Atlético: aprender de las duras derrotas

Atlético: aprender de las duras derrotas

Ayer, la final contra Huracán; hoy, el 2-3 en el clásico

CLÁSICO. Atlético perdió contra San Martín hace dos semanas, tras ir ganando 2 a 0 en su estadio.  la gaceta / foto de hector peralta (archivo) CLÁSICO. Atlético perdió contra San Martín hace dos semanas, tras ir ganando 2 a 0 en su estadio. la gaceta / foto de hector peralta (archivo)

En 2014, Atlético tuvo la inmejorable chance de ascender a Primera con una “oferta” de cinco ascensos entre 11 equipos. Por un momento la aprovechó: iba primero a mitad de campeonato, con casi 10 puntos de diferencia sobre el sexto. El equipo se desmoronó y terminó perdiendo un agónico desempate contra Huracán, en Mendoza, encajando uno de los golpes más duros en su historia.

Hace dos semanas y en su propio estadio, Atlético le ganaba 2-0 a San Martín. Se trataba del primer clásico en Primera en casi 40 años. Lo terminó perdiendo 2-3 de manera increíble y cortó una racha de 13 años sin derrotas oficiales ante San Martín y 18, en 25 de Mayo y Chile.

Seguramente usted ya conoce ambas historias. Mucho más la última, todavía fresca en las memorias de hinchas y jugadores. Seguramente también no sea lo más agradable recordarlas pero justamente el recuerdo y la memoria de ese golpe hace cuatro años, fue lo que hizo que Atlético esté hoy donde está. Es por eso que este texto empezó recordando esa situación.

Atlético conoció allí la palabra resiliencia: de ese episodio futbolísticamente traumático, sacó el aprendizaje, la fuerza, la motivación y el juego necesario para ascender en 2015, clasificarse a su primera Copa Libertadores en 2016, jugarla y llegar a la final de la Copa Argentina en 2017. Esto le permitió jugar su segunda copa y llegar a cuartos de final. Además, terminó tercero en la Superliga, en 2018.

RECUERDO. En 2014, Atlético perdió con Huracán una chance inmejorable de ascender a Primera.  foto de archivo RECUERDO. En 2014, Atlético perdió con Huracán una chance inmejorable de ascender a Primera. foto de archivo

Ahora, ¿es lo mismo perder una oportunidad para ascender desde una generosa B Nacional que perder un partido tras un año fantástico? No, para nada. Son situaciones y momentos del equipo muy distintos pero que increíblemente se encuentran en el dolor.

Es que en estos cuatro años, el equipo no había sufrido una derrota que duela tanto como esa. Podrán decir que fue fuerte el 0-5 ante Tigre en 2016 pero fue una de las pocas derrotas dentro de un torneo casi perfecto. La final ante River si bien era una chance para el primer título oficial no deja de ser eso: una final ante River. Escenario ideal. Lo mismo y con mayor intensidad sucedió en el 0-4 ante Gremio en cuartos de final. No hay discusión: la derrota más dolorosa sucedió hace dos semanas.

¿Por qué, entonces, no intentar sacar algo positivo de se fatídico 2-3? No son situaciones similares pero el hecho que sean las dos derrotas más dolorosas en los últimos cuatro años del club, las equiparan a cierto nivel. ¿Por qué no hacer de la caída en el clásico, el nuevo Huracán 4-Atlético 1? Y a partir de allí volver a aprender, recobrar fuerzas, motivación y juego para explotar al año siguiente.

No se trata de una revancha específica ante San Martín, algo que llegará por decantación si el equipo logra capitalizar esta derrota.

El primer paso, más allá de entender que fue un año fantástico y que en nada queda opacado, es no minimizar el golpe. Asumirlo. Así lo hizo todo el plantel tras perder el desempate con el “Globo”. El hotel Intercontinental en Mendoza fue testigo, horas después del partido, como lo sufrieron los jugadores, que en su mayoría se quedaron para tener revancha. El éxito de los años siguientes empezó allí.

Quizás, ese vestuario en silencio luego del clásico sea también el inicio de algo incluso mejor de lo que vivió hasta ahora Atlético.

Después de todo hay coincidencias de qué agarrarse: ambos tropiezos fueron en diciembre y en ambos hubo un total de cinco goles. Apenas son unas excusas por si le sirviera para conectar los episodios. De la derrota siempre se aprende y de las más duras, más todavía.

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