La suciedad, el robo y la reventa de los contenedores

La suciedad, el robo y la reventa de los contenedores

16 Abril 2019

En varias oportunidades, se ha señalado que Tucumán es la provincia de las contradicciones. Con frecuencia, aquellas cosas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y que son positivas en cualquier lugar, en nuestra tierra terminan, por lo general, provocando el efecto contrario. Bien conocida es la vocación de una buena parte de los comprovincianos por vivir en la suciedad. La instalación de contenedores en una ciudad sería muy apreciada por sus habitantes para conservar la higiene, sin embargo, en la nuestra, una parte de estos suelen ser vandalizados.

El 3% de los más de 500 contenedores ubicados en San Miguel de Tucumán son inutilizados por mes en diferentes tipos de actos vandálicos, según el director municipal de Higiene Urbana. Pero la picardía de los delincuentes no descansa y sacan provecho, vendiéndolos. Por esa razón, el municipio les hizo una marca para evitar o, por lo menos, morigerar este latrocinio y su posventa.

El funcionario le explicó a LA GACETA Play que se ha efectuado una importante inversión en contenedores para la ciudad: 150 de los de 3.200 litros y 500 unidades de los de 1.100 litros y otros tantos de 18 metros. Se quejó por la acción de los inadaptados sociales. “Les prenden fuego, les ponen escombros y por ello les rompen la rueda y los parten por la mitad. El vecino normal te deja una bolsa, no lo rompe. A quienes los rompen los multamos si llegamos a identificarlos”, dijo.

La ordenanza 728/67 prohíbe arrojar escombros en la vía pública y también en los contenedores, debido a que el camión recolector no lo puede levantarlos o se desfonda el recipiente a causa del peso. En varios puntos de la ciudad, los vecinos se quejan porque el mal olor o el bicherío que se generan entorno de los contenedores, debido a que están repletos de basura en ocasiones también se esparce a su alrededor, como sucede en Maipú al 700, Corrientes al 600, o en la vereda oeste de Chacabuco al 400 (mitad de cuadra), donde un tacho de basura hace su aporte a esta postal de la suciedad. Una señora responsabilizó a los cuidacoches que “Son quienes suben el contenedor a la vereda, para tener más espacio para los autos; el olor es insoportable”. Un señor de esa misma cuadra (Corrientes al 600) agregó: “yo, es algo de todos los días, ya no sabemos qué hacer con los contenedores. Hasta los corren a la vereda de enfrente. Nadie los quiere de vecinos. Entonces, algunos los terminan rompiendo”.

El funcionario municipal dijo que los indigentes remueven la basura y la desparraman en la vereda y en la calle, como sucede en la avenida Belgrano. “O los comerciantes que los llenan con sus residuos, cuando ese servicio es sólo para los vecinos. Hay un mal uso generalizado”, aseveró.

En la ochava sudeste de la plaza San Martín hay tres contenedores (vidrio, plástico, cartón) que son usados por vecinos desaprensivos para depositar los desechos orgánicos.

El analfabetismo cívico de una buena parte de los tucumanos es, por cierto, alarmante. Si bien la autoridad tiene la obligación de ocuparse del barrido, recolección de residuos y limpieza de la ciudad, si el mismo vecino les falta el respeto a los otros arrojando residuos en la vía pública y si se transgreden las normas de convivencia, difícilmente lograremos sentirnos orgullosos de vivir en el lugar donde se declaró la independencia nacional y en el que paradójicamente somos esclavos de nuestra propia suciedad.

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