“La soltería tiene mala prensa”, se lamenta Juampi González

“La soltería tiene mala prensa”, se lamenta Juampi González

El monologuista presentará “Soltero”, un repaso por un estado de la vida que todos atraviesan. La libertad de Alessandra Teapoya.

EN LAS REDES SOCIALES. Juampi González comenzó en el teatro pero su gran despegue fue con Internet. Prensa Juampi González.- EN LAS REDES SOCIALES. Juampi González comenzó en el teatro pero su gran despegue fue con Internet. Prensa Juampi González.-
18 Abril 2018

MAÑANA, ÚNICA FUNCIÓN

• A las 21 en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).

“Mucha gente le esquiva a la soltería, porque no es nada fácil tener que lidiar con uno mismo y es mucho mejor lidiar con otro. Pero tiene grandes beneficios como no tener que rendir cuentas, ser libre, poder decidir qué hacer, dónde, cuándo y con quién, sin tener que consultarlo con nadie. No quiere decir que tener una pareja prohiba todo eso, pero las relaciones requieren de compromisos distintos”.

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Arriba y abajo del escenario, Juampi González reivindica una etapa de la vida en la que las satisfacciones son más que las complejidades al tiempo de hacer un balance. El actor regresa mañana al teatro Alberdi con su unipersonal “Soltero”, en el que recorre con humor desde los problemas diarios de vivir sin compañía hasta su relación con las mujeres. La participación del público está asegurada cuando su personaje Alessandra Teapoya (obvia referencia irónica a Alessandra Rampolla) responda en vivo las “consulticas” sobre sexo.

El comediante señala que el estar soltero es el único estado que “todos alguna vez fuimos o seremos”. “El tránsito de la soltería al matrimonio se atraviesa de la forma que puedas y como te salga. Sería un hipócrita que dé consejos porque no tengo experiencia en casamiento ni tampoco mucha en noviazgo. Y me odiaría la gente que lo está transitando. Todavía no descifré cómo salir de la soltería, no me quiero imaginar el lado de entrar al matrimonio”, confiesa.

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- ¿La soltería es una enfermedad a curar?

- La soltería tiene mala prensa. Durante mucho tiempo, el soltero o la soltera era el fiestero/a, al que no se puede tomar en serio, casi un fracasado sentimentalmente hablando. Creo que conocerse a uno mismo es una etapa necesaria, realmente saber qué te gusta y qué no, y conociendo eso a fondo, vas a poder elegir mejor a tu compañera/o. Pero no es ninguna enfermedad a curar. Hay que aprender a disfrutarla.

- ¿En qué se asienta la respuesta del público a tu propuesta?

- Es una mezcla que reúne una empatía por el relato de situaciones comunes, obviamente. Todos pasamos por una primera cita, por un rebote, por un encare en una red social con un par de Me Gusta de sobra para hacerlo evidente y demás. Pero también hay interés por ver en vivo al tipo que venís siguiendo en videitos hace rato, y que salga a hablarte de su vida y de sus quilombos. La gente valora que te dejés conocer.

- Básicamente tu público es joven, llegado de las redes sociales. ¿La soltería actual es distinta de la que se vivía antes?

- Si, obvio que hay distintas solterías. Antes estaba muy mal vista. Un paso imprescindible era conocer al “amor de tu vida” bien temprano. Hoy se priorizan otras cosas. Somos una generación más enfocada, afortunadamente, en disfrutar lo que hace, en viajar, en tener experiencias... ¡En vivir! Tenemos muchos casos de padres separados que nos enseñaron que apresurarte en el amor puede no ser una buena idea, aunque no es mi caso. Así que hoy, estar soltero muchas veces es visto como parte del crecimiento personal.

- ¿Hay un límite para tu Alessandra Teapoya?

- No, ninguno. Eso es lo que más me gusta del personaje: logró una impunidad para decir y hacer lo que quiera. Casi como la Alessandra original, que también tiene todo permitido. Un poco era lo que escondía el personaje, que bajo la tonada caribeña por demás simpática, tenga licencia para decir las guarradas más grandes. Y la mejor parte es que la gente se suma a ese tren y se libera también. Es de las partes más graciosas del show.

- Hiciste teatro antes de llegar a las redes sociales. ¿Podrías vivir fuera de Internet ahora?

- Si salgo de las redes sería la peor decisión del mundo. Con todo lo que me dio y con lo que crece cada día. El objetivo es siempre incorporar nuevos mundos. Si hacía humor en teatros y después humor en redes, el objetivo sería sumar la tele, la radio o YouTube. Es verdad que me calmé o bajé un cambio con respecto a todo lo que generaba antes. De hecho, envidio a otros colegas que arrancaron en la misma época que yo y siguen con la misma energía generando contenidos. Actualmente dirijo mi energía mucho más al teatro que a las redes para sumar cosas nuevas al show, mejorar la producción y la calidad, pero nunca dejaría de utilizar Internet.

- ¿Tu stand up tiene una estética argentina?

- Sí, porque la hace un argentino. Eso es inevitable. Tenemos nuestros modismos, nuestro tipo de humor, chistes que sólo nosotros entendemos. Pero no porque yo haya buscado tener esa estética y diga “quiero hacer humor bien argento”. No, se da así. Y te das cuenta cuando viajás y hacés chistes que vos pensabas que se entendían en cualquier lugar del mundo, y te das cuenta que no.

- Naciste en Mendoza y te fuiste a Buenos Aires a estudiar Ingeniería Industrial, que dejaste por el teatro. ¿Extrañás algo de la carrera?

- Lo que más extraño de la ingeniería es cómo me exigía la cabeza. La imagen del tipo estudiando con humo que le sale de la cabeza no es inventada, la viví resolviendo problemas de matemática, física o mecánica de los fluidos. Hoy mi exigencia es otra, la de crear chistes, mejorar mi comedia y mi manejo escénico, etcétera. Pero creo que cada tanto, no vendría mal tener que resolver algún que otro ejercicio, aunque los odiara.


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