Las heladas dañaron los cañaverales

Las heladas dañaron los cañaverales

Los campos localizados en Leales, Simoca y el este de Río Chico fueron los más afectados por el frío intenso que se registró en julio pasado. También hubo heladas en junio.

11 Agosto 2018

La mayor parte del área cañera de Tucumán está expuesta a la ocurrencia de heladas de distinta intensidad y duración, que afectan la producción de azúcar. En zafras anteriores, la ocurrencia de heladas severas llegó a provocar pérdidas de hasta un 25%, las cuales se deben a la reducción de la cantidad y, especialmente, de la calidad de la materia prima a procesar y a las dificultades en la recuperación fabril de azúcar, además de limitar la disponibilidad de “caña semilla” apta para la realización de las renovaciones. El informe fue realizado por los técnicos de la sección Agronomía de la Caña de Azúcar, ingenieras Fernanda Leggio y Sofía Fajre, y de la sección Sensores Remotos y SIG, ingeniera Carmina Fandos, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán.

La severidad de las heladas, caracterizada por su intensidad y duración, es uno de los principales factores que determina el nivel de pérdidas de azúcar que, además, estará condicionada por la incidencia de otros factores, como son las condiciones ambientales que se registren luego de las heladas (temperatura, humedad y lluvias), el comportamiento de los cultivares comerciales (nivel de maduración, capacidad productiva y cobertura, tolerancia al deterioro).

Es importante señalar que, en esta zafra, a partir de la segunda quincena del mes de mayo, y durante todo junio, los cañaverales ya se vieron afectados por bajas temperaturas, previo a la ocurrencia de heladas que se registraron a mediados de junio. Los más de 40 días sucesivos con temperaturas mínimas diarias entre 0º y 10ºC provocaron daños por “enfriamiento”, factor adverso que, durante el período de maduración de la caña de azúcar, afecta severamente la progresiva acumulación de sacarosa, ya que acontece la detención del crecimiento, asociada con una mínima y decreciente actividad fotosintética, hasta observarse el amarillamiento generalizado del follaje. Esta situación provoca la detención más temprana de la maduración, pudiendo generar importantes pérdidas de azúcar respecto de lo que se esperaba.

Distinta geografía

Además, entre el 15 y el 18 de junio, se registraron heladas en gran parte del área cañera, siendo, en general, suaves hacia el área pedemontana y moderadas en la zona de la llanura sur-oriental.

Posteriormente, en julio se presentaron los fríos más intensos y prolongados. Entre el 21 y el 29, la provincia fue alcanzada por un frente frío que provocó heladas de distintas características, destacándose el 24 y el 25 del mes pasado, cuando se registraron heladas suaves a moderadas en las zonas norte y pedemontana, y severas en la zona de la llanura suroriental.

En primera instancia, se puede señalar que la incidencia de estas heladas fue generalizada y con efectos variables sobre el cañaveral, que dependen en gran medida de su localización, de la variedad implantada, del nivel de crecimiento y producción, de la posición topográfica, de la cercanía de cursos de agua y/o zonas de monte, entre otros. El nivel de pérdidas de azúcar que podría provocar estará condicionado por la incidencia de factores como las condiciones ambientales que se registren luego de las heladas, por lo que acelerar la cosecha de los lotes más afectados es fundamental para minimizarlas.

En base a la información provista por imágenes satelitales Landsat 8 OLI y Sentinel 2A, correspondientes a los días 26 y 27 de julio, se estimó un avance general de cosecha del 48,3% de los lotes de la zona cañera de Tucumán, al día 27 de julio. Sobre las imágenes mencionadas, la Sección Sensores Remotos y SIG realizó, además, un relevamiento para evaluar la incidencia de las heladas en los cañaverales. Sobre las plantas sin cosechar se realizó el cálculo del índice de vegetación “Normalized Difference Vegetation Index” (NDVI). Los cañaverales no cosechados fueron separados en tres categorías según la intensidad de afectación de las heladas: suavemente afectado por heladas, medianamente afectado por heladas y severamente afectado por heladas. En las Figuras 1a) y 1b) se aprecia la distribución espacial de los diferentes niveles de afectación por heladas en los cañaverales tucumanos, destacando los cañaverales ya cosechados.

Se puede observar mayor presencia de cañaverales suavemente afectados en el departamento Burruyacu, en la zona pedemontana, y en el sector noroeste de Cruz Alta. En contraste, Leales, Simoca y este de Río Chico, presentan la mayor proporción de cañaverales severamente afectados por el frío.

Cabe recordar que el daño de los cañaverales destinados a molienda puede ser variable, de modo que es recomendable recorrer y evaluar cada lote, para establecer una prioridad de cosecha en función del grado de daño, y para determinar el nivel de despuntado apropiado que permita optimizar la calidad y minimizar las pérdidas de azúcar. Con respecto a la cosecha propiamente dicha, resultará fundamental evitar, restringir y controlar al máximo la quema de los cañaverales y reducir el estacionamiento de la materia prima en el campo, durante el transporte y en la fábrica, priorizando la cosecha integral en verde y con la menor demora posible.

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