La difícil vida después del fútbol

La difícil vida después del fútbol

Cuando se apagan los flashes, muchos futbolistas sufren. No existe ningún grupo o asociación que los contenga tras su retiro; y lo que parece ser sólo el final de sus carreras termina siendo el inicio de un calvario.

El caso de Julio César Toresani conmocionó el ambiente del fútbol y disparó un tema que siempre se miró de reojo, pero por el que nadie parece hacer nada. ¿Reciben algún tipo de ayuda los futbolistas retirados? ¿Hay alguien que los contenga? ¿Los preparan para afrontar una vida completamente distinta a la que llevan durante su carrera?

La respuesta a todas estas preguntas es no; un no tajante y rotundo que deja al descubierto el oscuro lado de una profesión que cautiva, y que es el sueño de millones de niños. Justamente, esos niños sueñan con ser futbolistas; con correr detrás de una pelota, con ser ovacionados por un estadio repleto y por salir en las tapas de todos los diarios. Ninguno sueña con ser entrenador, quizás, el escalón más próximo cuando se apagan los flashes de la profesión con la que deliraron desde los primeros años de vida.

Así, muchos ex jugadores se enfrentan a una encrucijada cuando les llega la hora de ponerle punto final a su carrera. Lo primero y más fácil es realizar el curso de director técnico y abrirse camino en esa nueva profesión. Pero la forma más accesible de continuar vinculado al ambiente no siempre resulta ser una aliada. Lamentablemente, la vida de un director técnico es totalmente diferente a la de un futbolista. Para ser la cabeza de un grupo se necesitan otras aptitudes, por lo que haber sido un genio como jugador no garantiza necesariamente que la carrera como entrenador vaya también a ser exitosa.

Otra alternativa válida es encontrar algo de aire lanzándose como representante de jugadores, pero también requiere de virtudes que no todos poseen. Por eso, una enorme cantidad de jugadores terminan su carrera y deben comenzar a experimentar o hasta a adivinar qué les depara la nueva vida.

Muchos de ellos se criaron pateando una pelota y no saben hacer mucho más que eso. Y ahí reciben un golpe furibundo. Quizás los más ávidos para los negocios (y que tuvieron la suerte de ahorrar dinero durante su “vida útil” en el fútbol) pueden generar algunas inversiones que los ayuden a seguir adelante. Pero hay un gran número que queda en pampa y la vía y eso parece ser el inicio de una vida llena de conflictos.

Hace unos años, en el fútbol holandés comenzaron a trabajar en esa materia. Un grupo de médicos realizó un estudio en el que detectaron algunos problemas a los que se enfrentan los futbolistas retirados: el desentrenamiento, las patologías osteoarticulares y los problemas de salud mental y cognitiva. A partir de esos resultados, comenzaron a trabajar en ese aspecto para que el paso a la nueva vida no sea tan traumático.

Pero acá, en Argentina, eso no existe. Apenas dejan las canchas, los futbolistas se transforman casi en material descartable. Ni el Estado ni Futbolistas Argentinos Agremiados toma, por ahora, cartas en el asunto.

A los tres meses de haberse retirado, los futbolistas se enfrentan no sólo al desafío de superar el golpe que significa dejar de hacer lo que hicieron entre los cinco y los 35 años aproximadamente; sino que además se quedan sin obra social y con la obligación de encontrar algo para hacer en los próximas 30 o 40 años, o lo que les queda de vida. “El futbolista encuentra un tremendo impacto cuando abandona ‘su vida’ siendo muy joven. El retiro es un tema tabú, que nadie quiere tocar mientras está en actividad. Todos le tienen mucho miedo a ese precipicio que significa dar por terminada una carrera”, explicó hace algunos años Jorge Valdano.

Con la imagen fresca del caso de Toresani, con algunos otros emblemáticos y otros tantos que saltaron a luz a partir de este fatídico episodio, es hora de que alguien tome cartas en el asunto. La vida después del fútbol es un tema bastante delicado para un futbolista. Nada es sencillo y los interrogantes siempre resultan enormes; pero con ayuda y un poco de conciencia, el día después, que parece ser el mismísimo infierno, puede hacerse un poco más llevadero.

 PEDRO MONZÓN. Relató uno de sus momentos más críticos.- PEDRO MONZÓN. Relató uno de sus momentos más críticos.-

> "Cuando la carrera se termina, cada chancho a su rancho. Nos juntamos sólo una vez al año para celebrar la Intercontinental con Boca. El fútbol no me dejó ni un solo amigo. Entre los jugadores casi no hay comunicación; lo nuestro no es el diálogo"

 RICARDO BOCHINI. Pidió ayuda económica en las redes sociales.- RICARDO BOCHINI. Pidió ayuda económica en las redes sociales.-

> "Tenía muchas ganas de suicidarme. Estaba mal, separado y casi no tenía ni para comer. Justo había nacido mi quinta hija y no tenía para viajar a conocerla. Lo llame a Diego (Maradona) y él me ayudó a superar ese momento"

 CARLOS SALINAS. Vive en Buenos Aires, con lo justo y necesario.- CARLOS SALINAS. Vive en Buenos Aires, con lo justo y necesario.-

> "Si me querés contratar para un cumpleaños, para algún partido de fútbol, para firmarte alguna camiseta, sacar alguna foto, estar con vos y pasar un lindo momento, me podés llamar. Te va a atender mi amigo Maximiliano, para que no haya ningún intermediario entre nosotros"

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