Cartas de lectores
24 Julio 2018

SÓLO UNIDOS PODREMOS

Ratifico que las cartas que escribí no hace mucho sobre la responsabilidad sindical, es sólo una de las grandes posibilidades que existen de que los argentinos nos unamos. Ahora, también entiendo que el llamado “cuarto poder”, el periodismo, y en especial el Diario LA GACETA, pueden invitar a todos los medios de comunicación a unirse para pedir la unión entre todos los sindicatos y permitir que los políticos se unan y, de una vez por todas, hagamos planes a largo plazo y los cumplamos. Pero ahora, sólo esperaremos y buscamos a quién echarle la culpa de esta confusa situación, donde tenemos a la mitad de argentinos pobres y a los otros sin rumbo. Entonces, van a echarle la culpa a los “yankis” (los estadounidenses) de la inflación, de la falta de confianza, de los aumentos de precios, de las huelgas, del 40% de interés que paga el Gobierno para no hacer nada. Los sindicatos y todos los que dicen ser de izquierda, y también los de derecha, están listos para echarles la culpa a otros. Pero no están dispuestos a ser patriotas. Quizás alguien entienda y se porte como un patriota.

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Carmelo J. Felice

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INSEGURIDAD

Realmente parece no tener ningún tipo de solución el gravísimo flagelo de la inseguridad, insertada en nuestra ciudad desde hace mucho tiempo, y que cada día cobra más vidas inocentes, poniendo en riesgo total a la ciudadanía. La población, últimamente, toma en sus manos represalias contra esos delincuentes, al ver que ninguno de los tres poderes del Estado nada hace al respecto. Ahora, me pregunto: ¿les cuesta tanto hacer procedimientos progresivos y constantes en la vía pública, solicitando la documentación personal y la de cada vehículo, exigiendo el uso obligatorio de cascos y cinturones de seguridad, etcétera? No se los está haciendo en forma periódica; únicamente actúan cuando hay un siniestro. Esto tendría que revertirse. Los delincuentes no nos perdonan a nosotros. Es de terror. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Nosotros queremos justicia, basta ya de inseguridad. Urgente, queremos una solución.

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Daniel Francisco Leccese

Calle 10, N° 582

Las Talitas

NOCHES DE TANGO Y BOXEO

Conocí al “Yoryo” en la época de oro de Villa Luján, que llegó a ser la plaza más importante de boxeo después del Luna Park. Eran tiempos de las épicas peleas del “Torito” Velarde con el dinamitero del Abasto”, Ale Alí, los medianos Ecli y Deleo y otros tantos. Era la época de las grandes figuras radicadas en Tucumán, como Luis Federico Thomson, Oscar Miranda, el uruguayo Peralta, Ramón La Cruz, “el señor nocaut”, y el surgimiento de algunos campeones argentinos, entre ellos “La Pantera” Saldaño, que con La Cruz llegaron a disputar el título mundial. Representantes de la categoría welter siempre tuvo el boxeo, por alguna afininidad, que algún sociólogo podría desentrañar una estrecha relación con el boxeo. Fue el tiempo de grandes boxeadores, desde Pascual Pérez, Oscar Bonavena, Emilio Galíndez, Carlos Monzón -el más grande-, que estuvieron ligadas al “compás del dos por cuatro” (el tango). Por eso, el contador Jorge Mario Grandi cultivó esta doble pasión, y hasta sus últimos días fue fiel a sí mismo, lo que expresó en su programa radial “Noches de tango y boxeo”, en una radio FM local. Todos los domingos se escuchaba, junto a otro entusiasta, desgranar historias y anécdotas del deporte de los puños y la música del tango que fuera la más popular del país. Colecciono más de 1.000 placas de tango con cantores desde Magaldi y Gardel, hasta Julio Sosa, Rivero y Goyeneche, aunque uno de los preferidos fuera “Angelito” Vargas. Y sostenía que en la época de oro del tango, donde señoreaban en la década del ‘40, las orquestas de Fresedo o Di Sarli, la música más popular pudo llegar a la sinfonía de no haberse malogrado Osmar Maderna. Así fue el “Yoryo”, fiel a sus sentimientos originales, a su audición probablemente cada vez con menos escuchas, en la agonía del tango tradicional y del boxeo, que “se fue muriendo despacio pa´ quedarse un poco más”, como expresa la canción del compositor y folclorista Jorge Cafrune.

