“El negro sobre el negro nos iguala, pero los vestidos solos no hablan de los abusos vividos”

“El negro sobre el negro nos iguala, pero los vestidos solos no hablan de los abusos vividos”

La diseñadora Lorena Sosa destacó la movida impulsada para visibilizar el acoso sexual. La mirada de Lucía Briones y de Susana Saulquin.

FOTO TOMADA DE CHICAGOTRIBUNE.COM FOTO TOMADA DE CHICAGOTRIBUNE.COM
28 Enero 2018

Las protestas, desde hace tiempo, están siendo “teñidas” por diferentes colores: naranja, rosa o violeta... Se trata de una nueva forma de visibilizar un problema y se busca lograr un efecto más poderoso.

Hace unas semanas una alfombra roja se vistió de negro (la ausencia de todo color, explican los físicos): actrices y actores de Hollywood decidieron asistir a la ceremonia de los Globos de Oro en trajes oscuros para “sacar a la luz” la espinosa cuestión del acoso sexual en la industria del entretenimiento, y -a su vez- la diferencia salarial entre mujeres y hombres.

Publicidad

Después del escándalo que generaron las decenas de acusaciones contra el productor Harvey Weinstein, por agresión sexual, surgieron los movimientos #Me Too (Yo también) y #Time’s Up (Se acabó el tiempo). Buscaban (y lo han logrado) animar a las víctimas a denunciar los casos de abuso y acoso sexual, y han reclamado respeto para las mujeres en todos los ámbitos, tanto en el laboral como puertas adentro de los hogares.

Esta vez, sin dejar de lado todo el glamour de la noche, las personalidades de Hollywood pidieron que se sienten nuevas bases de igualdad en la industria. Por el total black apostaron desde Meryl Streep, Dakota Johnson, Emma Stone y Angelina Jolie hasta la pequeña Millie Bobby Brown.

Publicidad

Los hombres, en su totalidad, se unieron a la convocatoria; muchos de ellos lucieron broches con al leyenda Time’s Up. Y no quedó todo allí, porque los artistas anunciaron que subastarán lo que usaron esa noche para recaudar fondos.

Sentar bases

Según la socióloga Susana Saulquin, fue una buena apuesta lo que sucedió en Hollywood, y sirvió para demostrar que la sociedad actual y los viejos comportamientos no tendrán más un lugar. “El negro es muy fuerte como símbolo, tanto de luto como de erotismo. La campaña sirvió para hacer visible la problemática y en ese sentido fue positivo. Por supuesto que no se agota el tema, hay que seguir trabajando, pero estamos en camino de plantear cambios importantes”, comentó a LA GACETA. Y dio un mensaje a las nuevas generaciones (tanto mujeres como hombres): “a ustedes les corresponde sentar las bases de los nuevos comportamientos y de actitudes signadas por la ética”.

Efecto positivo

Desde el punto de vista publicitario, enmarcar todo dentro de un color tiene un buen efecto porque da lugar a una consigna que es única y se puede trabajar con ella, señaló Lucía Briones, abogada experta en género, a cargo del Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos. Y dio como ejemplo las actividades que se realizan cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: “desde Naciones Unidas marcan un color, el naranja, con el cual todo el mundo tiene que vestir sus edificios públicos en señal de adhesión a la causa”, contó y dijo que siempre será válido “vestir” una consigna de determinada manera para llamar a una visibilización, a una reflexión, a sensibilizar sobre una determinada cuestión en debate.

Sobre el negro, Briones opinó que, además de ser elegante, tiene una connotación de luto, una mirada que marca el sufrimiento de una persona atravesada por un duelo.

“Me parecen efectivas propuestas de este tipo (Me too, Time’s up); son consignas que ayudan a que la sociedad se involucre y participe. Forman parte de cambios culturales mundiales que nos hacen bien. En la actualidad el acoso ya no es algo que resignadamente se acepte, y eso se está viendo en todos los ámbitos y en todas las sociedades”, añadió.

Noche de revelación

“Negro Jardín” se llama la última colección de la diseñadora tucumana de indumentaria y accesorios Lorena Sosa. Y es esa tonalidad la que atraviesa sus colecciones.

“El negro sobre el negro, la revelación sobre el abuso, nos iguala, nos acerca, nos avisa que la identificación nos suma en el empoderamiento de los cambios visibles en dos industrias: el cine y la moda; e invisiblemente maneja los temores de otra industria que oficia de protectora y facilitadora de estos abusos, la judicial”, señaló.

Pero también criticó parte de lo ocurrido la noche de los Globos de Oro. Sostuvo que los medios de comunicación que transmitían desde la alfombra roja no ofrecían estadísticas claras. “Y los vestidos, solos, no hablan de los abusos vividos, de las extorsiones contadas o de las adversidades sabidas sólo por ser mujeres -advirtió-. En esa, la gran noche de la rebelión a los sistemas, a esas mujeres aún se las ‘cazaba’ como las mejor o peor vestidas; se admiraban el peinado de la temporada y el maquillaje venidero. Pero a ninguna se la identificaba como la anticipadora, la vanguardista o la rebelde mujer que se puso un vestido negro y es patrocinadora de la desaparición de una era”.

Todavía queda la alfombra roja más importante y con mayor visibilidad: la de los Oscar. Ya se sabe que hubo actores excluidos de las listas por esta ola de denuncias (por ejemplo, no postularon como Mejor Actor a James Franco, otro de los acusados por acoso sexual). Pero aún no se sabe si el negro volverá a ganar la partida para reivindicar que algo ha comenzado a cambiar, por lo menos en Hollywood.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios