10 Agosto 2018
DÉCADA DEL 70. Julio Romero, Luis Soria, Nito Zeitune y Oscar Imhoff, en la cumbre de Las Voces del Norte. LA GACETA / ARCHIVO.
TRIBUTO DESDE LAS 22
• En El Alto de la Lechuza (24 de Septiembre y Marco Avellaneda).
El folclore tucumano cancelará esta noche una deuda con una de las formaciones más importantes que dio la provincia. En la histórica peña El Alto de la Lechuza, que tantas veces los alojó en noches de zambas y chacareras, se reencontrarán los cuatro integrantes de Las Voces del Norte, la agrupación que marcó escuela entre 1965 y 1979, en un tributo especial a su forma de cantar. Como invitados especiales actuarán el dúo Salinas Lencina, Adrián Sosa, el Paisa Romano y Ahí Tá, entre otros.
La primera integración de Las Voces del Norte tuvo como principal tenor a Roberto Pérez, quien luego pasó a Los Tucu Tucu; en su reemplazo llegó Oscar Imhoff, hoy cantante lírico radicado en Alemania. Desde el primer día y hasta el fin estuvieron Luis Soria, Nito Zeitune y Julio Romero, estos dos últimos actualmente alejados de los escenarios que volverán a pisar hoy. Antes del recital, serán homenajeados en la Casa Histórica, donde arriarán la bandera nacional.
“Éramos un grupo de compañeros y amigos con el que vivimos el amor por la música. Hicimos muchas cosas importantes, como las innovaciones rítmicas que presentábamos, las actuaciones con Daniel Toro, los conciertos en los teatros San Martín y Alberdi, o el haber estado en Cosquín, que es imborrable. Nos emociona saber que, aunque hace mucho que no estamos, la gente nos sigue queriendo. Creo que lo que hicimos dejó su influencia”, afirma Imhoff, quien retorna a la provincia más de un año después de su última visita.
En su canto, el popular Pájaro mezcla la perfección de la técnica lírica que desarrolla desde hace más de 30 años con la voz natural con la que nació. “A medida que uno conoce más músicas, amplía su horizonte cultural y las formas de cantar. Se suman detalles que son muy importantes, pero para acceder a ellos hacen falta años de trayectoria”, admite.
En su llegada a Las Voces del Norte tiene que ver mucho lo barrial: era vecino de Pérez en la zona de Corrientes primer cuadra. En una vereda se escuchaba ensayar a los folcloristas y enfrente, a los músicos del pop de entonces, con Los Fantasmas. “Nos conocíamos de siempre y cuando se produjo la vacante, me llamaron. En ese momento decidí ser cantante profesional”, confiesa.
Es que el derrotero de Imhoff hasta llegar al folclore había sido largo. Comenzó en la música en el pop y en el rock, e integró los dos grupos emblema de la provincia en los 70, La Pequeña Banda de Tricupa (consagrada en el Buenos Aires Rock) y Reed (“nunca me olvidaré de los conciertos que hicimos en Rosario”, dice).
El cantante se volcó a la lírica al entrar al Coro Estable de la Provincia, en la década del 80. Ese empleo le permitió abandonar su trabajo de visitador médico, derivación de la carrera de medicina que nunca completó. La ópera pasó a ser el centro de su actividad artística. “En un principio me mofaba del género, lo caricaturizaba vocalmente hasta que me fui entusiasmando y me ocupa todo el tiempo”. En 2001 se radicó en Passau, ciudad alemana al norte de Múnich, donde se jubiló del coro local. “Todavía me siguen contratando en ese teatro para hacer distintos roles, aunque no de la envergadura de cuando era primer tenor. Me quieren mucho y es un gusto enorme seguir trabajando”, señala.
El tenor tiene una heredera consolidada: la cantante de jazz Melina Imhoff. “Me encanta lo que hace, es fantástica y estoy muy orgulloso de ella. La gente debe nacer con la necesidad de cantar, y luego solos verán qué pasos seguir. Después viene la técnica, la respiración, el apoyo vocal, el estado físico, porque hay que cuidar la voz ya que la carrera del cantante es larga”, finaliza.
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