Cómo se celebró el 9 de Julio, desde la independencia hasta la actualidad

Cómo se celebró el 9 de Julio, desde la independencia hasta la actualidad

La historiadora tucumana Romina Zamora cuenta cómo fueron las celebraciones de las fechas patrias a lo largo de la historia.

ORÍGENES. El traje de gaucho, dice la historiadora Zamora, era un uniforme descartado del ejército inglés, que se vendía a los pobres de Buenos Aires. LA GACETA / FOTO DE Antonio Ferroni (ARCHIVO) ORÍGENES. El traje de gaucho, dice la historiadora Zamora, era un uniforme descartado del ejército inglés, que se vendía a los pobres de Buenos Aires. LA GACETA / FOTO DE Antonio Ferroni (ARCHIVO)

Las conmemoraciones de las fechas patrias a lo largo de la historia de nuestro país, han sido una de las formas institucionalizadas desde el gobierno para construir la nacionalidad, comenta la historiadora tucumana Romina Zamora. En consecuencia, agrega, fue tarea permanente en nuestro pasado otorgar un sentimiento común a los habitantes de este territorio en torno de la patria naciente, sobre individuos de los más diversos orígenes y colores. Libros de héroes inmortalizados en bronce, días enteros de algarabía y opulencia, enormes tareas historiográficas y, luego, fiestas austeras. Zamora brinda a los lectores de LA GACETA detalles sobre cómo se fueron celebrando a lo largo del tiempo las fechas patrias.

- ¿Qué se celebraba antes de la declaración de la independencia?

- Durante la colonia, la patria había sido España y la autoridad, el rey. Las fechas señaladas por el monarca se festejaban con tres días de fiestas en las calles. La parte más sana y principal de la población se reunía en torno del paseo del estandarte por las calles céntricas de la ciudad. Mientras que la muerte del rey o de algún integrante de la familia real significaba seis meses de luto estricto. Su cumpleaños era motivo de desfiles y luminarias. Hasta se liberaban los presos, por la alegría del rey, si nacía un heredero. Estas fiestas eran una forma de mantener la presencia de la autoridad tan lejana en los tiempos y en el imaginario colectivo de las ciudades hispanoamericanas.

- ¿Qué pasó en los tiempos de nuestro primer gobierno patrio?

- Después de 1810, y con el primer aniversario de la Revolución de Mayo, se dio comienzo, a lo largo y ancho del territorio, a los festejos patrióticos. Ese territorio incluía lo que es Uruguay, Paraguay, Bolivia y parte de Perú, la jurisdicción del antiguo Virreinato del Río de la Plata. Nuestro primer gobierno patrio tuvo su origen en Buenos Aires, y fueron los ejércitos los encargados de llevar la revolución al interior. Y por la necesidad de crear adhesión en el pueblo, las Fiestas de Mayo eran tres días de algarabía, colorido y jarana. Se encendían luminarias, se hacían desfiles, bailes y hasta representaciones teatrales callejeras.

- ¿Qué características tenía la celebración del 9 de julio en sus comienzos?

- Nunca tuvo ese alcance nacional, a pesar de ser la verdadera fecha de nacimiento de nuestro país libre e independiente. Reconocer la fecha implica reconocer que la independencia argentina es un mérito de representantes de todas las provincias. Y reconocer la importancia de Tucumán implica reconocer que Buenos Aires no quería la independencia de toda potencia extranjera, sino un protectorado británico, y que Tucumán, custodiada por los gauchos de Martín Miguel de Güemes en el norte, era el lugar más seguro para una decisión de semejante magnitud.

- ¿Qué generó en las fiestas patrias el aluvión de inmigrantes a finales del siglo XIX?

- Las conmemoraciones de la Revolución de Mayo y de la Independencia, como mecanismo de generar respeto por los símbolos y por la patria, se fueron haciendo cada vez más formales y adustas. En la patria nueva era necesario construir el respeto y la lealtad hacia ese Estado pujante, en una población heterogénea y multiforme, de los más variados orígenes y con aspiraciones diversas. Un problema fundamental era crear un sentimiento de amor a la patria en inmigrantes que tenían lealtades con sus países de origen, y, sobre todo, diferente identidad.

- ¿Qué se hizo para promover esa identidad nacional?

- Se empezó por promover el patriotismo en los habitantes de la república. El patriotismo era el amor por el suelo, el respeto por el Estado y por la historia del país. Para ello, fue necesaria una historia de héroes inmortalizados en el bronce. Los magníficos volúmenes de la “Historia de Belgrano” y la “Historia de San Martín” dieron la base a la historia que hasta hace muy poco se enseñaba en las escuelas. Esas historias fueron escritas por el presidente Bartolomé Mitre.

- ¿Cómo se celebró el centenario de la independencia?

- Los festejos fueron muy importantes en nuestra provincia. Se encargaron tareas historiográficas a destacados académicos, encabezados por Manuel Lizondo Borda, de las que el Álbum del Centenario tal vez sea la más brillante muestra de aquella obra. Contiene una enorme colección de datos históricos y de testimonios fotográficos de incalculable valor. Ello fue también una forma de intentar dar una base determinada a la memoria social.

- ¿Y durante el gobierno de Perón?

- Fue él el encargado de ampliar los derechos políticos a las mujeres, de dar una nueva base social a la representación política: fue una nueva forma de construir el pueblo. Entonces, las conmemoraciones de las fiestas patrias en la época del primer peronismo tenían una nueva iconografía, estaban dirigidas a un nuevo público y resaltaban nuevos valores, que eran a su vez una nueva forma de construir esa identidad: a través de la lealtad.

- ¿Qué pasó los últimos 50 años?

- El festejo de las fechas patrias se fue haciendo cada vez más austero y se fue alejando progresivamente de su sentido originario. Las fechas importantes en nuestro país son feriados que se cambian de día para tener fines de semana largos y los actos escolares son funciones aburridas que los niños tienen que pasar para salir más temprano de clases. Los festejos de los bicentenarios de la Revolución de Mayo de 1810 y de la declaración de la independencia de 1816 fueron muy diferentes en cuanto a su magnitud y a su participación popular.

- ¿Qué deberíamos repensar hoy?

- El punto más importante no es el ritual, sino su sentido: ¿se busca generar amor por la patria? ¿Por qué patria? ¿Qué es el Estado que nos representa y nos contiene como nación? ¿Qué es nuestra nación? Doscientos años después de la declaración de la independencia: ¿somos un país independiente y libre, por derecho de igualdad y justicia? Encontrarle una respuesta a esta pregunta es el mejor homenaje que poder brindar a nuestra historia, que es, en definitiva, un homenaje al pueblo argentino.

Figuras típicas
“El gaucho fue una imagen inventada”

En los desfiles y en las actuaciones escolares, los gauchos son figuras indispensables para las fechas patrias. Según la historiadora Romina Zamora, el gaucho fue una imagen inventada a finales del siglo XIX. Cuenta que fue muy útil, durante mucho tiempo, para conseguir mano de obra barata, acusarlos de “vagos y malentretenidos”. Las investigaciones históricas -añade- prueban que el campo argentino estaba poblado de familias, no de prófugos cuatreros. Y que el famoso traje, más que una vestimenta típica, fue la ropa de venta barata en los almacenes de ramos generales. Era un uniforme descartado por el ejército inglés y que, como descarte, podía venderse para el pobrerío.

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