“Al armario no volvemos más”, dice Ezequiel Barrios

“Al armario no volvemos más”, dice Ezequiel Barrios

El actor y bailarín protagoniza “Puto”, una obra de teatro físico censurada en Brasil.

FUSIÓN. Ezequiel Barrios resalta el potencial inexplorado del teatro físico. prensa FUSIÓN. Ezequiel Barrios resalta el potencial inexplorado del teatro físico. prensa
23 Marzo 2019

ACTÚA HOY

• A las 22 en la Sala Teatral La Gloriosa (San Luis 836).

Admite que no lo esperaba y que quizás por ello, el impacto fue brutal. Pero haber sido prohibido en Brasil (había sido invitado a presentar su obra “Puto” en el Festival CumpliCidades de Recife, pero no se presentó porque su vida podía correr riesgo ante creciente violencia contra la comunidad Lgbti), lo llevó a fortalecer sus principios.

“Implicó un golpe muy fuerte, no en lo personal sino en lo social. A mis 37 años, ingenuamente creí que era algo que le había pasado a otra generación de artistas, que a mí no me iba a ocurrir. Hay mucha gente en contra de nuestra visibilización; en la región hay un movimiento fuerte de grupos antiderechos que nos quieren callados. Pero al armario no volvemos más, este estado persecutorio me incentiva a seguir girando con la obra”, le dice Ezequiel Barrios a LA GACETA.

Esa gira lo trae esta noche a La Gloriosa (en el marco de un viaje por el país, con más de 20 presentaciones), donde presentará su creación de teatro físico, que es además su tesina de graduación de la carrera de Composición Coreográfica en Danza Teatro de la Universidad Nacional de las Artes. “Hace tiempo que tenía ganas de trabajar en un unipersonal en el que confluyan los diferentes estilos de danza que manejo y el teatro. Como disparador, partí de muchos textos que escribí en la cátedra Escritura Dramática de Pablo Rotemberg, donde el eje era lo autobiográfico: cuento las vivencias de una persona que no quiere ser lo que es, el enfrentamiento con el propio deseo, la discriminación donde víctima y victimario habitan en un mismo cuerpo”, aclara.

Las referencias personales atraviesan la propuesta, en la que también se reivindican a viejos luchadores por los derechos sociales. “Hace 30 años, cuando estaba encerrado en mi cuarto escuchando ‘La novicia rebelde’ y pensando coreografías, Carlos Jáuregui y muchos otros estaban en la calle construyendo una sociedad en la cual yo pueda gritar ‘puto’ y mucha gente me aplauda. Él decía: ‘en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política’. Eso resuena en nuestros cuerpos una y otra vez, aviva permanentemente la llama de la lucha, la necesidad de mostrarnos, de abrir nuestros corazones, vivir nuestros deseos y hacer un arte sincero que emerja desde nuestras entrañas”, sostiene.

La formación de Barrios lo lleva a tener muy presente la danza como base de su opción teatral. “Mi forma de contar es desde el cuerpo, desde la transpiración, desde el cansancio. Mi preparación como bailarín me permitió poder elegir distintos estilos de danza para contar cada emoción específica. Las acciones dramáticas son las mueven la obra, hay movimiento antes que palabra”, precisa. Por ello, sobre el escenario hay matrices africanas de la danza fundidas con otras contemporáneas y con el aporte criollo.

“El teatro físico tiene un gran potencial, recién está explotando. Los cuerpos hablan de muchas formas además de con la palabra. Cada vez más actores toman clases de danza y a la vez los bailarines se entrenan en la palabra. Las artes escénicas piden fusión y eso nos lleva como autores e intérpretes a formarnos en disciplinas múltiples”, concluye.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios