La marea verde se impuso en las artes visuales

La marea verde se impuso en las artes visuales

Las problemáticas sociales estuvieron presentes en la agenda durante todo el año. Debate pendiente: la paridad de género.

TUCUMÁN ARDE. Los afiches del colectivo Cuerpos Aliados se pegaron en distintas zonas de la ciudad, con distintas leyendas. TUCUMÁN ARDE. Los afiches del colectivo Cuerpos Aliados se pegaron en distintas zonas de la ciudad, con distintas leyendas.

Decididamente político y feminista; arrastrado por la marea verde; denso y crítico.

El arte expresó a su modo las problemáticas sociales del país en el año que está terminando, algunas de las cuales tuvieron en Tucumán planteamientos muy reaccionarios y apoyo oficial. Fue reducido el espacio que quedó para plantear otras inquietudes colectivas o individuales, como la muestra “Visibilizar lo invisible” o el homenaje a Rodolfo Bulacio. No obstante, puede indicarse que se avanzó en el uso de la tecnología como herramienta artística (con aplicaciones de la realidad aumentada y de los drones).

1.- Con indisimulada violencia, Geli González provocó una dura ruptura atravesando y quebrando el techo de una de las salas del Museo de la UNT con un enorme caño de metal. “Mi mundo es todo el mundo” (tal fue el título de la exposición) pareció anticipar ya en marzo lo que se vendría en todo 2018. Distintas lecturas podrían efectuarse en esa gran instalación de esculturas, piezas, cerámicas y obras que, previamente, fueron dibujos, líneas y puntos.

2.- El Grupo Intervencionista de Tucumán (GIT) y el colectivo Cuerpos Aliados realizaron diferentes acciones para denunciar la violencia de género y demandar reivindicaciones feministas. El primero, con “Cuerpos sudados” (fue vandalizada) prácticamente se tapó la fachada del Museo Timoteo Navarro con pinturas y dibujos sobre telas que también cubrieron espacios en Tafí Viejo y otras ciudades del interior. Cuerpos Aliados recorrió más el camino de las calles, con sus imágenes de una mujer común en defensa del aborto legal, justicia por Paulina Lebbos y otras víctimas, y en reclamo contra la discriminación (acción que últimamente llevó a las escuelas). Entre ambos colectivos participaron de las acciones no menos de 40 artistas. La discusión sobre el aborto precisamente, motivó intervenciones artísticas de otros grupos de mujeres sobre afiches y discursos de candidatos políticos (también se creó Actrices Tucumanas). Los grandes eventos del año concluyeron con protestas por la falta de paridad de género y con exigencias de mayor participación en la Bienal de Fotografía y el Salón de Tucumán. Curioso fue lo sucedido, teniendo en cuenta que la dirección de la Bienal alentó esas expresiones, que el museo está dirigido por mujeres y que en el propio jurado del salón eran mayoría. Pero el dato aportado en la declaración no puede discutirse: “de los 61 artistas admitidos en la convocatoria, sólo 18 fueron mujeres, ninguna de las cuales recibió alguno de los cuatro premios más importantes”.

Contundencia

3.- Contundentes fueron las expresiones en el Salón del MUNT y en la Bienal de Fotografía Documental. Las telas con textos bordados de Lucrecia Lionti: “Tirar un piedrazo de este tamaño es un intento de asesinato (sic). Matar, no”, “Austeros y cuidadosos” y “Queremos ser socios de Argentina”, se asocian inmediatamente a importantes títulos de los medios de comunicación, aunque la sintaxis haya sido alterada, subvertida de algún modo. Nos habla directamente la realidad, nos detiene frente a esa instalación que ganó el primer premio en el salón. Lionti venía de ingresar al Museo Reina Sofía con la tela bordada “Geometría o Barbarie”.

“MI MUNDO ES TODO EL MUNDO”. La instalación de Geli González en marzo marcó una violenta ruptura en una de las salas del MUNT. la gaceta / foto de analÍa jaramillo “MI MUNDO ES TODO EL MUNDO”. La instalación de Geli González en marzo marcó una violenta ruptura en una de las salas del MUNT. la gaceta / foto de analÍa jaramillo

El Bondi es un grupo reconocido por trabajar en estéticas contestatarias, creando situaciones en algunos casos; situacionistas, si se quiere, un movimiento político-artístico que influyó en el Mayo Francés. “Zona Franca” (“Duty Free”) que ganó la mención en el salón, es una mise-en-scène de una feria de copias, de objetos piratas, ropa usada, PC’s que disparan textos y una fotocopiadora. “Duty Free” se entiende como zona libre: de impuestos, de obligaciones, sin derecho de autor, donde todo se convierte en un espacio en el que abundan las citas de otros artistas e incluso de los que exponen a pocos metros. Ironías y parodias que hablan de una realidad cercana, porque la sala central del MUNT es ocupada por una instalación marginal, que trabaja en los bordes (aunque está ubicado en el centro), con algo que se podría ver, sin mayor dificultad, en la vieja terminal de ómnibus o en el Mercado Persia. Como se trataba de un work in progress, la frase de Pierre-Joseph Proudhon se inscribió luego, pintada desprolijamente: “la propiedad es un robo”. Un arte político que no tanto se desmarca de la institución (museo o salón) sino que le interesa incorporar la realidad a esas instituciones y dislocar su situación de obra (tema pendiente de un gran debate).

Y qué decir de la Bienal de Fotografía Documental que reivindicó los 35 años del “Siluetazo” con una muestra de Eduardo Gil y “Siluetas & Lazos”, y de otros autores como Pepe Mateos. Hubo discusiones en las que se manifestó una numerosa juventud interesada. La Bienal no sólo ocupó el Centro Cultural Virla, el Museo Timoteo Navarro, el MUNT sino también realizó trabajos en la Escuela de Famaillá y los Talleres Ferroviarios y, como se ha escrito, convocó a centenares de jóvenes entusiasmados. Este evento fue tan político que sus propios artistas reclamaron a los organizadores mayor participación de las mujeres en la dirección y exposición durante el “pañuelazo”. Un grupo de feministas también realizó una performance en la inauguración del Salón de Tucumán, quejándose porque no había mujeres entre los premios importantes y pocas eran las seleccionadas, como se mencionó.

Memoria

4.- Lo político estuvo, igualmente, en el tributo-memoria a “Tucumán Arde”. De repente, el movimiento fue asumido por algunas instituciones a partir de iniciativas independientes. 50 años es medio siglo y vale interrogarse sobre la vigencia del pasado: “Tucumán Arde” y “Siluetazo” fueron las operaciones artísticas políticas más importantes del siglo XX en el país. Octubre y noviembre estuvo agendado en charlas, debates, acciones y difusión y creación de plataformas digitales. Para reflexionar: todas estas convocatorias tuvieron una escasa respuesta de público: las charlas de la Secretaría de Extensión y de la Facultad de Artes no reunieron un centenar de personas (podría agregarse que una acción de GIT tampoco sumó más de medio centenar) y las iniciativas independientes (de @TucumánArde50años y los que invitaron a Beatriz Balvé, no aportaron mucho más). En las redes sociales tampoco alcanzó gran repercusión.

Premios, museos

5.- Como sucede con frecuencia, los premios de salones trajeron sus polémicas; así como las distinciones y reconocimientos. “Pablito clavó un clavito”, una composición de irregular geometría realizada por Pablo Guiot utiliza un trabalenguas infantil para reflexionar sobre el arte conceptual. Las críticas a ese primer premio vinieron por las relaciones del artista con el museo y por tratarse de una obra conceptual y aparentemente simple.

6.- En el año, los museos tuvieron grandes dificultades. Con escasos o nulos presupuestos, tanto el Museo de Casa Histórica, como el Timoteo Navarro, el MUNT y el Centro Cultural Virla sufrieron los avatares del clima, con humedad expuesta y riesgos de caídas de la propia construcción (hubo días en que uno de ellos hasta carecía de agua). La Nación, la Provincia y la Universidad comparten responsabilidades en ese sentido. Ni hablar pues, entonces, de las programaciones y sus costos organizativos. La Casa Histórica tuvo algunas remodelaciones prometidas, pero el año termina sin reponerse el espectáculo de Luz y Sonido. Tampoco se avanzó con las refacciones en la fachada del Timoteo Navarro (9 de Julio 44). Tanto en el MUNT como en la Casa Histórica no se resolvieron los “problemas” de dirección. En el primero renunció la directora (sin causa conocida), asumió otra y al par de meses dimitió expresando su desacuerdo con su jefa de Extensión de la UNT. En el solar histórico, ganó el concurso la segunda postulante seleccionada hace varios meses, pero aún no asumió (no se sabe la razón).

7.- Quedó claro que tal como se venían planteando las prácticas artísticas no se podrá continuar. Hay mucha demanda incluso en esos espacios “copados”. La exigencia de paridad de género, el famoso 50 y 50, exige en el arte y en otros ámbitos, consideraciones muy diversas. Hay debates pendientes y más que grietas, rupturas.

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