Heredero de una pasión

Heredero de una pasión

Agustín Canapino y su equipo visitaron Tucumán, en la previa a la carrera de STC2000.

PANEL. De izquierda a derecha, Agustín Canapino, Bernardo Llaver, Manuel Mallo y el gerente de Gemsa, Facundo Maccio. la gaceta / fotos de hector peralta PANEL. De izquierda a derecha, Agustín Canapino, Bernardo Llaver, Manuel Mallo y el gerente de Gemsa, Facundo Maccio. la gaceta / fotos de hector peralta

Agustín Hugo Canapino, uno de los mejores pilotos de la actualidad, es dueño de un historia muy particular. El arrecifeño (de 28 años), en sus comienzos en el deporte motor, rompió todas las reglas. Cuando lo habitual es que los chicos pasen por el karting para recién saltar a los autos de cuatro puertas, el “Cabezón” debutó profesionalmente a los 15 años en la categoría promocional Copa Mégane. Los éxitos no tardaron en llegar, pues dos temporadas después se consagró como campeón de la categoría.

En la previa a la carrera del Súper TC2000 de Las Termas, “Canapa” visitó Tucumán, acompañado por otros pilotos con los que integra el equipo Chevrolet YPF, Bernardo Llaver y Manuel Mallo. El arrecifeño, hijo de Alberto Canapino, uno de los más exitosos chasistas del automovilismo argentino, se prestó con deferencia a un diálogo en el que contó sobre sus comienzos y dio pautas de su presente.

Agustín recordó que unos de los “culpables” de lo que hizo en este deporte, aparte de su papá, fue Marcos Di Palma. “Él fue quien me llevó a mi primera prueba. Fue en 2005 en la Copa Mégane, que se corrió en San Jorge. Lo que ocurría era que mi padre no quería que yo corriera. Me decía que había visto pasar a muchos excelentes pilotos que pusieron mucha plata, y que no pudieron llegar a ser profesionales. Dudaba de que yo lo iba a lograr, porque no había corrido antes en karting”, señaló.

PÚBLICO. Las palabras de los panelistas fueron seguidas por todos con atención. PÚBLICO. Las palabras de los panelistas fueron seguidas por todos con atención.

Agustín también contó que, cuando regresaron a Arrecifes tras esa carrera, Marcos habló con su papá. “Recuerdo que le dijo ‘mirá que anda muy bien’ pero mi padre no le creyó. ‘Marquitos’ fue uno de mis profesores y quien me enseñó todos los secretos en este deporte que tanto me apasiona. Me llevaba en su avión a las carreras como si iríamos a la esquina a comprar caramelos. Es un personaje que me ayudó mucho. Es un ‘loco” de verdad, pero no come vidrio”, dijo.

La capacidad que mostraba en sus comienzos, en cada competencia que intervino, hizo que las mejores marcas lo quisieran sumar a sus filas. No tardaron mucho tiempo en llegar las alegrías. Para dimensionar su capacidad, tenemos que mencionar que desde 2007, no hubo temporada que no haya logrado sumar títulos. En 2006 fue campeón en Top Race V6 y TC2000 y en 2017, repitió en Top Race V6 y se adjudicó el título de Turismo Carretera, la categoría más atrapante de nuestro automovilismo. Hoy, cuando faltan cuatro pruebas para finalizar el campeonato de Súper TC2000, es el puntero del certamen con 155 puntos, aventajando por 16 a Facundo Ardusso.

Frente a tanta exigencia a la que se ve sometido, y a los cambios de categorías y autos, él se adapta con solvencia: “Cada una es diferente. En este caso del TC2000 se trata de autos de tracción delantera, con motores V8 con 430HP que pesan 1.100 kilos, con una relación peso-potencia que es altísima. Son vehículos muy rápidos, algo que ubica a la categoría entre las mejores del mundo. Lo bueno es que tenemos el privilegio de tenerla entre nosotros”.

Agustín considera que desde aquellos tiempos de José Froilán González, que también nació en Arrecifes, existió algo en el ambiente de la ciudad que fue contagiando a los chicos que se abrieron al automovilismo desde esa ciudad. “Es que a través de la historia grande de este deporte contamos con espejos inmejorables como para llevar a lo más alto los prestigios de la ciudad.” Sin dudas, él está sumando capítulos de gran valor a esa historia, llevado por su innegable talento.

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