La mujer es un pilar fundamental para el agro

La mujer es un pilar fundamental para el agro

El jueves, con el Día del Campo, y ayer, con el Día Internacional de la Mujer, se conjugaron dos aspectos que van de la mano, por el importante aporte que tiene la mujer en el sector agropecuario, ya que hay actividades que sin la intervención femenina no se podrían concretar, además del rol que la mujer tiene en la consolidación de la familia rural.

> REPORTE RURAL

Durante esta semana se produjeron dos acontecimientos importantes que están vinculados entre ellos de alguna manera. Uno, vinculado con la actividad rural, en particular, y otro con toda la población mundial, en general, y nos referimos al Día del Campo, que se festeja el 7 de marzo, y al Día Internacional de la Mujer festejado ayer.

Están vinculados porque la mujer y la producción en el campo mantienen una cercana relación, no solo ahora, sino desde hace tiempo inmemorial , ya que ella fue, es y será un pilar fundamental en la vida cotidiana familiar, social y empresarial, y a la vez cumple un rol fundamental en la producción agropecuaria en la provincia, el país y el mundo.

En Tucumán hay múltiples actividades agropecuaria y agroindustriales, ya que se producen al año 273.000 ha de caña de azúcar, 42.000 ha de cítricos, 200.000 ha de soja, 80.000 ha de maíz, 100.000 ha de trigo, 20.000 ha de garbanzo, 18.000 ha de porotos, 8.000 ha de papa, 1.200 ha de arándanos, superficie que varían según los comportamientos climáticos y económicos, a la que además se suman otros cultivos hortícolas, frutillas y pasturas y campos ganaderos mixtos y cabañas de envergadura con genética muy reconocida.

Estas actividades son diversas y requiere el trabajo constante de empresarios, técnicos, profesionales de diversa índole, cosecheros, maquinistas, tractoristas, y operarios varios que día a día realizan una gran labor para que los bienes del campo salgan y sean comercializadas y consumidos en diversos, mercados internacionales y nacionales.

Esto permite que las riquezas producidas en el campo sean distribuidas finalmente en todas las actividades y en benéficos de la sociedad en su conjunto, y que los alimentos producidos puedan ser consumidos por la población de esta región y de aquellas a las cuales son exportadas.

Plantear estos ejemplos nos permite visualizar la importancia del trabajo que realiza el ser humano en las actividades agropecuarias e agroindustriales en los campos de un país, región o provincia.

La mano de la mujer

En la historia siempre se habló de que el trabajo del campo es duro y que el hombre fue el pilar del desarrollo en estas actividades, pero a medida que el tiempo avanzó muchas actividades necesitaron de la mano de la mujer para que las cosas salgan como debía ser y para que las actividades productivas prosperen.

En la literatura rural siempre se dice que para que un desarrollo agrícola y rural sea equitativo, eficaz y sostenible no se puede conseguir sin el reconocimiento expreso de la enorme aportación de la mujer rural a la producción alimentaria y agrícola, y también por su función crucial para determinar y garantizar la seguridad alimentaria y, a la vez, el bienestar de todo el hogar.

En todo momento es importante valorizar el papel de la mujer en las explotaciones agrícolas y en el mundo rural. Hoy, el mundo laboral exige, y así debe serlo, que se garantice la igualdad entre hombres y mujeres, ya que se trata de uno de los principios fundamentales de cualquier país del mundo moderno.

Es importante comentar que las mujeres siempre han estado presentes en el campo, aunque no se les haya tenido tan en cuenta cómo se puede tener en la actualidad y en el futuro. Lo real es que hay actividades productivas en la agricultura moderna que no podrían existir sin la presencia y el trabajo de las mujeres. Si bien su tarea en la explotación suele tener carácter complementario, su presencia y su labor sirven para consolidar el tejido social que sostiene a su familia y a su explotación.

La mujer en el campo realiza múltiples actividades que muchas veces es muy largo describirlas, como profesionales, empresarias, cosecheras, embaladoras, laboratoristas, tractoristas, etcétera; también se encargan de otros servicios como son el turismo rural, la venta directa de productos de la granja, los transportes locales o las ayudas a domicilio, servicios que participan en la vitalidad del medio rural, lo que les permite mantener una puerta abierta hacia el exterior.

La mujer y el campo están tan vinculados que es imposible que algunas actividades agropecuarias y agroindustriales puedan realizarse sin la presencia de la mujer, y a eso debemos tenerlo siempre en cuenta.

Todavía queda mucho por hacer, y queda mucho camino por recorrer, para alcanzar la igualdad de oportunidades en la agricultura y en el medio rural entre el hombre y la mujer, como así también en otras actividades por fuera de lo relacionado al campo. El rol de la mujer en muchísimas labores y actividades rurales es fundamental para lograr el éxito productivo buscado, y en esto la actividad agropecuaria y agroindustrial lo tienen bien en claro.

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