Benito Carlos Garzón

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MOTIVOS INFLACIONARIOS

El gobierno de Macri afirma que la baja de la inflación es su objetivo. No es verdad. Pero su real prioridad es garantizar y aumentar las tasas de ganancia de los grandes capitales que operan en la Argentina. En el mes de octubre pasado liberó el mercado de combustibles. La consecuencia fue una repetitiva suba en los precios de las naftas. En diciembre, comenzó a dejar correr una disparada del tipo de cambio, no saliendo a pararla hasta el mes de marzo, a pesar de contar con reservas de sobra para hacerlo. Se garantizaba, así, una mayor rentabilidad, en particular para los agroexportadores. En enero, se aplicó una tanda de tarifazos como parte de la política de modificación de precios relativos y recomposición de las ganancias de las empresas de servicios públicos privatizados. Al mismo tiempo, continúa la política de “liberalización” y ausencia de controles de sectores monopólicos, que siguen manejando a discreción las cadenas de precios. Hablo exclusivamente de los supermercados, que proveen los alimentos de la canasta básica. Es obvio que todo esto es lo que ha provocado la suba de precios de estos meses. Poco o nada de esto es explicado por “la emisión monetaria”. La inflación es un flagelo, porque liquida el bolsillo de los trabajadores, de los jubilados y de los beneficiarios de planes sociales. O sea, del conjunto de los sectores populares. El Gobierno usa la “lucha contra la inflación” como una excusa para ajustar, bajar jubilaciones o poner techos salariares. No es un problema de gradualismo versus mayor ajuste. El ajuste del gobierno de Macri no tiene nada de “gradual” y se viene desarrollando desde el comienzo de su mandato. Si el gasto público no bajó, se debió a la suba de los pagos de intereses de la deuda.

Williams Fanlo

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EL “NOSOTROS” DE LAGARDE

Las declaraciones de la señora Christine Lagarde (presidenta del Fondo Monetario Internacional-FMI), que difundieron los diarios el domingo último con motivo de su visita a la Argentina -en las que elogiaba el rumbo y los logros económicos del actual gobierno nacional vaticinando un muy próspero futuro mediato-, se alejan tanto de la realidad cotidiana de los argentinos que distan de merecer comentario alguno. Pero resultó muy extraño detectar el uso de la primera persona del plural (nosotros) en su discurso, lo que me obliga a preguntar si la señora Lagarde, en un entusiasta y empático gesto, ha adoptado la ciudadanía argentina, en cuyo caso sentirá en carne propia el ajuste por el FMI impuesto, o sólo nos deja entrever que el verdadero timón de la “nave Argentina” ya no está más en nuestras manos. En cuyo caso, tal vez, podamos ahorrarnos el sueldo de un Presidente.

Leonardo Peusner

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LA NAFTA

Después de los aumentos vendrá la especulación con la nafta, y después los alimentos: aceite, harina. El orden de los factores no altera el producto, pero cuando se habla de esta forma de vida, que se repite, ya sabemos con quién convivimos en el país de la hipocresía. La mentira sigue siendo perversa. Veremos que a nuestra economía la manejan unos pocos, esas personas son los testaferros de los usurpadores, que negocian nuestras necesidades.

Carlos Rubén Ávila

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CONTAMINACIÓN DE LOS RÍOS

Los ambientalistas decimos que las industrias de Tucumán se siguen comportando en forma desaprensiva y poco amable con el medio ambiente. Ingenios, citrícolas, frigoríficos y demás, siguen su derrotero de contaminación al lecho del río Salí y, por ende, siguen perjudicando la cuenca Salí-Dulce. Hacemos esta aseveración luego de realizar constantes monitoreos, debido a la queja de vecinos circundantes contra las industrias, porque sufren los vectores resultantes de la contaminación. Tenemos videos subidos a las redes sociales confirmando lo que decimos. Un olor putrefacto de material orgánico en descomposición invade y perfora las fosas nasales de los vecinos, muchos de ellos se mantienen callados porque son trabajadores de las industrias, y si levantan la voz saben perfectamente bien el destino de desempleo que les espera. Una prueba de lo que planteamos es, por ejemplo, cruzar la Ruta 157, en la localidad de Bella Vista, en horas de la noche, se torna casi insoportable debido al olor putrefacto que sale del canal que llega desde el ingenio, más un denso manto de vapores que podrían provocar una desgracia; mientras tanto, los vecinos están acobardados por el mal aliento del canal. Las citrícolas aportan lo suyo: ya sobre saturadas de material, tiran sus desechos crudos a los canales, y eso que para exportar tenían el compromiso de la no contaminación; sin embargo, eso no se cumple. Todos siguen tirando sus efluentes crudos y que se “perjudique la gente”. Camiones que vuelcan sus cargas de desechos en las rutas, piletones y tubos que revientan, perjudicando a poblaciones enteras, es una muestra más de la no inversión para no dañar el medio ambiente. El DQO permitido por ley es de 250 mg/l, pero las pruebas están a la vista: el DQO está subido de nivel. Pescadores deportivos son testigos de lo que planteamos, el río en algunos lugares de pesca se torna denso y de mal olor; la pesca ya se terminó. En la Secretaría de Medio Ambiente aseguran que todo está bien, que se controla, que no hay mortandad de peces. En esta carta aprovecho para decirles a los industriales que dejen de perjudicar nuestro medio ambiente. Por nuestros hijos, no es sólo el dinero lo que les debemos dejar a nuestros hijos, sino un Tucumán orgulloso y limpio; traten los efluentes finales, no los tiren crudos. Los vecinos tucumanos somos personas, no animales de granja.

Pedro Martínez

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