Cartas de lectores
15 Enero 2019

Edad de imputabilidad I

La ministra Patricia Bullrich, junto al presidente Macri, dicen querer bajar la edad de imputabilidad, en un típico discurso demagógico e hipócrita, como si un niño naciera siendo adicto o criminal. Propongo que primero modifiquen lo de la “inimputabilidad en mayores”, para que puedan declarar personajes como el “padre de la patria contratista” (y padre del Presidente), Franco Macri, maestros de la farsa; del engaño y de la corrupción. Por cada delito cometido por aquellos que nacieron sin una mínima oportunidad de emerger desde las cloacas de la desigualdad, mueren miles de oportunidades colectivas, a causa de la voracidad de aquellos que nacen protegidos para delinquir a gran escala y para envejecer lejos de la Justicia de los hombres y de una cárcel común. Apunte a los mayores poderosos y no a los niños y adolescentes vulnerables y débiles, ministra: verá cómo comienzan a cambiar las cosas.

Javier Ernesto Guardia Bosñak

Edad de imputabilidad II

La tentativa de responder a mi carta del domingo 13/1/18 “A favor de bajar la edad punible”, esbozada por el lector Clímaco de la Peña el lunes 14/1/18, “Edad de imputabilidad”, al carecer de la precisión que debe tener una réplica la hace de difícil respuesta. Ni la hace merecedora de una respuesta salvo por cortesía, como es este el caso. Cuenta el lector que me objeta todas sus desventuras y angustias ante mi propuesta, y recuerda las que llevan a la gente a delinquir. Incluso incursiona en entomología con su mención a la pata de una mosca. Pero no dice nada en defensa de la impunidad que pretende para los delitos que cometan los menores. Recuerdo a los lectores que el delito es siempre delito y que el delincuente es siempre un delincuente. Para leer algo sobre el delito cometido en estado de necesidad recomiendo a Víctor Hugo, su obra “Los miserables”, que dio lugar al concepto de “hurto famélico” en el lenguaje jurídico. Para justificar el delito no sirve incluir “en el análisis del fenómeno de la delincuencia juvenil el contexto socioeconómico en que se inserta” porque eso es inmoral y porque así se justifica cualquier delito que cometan los pobres y los que se dirán pobres por consejo de su defensor. La sensiblería demostrada ante los victimarios sería mejor empleada ante el drama de las víctimas de los delitos cometidos por sus defendidos. Reitero mis conceptos en mi carta anterior, y en especial su última oración.

Jorge María Miranda

Corrientes 170

San Miguel de Tucumán

Humor de verano

Sabido es que el humor popular no tiene estación durante el año, pero, como estamos de vacaciones, quiero compartir un par de secuencias risueñas acontecidas en estos días. Ayer, un señor entró a la panadería, pidió pan y facturas y cuando le iban a dar el vuelto, la joven le dijo: “¿le puedo dar…?”, y se quedó callada. El hombre miró a la góndola que la joven le señalaba y le dijo: “sí, ya sé, ¿cuernos?”. Y, girando la cabeza, me dijo: “¿más todavía?”. A lo que yo respondí con una sonrisa. Pero de pan con grasa no quedaba más que cuernos. Entonces el hombre dijo: “Sí. Deme cuernos”. La joven, sonrojada, quería explicarle que hay hombres que pueden interpretar mal lo que ella le dice cuando menciona la palabra cuernos. Tras lo cual, el señor me dijo en voz baja, como quejándose, pero obviamente en broma, “si, al final, ya estoy acostumbrado”. Y se fue. Luego, me atendió a mí, y yo le dije de entrada nomás: “a mí no dude en ofrecerme cuernos, porque los luzco con orgullo”. La chica sonrió y me despachó. Otro caso muy gracioso, ocurrió el mismo día con mis sobrinos nietos, todos pequeños, cuando me pidieron que les contara un cuento de miedo. Yo le inventé una historia cualquiera y ellos escucharon atentos. Al final, una de mis pequeñas sobrinas, de tres años y medio, me dijo con voz temerosa: “¿sabés tío, que yo el otro día fui de noche al baño y escuché una voz”. “¿Ah, sí?”, le respondí. A lo que agregué simulando estar asustado: “¿y qué te dijo la voz?”. “Nada”, me respondió. ¡Qué voz más extraña!

Daniel E. Chávez

Pje. Benjamín Paz 308

San Miguel de Tucumán

Tramo en mal estado

El tramo entre Tucumán y las Termas, por la ruta 9, y que tiene peaje, está en pésimas condiciones. De noche es un peligro transitar porque las líneas que limitan pavimento y banquina están borradas y son kilómetros. Con el asfalto deteriorado un vehículo a una velocidad coherente corre riesgos. Urge un mantenimiento correcto.

Carlos Rubén Ávila

Embotellamiento en un peaje

El domingo a las 20 volvía con mi familia de un fin de semana en la provincia de Salta, en una ruta 9 bastante cargada de tránsito, cuando al llegar al empalme con la ruta provincial 311 nos encontramos con un terrible embotellamiento, que llegaba hasta la estación de peaje de Molle Yaco. Cuando llegamos a la estación, después de más de 20 minutos de espera, le preguntamos al empleado de la cabina si era capaz de ver la fila que había, de aproximadamente 2,5 km. El empleado dijo no ver nada, mientras otro que se encontraba dentro de la misma cabina se apresuró a decirnos que si teníamos una queja estaba disponible el libro a tal fin. Más allá de la educación de los empleados o la ausencia total de ella, es llamativo que no exista ninguna autoridad que sea capaz de hacer cumplir el artículo 46 del decreto 1007/2003, que establece que la espera máxima en ese peaje, en las vías mixtas es de cinco minutos y la fila máxima no debe exceder los 20 vehículos. En tales casos el operador del peaje debe levantar las barreras hasta que el tránsito se normalice. Esto ocurre ante la vista (gorda) de Gendarmería, que tiene su puesto de control a metros del peaje y de todas las autoridades nacionales y provinciales que en lugar de pelearse por las próximas elecciones, tendrían que estar defendiendo los derechos de los contribuyentes ante los abusos e incumplimientos de las empresas con las cuales hicieron contratos. Esta situación facilita los embotellamientos en la ruta, los accidentes y malestar de los visitantes y residentes de la provincia y afecta irremediablemente, en muchos casos, el turismo.

Carlos María Flores

La ramada, Burruyacu

Es lamentable en el estado q se encuentra el desvío de la ruta vieja y entrada del cementerio de la Ramada, Burruyacu, por lo que resulta imposible poder ingresar a visitar a nuestros seres queridos que descansan en el lugar. ¿Tanto costará pasar la máquina y enripiar para mejorar la calidad del ingreso de la gente al lugar? Cabe mencionar que en épocas de lluvia se torna más intransitable debido al barro y a los pozos, por lo que no se puede pasar tanto en vehículos y mucho menos caminando. Solicito a las autoridades competentes comunales que tomen cartas en el asunto, ya que está situación es de vieja data, pasan distintos mandatos y no hacen nada.

Julia María Inés Fuensalida

Río Nío

Río Nío tiene el privilegio de estar a 61 Km de nuestra Plaza Independencia, se llega allí saliendo por El Colmenar. Los primeros 30 Km están pavimentados, el resto es un literal y concreto horror cuando llueve y, cuando no, un ripio en pésimas condiciones (salvo raras excepciones). Acobardan al más osado o al más valiente. Es una valle inmenso, limitado desde donde sale el sol, el Cerro del Campo y su límite es el Cerro de Medina, con un clima cálido, una brisa casi constante, con noches frescas. Al lado del camino se desliza el río, donde algunos van a pasar el día con mates o un churrasquito mientras los chicos juegan en el cauce. Hasta allí todo bien; pero ¿nunca se le ocurrió a algún Gobierno pavimentar los kilómetros que faltan? Este gran problema no ha sido advertido por las autoridades y produce que el colectivo no llegue y que nadie pueda viajar. El CAPS sólo funciona de lunes a viernes y en horario acotado; creo que el director del centro debería buscar soluciones y salidas alternativas. Los delegados comunales no gestionan para hacer un balneario, ya que el río corre a la vera del camino, ni un confitería pulcra a la que se pueda ir. Una hostería sería lo más indicado no sólo para la comodidad de los que se llegan, sino para generar fuentes de trabajo. Cada tanto el Ministerio del Interior debería llevar a cabo una auditoría para comprobar si todos los que figuran como empleados de la comuna, lo son realmente. La zona está custodiada por la comisaría que está en Villa Padre Monti y es responsable hasta Los Chorrillos, a 40 Km, y sólo hay tres o cuatro policías. ¿No resulta demasiado poco? Creo que el Gobierno debería tener todo esto en cuenta respecto de este hermoso lugar. Calcule si se lograra desarrollar un centro turístico: ¡cuánto más podría desarrollarse nuestra maltratada Provincia! Por favor, señor gobernador: tome debida nota y si me necesita por favor llámeme. No deje que mis palabras caigan en saco roto; y no dude, si usted va por Río Nío unos matecitos le habrán de convidar, los besitos corren por su cuenta; y no se olvide, de la nada, nada viene.

Héctor Leonardo Bravo

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