Para Darío Souza “ante un producto cultural de calidad, el público responde”

Para Darío Souza “ante un producto cultural de calidad, el público responde”

El gestor cultural destaca que el artista debe profesionalizarse. Y que el Estado debe ayudar a construir audiencias.

CRITICO. Los organismos estatales que administran la cultura se han convertido en productoras, afirma Souza. LA GACETA / FOTOS DE HÉCTOR PERALTA.- CRITICO. Los organismos estatales que administran la cultura se han convertido en productoras, afirma Souza. LA GACETA / FOTOS DE HÉCTOR PERALTA.-
18 Noviembre 2018

¿ Qué tienen en común el “Oficial Gordillo” de Miguel Martín con las randeras y tejedoras tucumanas; con el polo de diseño; con las bandas de rock, de folclore o de música tropical; con la producción audiovisual y editorial local; con los festivales de jazz o de música clásica; o con la Bienal de Fotografía, por no citar el negocio del software en la provincia, o el festival de la Empanada? En que todos esos productos aportan, cada uno desde su nicho, a la llamada “Economía creativa”. Un sector al que “la política” no le ha dado hasta ahora la entidad que merece, porque se estima que aporta entre el 2.5% y el 3% del total del PBI. Hay excepciones, por cierto, como la ciudad de Buenos Aires, que ha entendido ya desde hace unas cuantas décadas el impacto que la cultura tiene en su economía, y se ocupa en medirla, a través de su Observatorio de Consumos culturales. Mientras tanto, en Tucumán, la charla con Darío Souza, músico, gestor cultural y creador del festival de cultura joven “Pulsudo” lleva a hurgar en estos fenómenos propios de un mundo en el que la creatividad se consolida como valor agregado.

- Definamos qué son las economías creativas...

- En el año 2000, un inglés, John Hopkins, desarrolla el concepto de economía creativa, que incluye a las industrias culturales, pero también a los videojuegos, software, el diseño, la gastronomía, el desarrollo tecnológico, todo lo que es innovación. Uno de los grandes temas de la economía creativa es el futuro del trabajo. Porque el avance tecnológico va a poner en jaque ciertas actividades productivas, y eso va a llevar a un trabajo más intelectual. Ahí la creatividad y la imaginación toman valor, tal es así que muchos países están apostando a esos sectores para sostener su economía.

- Y tan es así que está en la agenda del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se trata de qué hacer con ese ocio…

- Es probable que cuando la gente deje el trabajo productivo se dedique a las actividades creativas. No sabemos qué va a pasar con la tecnologización del trabajo, pero una teoría afirma que cuando la gente deje el trabajo productivo se dedicará a las actividades creativas. Ya algunas ciudades lo están desarrollando de manera sistemática. Buenos Aires es un ejemplo.

- Fuiste el único tucumano en el Mercado de Industrias Creativas de Sao Paulo ¿Para qué sirven esos espacios?

- Son eventos muy valiosos para el cruce entre disciplinas, el intercambio de ideas, que es lo que más se valora en el área de las industrias creativas. Por otro lado, el perfil internacional de este evento permite hacer vínculos con otros países de la región. Llegamos a este mercado porque participamos en una convocatoria del ahora ex Ministerio de Cultura de la Nación. Son eventos nuevos en América latina, y mucha gente de la cultura los resiste.Pero creo que una falencia en este tipo de mercado es que no están invitados los actores de financiamiento.

- ¿Porque tiene un perfil de negocio?

- Exacto. Opinan que banalizan los bienes culturales. Yo vengo participando en este tipo de eventos desde hace años. En Buenos Aires hay más proyectos que están más familiarizados con estos circuitos de comercialización; yo voy como artista o como manager, o como agencia de artistas, a encontrarme con un programador de un centro cultural, o de un festival, o con gente que compra espectáculos.

- A vos te eligieron por ser fundador del festival Pulsudo...

- Es un proyecto independiente, financiar un proyecto de esas características es un desafío. De este viaje hemos traído muchos contactos de Colombia, de Paraguay, de Uruguay, de Brasil, que quieren venir. Y nuestro objetivo es crear un corredor de circulación para artistas a partir del Norte y hacia arriba, que quiebre el eje Tucumán- Buenos Aires.

