El romance eterno de una mujer abandonada por su esposo

El romance eterno de una mujer abandonada por su esposo

“Me basto y sobro” es un unipersonal dirigido por Manuel Maccarini y actuado por Sonia Pivotto.

SOLA FRENTE AL DESTINO. La catamarqueña Sonia Pivotto interpreta a Pola. SOLA FRENTE AL DESTINO. La catamarqueña Sonia Pivotto interpreta a Pola.
27 Octubre 2018

Pola tiene 55 años. Sobrelleva la soledad del abandono al que su marido la sometió hace un lustro, y se aferra al mito del amor romántico y eterno para tratar de darle un destino a una vida sometida a los códigos morales de una cultura avasallada por los tiempos.

Sonia Pivotto interpreta al único personaje de “Me basto y sobro”, la obra escrita y dirigida por Manuel Maccarini, que esta noche llegará de Catamarca a La Gloriosa. El monólogo se estrenó el año pasado y es uno de los siete que integrarán un libro de próxima edición del dramaturgo tucumano, quien está radicado en la vecina provincia y lidera el grupo Los Pejertos. Esta es la tercera instancia de Maccarini en Catamarca, desde que fue en 1997 para fundar la Comedia Municipal en esa capital.

“La puesta está alejada del simple monólogo expositivo; apela a recursos expresivos y técnicos que la dota de una mayor completud espectacular -explica Maccarini-. Podría decirse que en el aspecto actoral la obra es naturalista, con una aplicación escénica minimalista en un único espacio, y está narrativamente fragmentada en tiempo y en lugar, en lo dramática y en lo grotesco. Eso permite que se establezca una correspondencia estructural ambigua y ambivalente, acorde al estado de confusión psicológica del personaje”.

Como autor, aclara no le resultó difícil encarar el mundo femenino. Enumera que es hermano de dos mujeres; que trabajó con actrices a lo largo de sus 50 años de teatro (entre ellas con Mabel Manzotti durante más de una década) y que logró desarrollar una práctica de jugar instalándose en roles y géneros distintos. Su doble función en el armado de esta obra le permitió construir un proceso creativo participativo con Pivotto, en un constante diálogo y asimilación mutua de las ideas entre director y actriz.

“Podría decirse que Sonia proveyó la lógica de su universo femenino a cada situación planteada y que dejé a su elección otros aportes complementarios, como el diseño del vestuario y la selección de los temas musicales, con la inequívoca repercusión en la mirada y en el sentir de la mujer”, destaca.

La historia se enmarca en un inevitable contexto social: “Pola es representativa de un medio burgués y en su conflicto amoroso prevalece el deber ser, constituido por un sinnúmero de valores derivados de prejuicios específicos; en este sentido, la obra está orientada a ese segmento de mujer que hará verosímil e identificable la aserción”.

“En la elaboración del texto me he valido del ensayo ‘Amor líquido’, del sociólogo Zygmunt Bauman, donde considera que el amor ha sido trastocado en un producto de consumo mutuo, con relaciones bajo el influjo mercantil del sistema capitalista. Además, toda religión sostiene el ideal del amor para toda la vida, algo que todavía los creados por Dios no lo hemos podido resolver. En lo personal solo puedo adherir a un concepto del filósofo argentino radicado en Guatemala, Marcelo Colussi: ‘el amor eterno y absoluto es una bella construcción, pero no es posible en la perpetuidad de lo cotidiano’”, sostiene.

El director destaca que “la herramienta más eficaz del teatro es la transgresión, lo que no quiere decir agresión sino la creación de una propuesta que debe estar dirigida al aparato perceptivo del espectador, de manera que le impida cuestionar lo inaceptable en el orden de su moral, religión o ideología”.

“La tarea es proveerle al público una instancia de confrontación con los valores ya adquiridos para promoverles la contradicción. La verdadera función pedagógica del arte no es enseñar, sino desenseñar. El espectador debe desaprender lo que la cultura sistemática le imprimió. Tanto Bertolt Brecht como Jean Genet han sido didácticos en sus procedimientos dramáticos, diferentes, pero nunca moralistas ni agresivos. Como artistas que eran, les bastaba ser éticos”, puntualiza.

DESDE CATAMARCA

• Única función a las 22 en La Gloriosa (San Luis 836).

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