Lörihen: “hoy se asocia al rock con una herramienta de marketing”

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• A las 23, en el Robert Nesta Club, en San Martín 1.129.

Aunque Lörihen es el bosque en el que vive “El Señor de los Anillos”, los temas de la banda que lleva ese nombre y que hace 22 años que transita los escenarios, poco o nada tienen que ver con imágenes bucólicas o fantásticas. Su disco “Desconexión”, precisamente, es un llamado de atención contra el exceso de información en las redes sociales.

“Es un disco pesado, en un momento muy bueno de la banda”, indica Emiliano Obregón. El grupo ha recorrido más de 70 ciudades del país, participó en numerosos festivales internacionales, en tributo a los grupos históricos y ha grabado nueve discos, uno en vivo.

Obregón afirma que son una agrupación independiente que edita y produce sus discos y shows. Pero también se queja de que “lamentablemente en los últimos años la palabra rock fue asociada más a una herramienta de marketing para vender perfumes de Shakira o remeras con tachas brillantes de una marca cool, que a la propuesta de una banda que tenga cosas para decir” durante una entrevista con LA GACETA. Lörihen también está integrado por Hernán Ríos, Ezequiel Catalano, Lucas Gerardo y Ezequiel Giménez.

- ¿Qué es lo que distingue al metal melódico de otro género?

- Nuestro fuerte está en las líneas melódicas que desarrollamos, en las guitarras, en lo vocal y en el complemento armónico entre todo ello. Ese sería uno de los elementos que más se destacan por sobre otros subgéneros del metal, sin lugar a dudas.

- ¿Hay un metal comprometido con la realidad social o son temas en general que remiten a mitos y fantasías?

- En nuestro caso particular, siempre fuimos una banda que escribió sobre temas de actualidad o hechos trascendentes en nuestras vidas que fueron llevados a una canción. Es imposible que la realidad, el contraste o la injusticia social no impacten en la obra de un artista. Siempre y cuando la sensibilidad sea uno de los ejes de la composición. Si bien el nombre fue sacado de la literatura fantástica de J. R. Tolkien, a la hora de escribir elegimos estar más ligados a la realidad que a la fantasía. Considero al rock como un canal de comunicación contestatario, alternativo a todo lo que el sistema decide poner frente a los ojos de la gran mayoría. No somos partidarios, ni proselitistas. Estamos y estaremos siempre en la vereda de enfrente. Lamentablemente en los últimos años la palabra rock fue asociada más a una herramienta de marketing para vender perfumes de Shakira o remeras con tachas brillantes de una marca cool, que a la propuesta de una banda que tenga cosas para decir. Ese es el eje que fueron torciendo con el tiempo, y busca venderle a los chicos propuestas con el nombre de “rock”, que canten al son de “Qué Noche Mágica ciudad de Buenos Aires” en vez de hablar de las cosas que realmente suceden a nuestro alrededor.

- ¿En Lörihen dónde ponen el acento? ¿En la voz, en la guitarra, en la percusión?

- En la canción en su conjunto. Somos una banda que tiene nueve discos editados en su haber, y con el paso de los años, fuimos aprendiendo de nuestros errores. Seguramente los primeros años de vida de la banda, el acento por así decirlo estaba puesto en la pirotecnia técnica. Hoy elegimos depositar toda nuestra líbido en la canción, su estructura rítmica y su lírica.

- ¿Cualquier grupo de rock está preparado para tocar metal, o se necesita de algunas condiciones?

- Hay muchos preconceptos sobre este tema. Nosotros somos una banda de rock pesado, de metal o como se quiera llamar. Hacemos música, y punto. Entiendo que para desarrollar el género hay que contar con un recurso técnico que en otros géneros no es imprescindible. Si tocás flamenco definitivamente tenés que tener una mano rítmica y velocidad importante, si tocás metal, seguramente pasaste por muchos años de estudio del instrumento, por eso hay un común denominador en el nivel de leads, solos y guitarras rítmicas de todas las bandas del género.

- ¿”Desconexión” es un título que ustedes asocian a qué situaciones?

- Al exceso de información y necesidad de megabits para vivir, para salir de casa, en fin. El exceso de información al que estamos expuestos, al que de alguna manera vamos acostumbrando a nuestras vidas y todo lo que esto implica. El gran veneno que nos rodea en las redes sociales, la consecuencia inmediata que estamos comenzando a ver con la sobrexposición de los menores, casos de grooming, abusos y toda la parte mala de la gran red, que no deja de ser una herramienta de manejo, un canal de comunicación creado por el hombre para manipular estadísticas, saber los gustos, necesidades y hábitos de cada uno de nosotros. El gran ojo eléctrico. Desconexión busca ser un disco reflexivo en un contexto donde la reflexión no es compatible con la vorágine a la que somos sometidos día a día.