- En esta sinergia entre las áreas de Turismo y Cultura, ¿ayuda la existencia de nuevas rutas aéreas entre Tucumán y la región?

- Hay gente de Sao Paulo interesada en hacer intercambio, y los vuelos facilitan esta circulación. Hay que empezar a pensar un poco más cómo este producto que es Pulsudo, y que nació para nosotros como una plataforma para mostrar y difundir el trabajo de artistas tucumanos que no encontraban otros canales, se transforma de alguna manera en una plataforma más internacional. Creemos que ese es el camino a seguir, porque así Tucumán también hará nexos con otros países.

- Una cuestión central en la producción cultural es la construcción de públicos, de audiencias...

- Es cierto. Porque hoy, cuando uno ofrece un espectáculo, no solo está compitiendo con otros espectáculos, sino con muchas otras actividades. Los recursos son limitados, y yo tengo que elegir dónde gastar mis $ 400 el fin de semana. La oferta del producto cultural tiene que ser lo suficientemente interesante como para que justifique mi elección. Y el público se crea todo el tiempo, se educa, se forma. Pero un artista en soledad tiene poco poder para crear un público. Se necesitan políticas públicas para la formación de público, para la promoción de acceso a la cultura. Si las salas están vacías, tenemos qué pensar cómo traccionar público.

- En ese sentido, el Ministerio de Educación está trabajando puntualmente en formar a los chicos como público, en rock, en teatro...

- Sí, creo que ése será un público que más adelante va a tener otras inquietudes. Pero, en general, las entidades administradoras de la cultura desde el Gobierno se han transformado más en productoras de espectáculos. Y no solo ocurre en Tucumán. Por ahí hay un trabajo que no se está haciendo, de diversificar la oferta, promover la profesionalización. Y en la medida en que los productores, los actores, nos profesionalicemos y hagamos crecer nuestros proyectos, también vamos a ayudar a hacer crecer ese público. Cuando hay un proyecto de calidad, hay más garantías de que el público responda.

- Señalabas que una falla del Mercado de Brasil fue que no había financiadores. ¿Quién patrocina cultura?

- Creo que en Argentina primero, pero más en Tucumán, no hay una cultura del sector empresario como para ver la cultura como espacio de visibilidad de su marca.

- ¿Dónde deberían ver el rédito?

- Tiene una carga simbólica fuerte; algunos valores que pueden ser valiosos para la marca. Cuando se piensa en el patrocinio cultural se piensa en una acción de comunicación entre dos actores que en algún punto tienen un interés común. Si tengo ciertos valores como espectáculo, que promuevo la diversidad, o la tucumanidad, entre otros, si hay alguna marca que busca reforzar esos valores, puede asociarse con un proyecto cultural y mirarlo como una plataforma de comunicación. Hay la creencia de que el patrocinio es una especie de dádiva; y en realidad es una alianza, un trabajo de cooperación para potenciar los dos proyectos.

- Hoy, uno de los “productos” exitosos es Miguel Martín. No cualquier tucumano llena el Mercedes Sosa. ¿Cuál es, en tu criterio, la clave de su éxito?

- El es muy bueno, tiene un producto bien definido. Ese logro es el resultado de su fuerza de trabajo y profesionalismo, de un trabajo personal con su proyecto. Tiene un espectáculo bien montado, de fácil acceso al público. Es trabajo del artista y el productor saber identificar quién es el mejor público para nuestro trabajo, dónde está y cómo llegarle con una propuesta valiosa. Es importante garantizar los distintos eslabones de la cadena en la producción cultural. Por ejemplo, es muy difícil en Tucumán conseguir un manager. Nosotros estamos pensando para el año próximo en hacer aquí una formación para managers. Esa figura es fundamental. Si uno ve un artista que está más desarrollado que otro, seguramente ese artista está trabajando con un manager que está mirando cosas que el otro no mira; que tiene que ver con desarrollar la carrera y con ver la parte comercial.

› Darío Souza
Tiene 44 años, diseñador gráfico (Unsta), músico de rock (La insignia, Burritos), socio fundador de Umita ( (Unión de Músicos Independientes Tucumanos Autoconvocados), cursó posgrados en gestión cultural (Fundación Ortega y Gasset) y MBA en gestión cultural con orientación en Negocios en Río de Janeiro.

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