejar la tecnología. Además, incorporamos un camarógrafo que está al lado del cuerpo técnico y la nutricionista está a tiempo completo. El club se va capacitando cada vez más y eso es hermoso”, avisa antes de ahondar en lo futbolístico. “No hubo lesionados y se armó un gran grupo humano. Además, en el primer amistoso se vieron cosas importantes. La dirigencia está armando un plantel con jerarquía que tendrá la obligación de ganar en todas las canchas, por eso es fundamental que el equipo se acostumbre a ello desde la pretemporada”, sentencia.

Cuando empiece la competencia oficial, los hinchas quizás griten los goles de Gonzalo Rodríguez, festejen las gambetas de Claudio Mosca o aplaudan las barridas de Abel Luciatti. Pero nadie debe olvidar que los jugadores pueden rendir gracias al aporte de muchas personas que trabajan en silencio; como “Pitu”, el corazón silencioso.

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