"La Camila": más que una sanguchería, una casa de familia

"La Camila": más que una sanguchería, una casa de familia

El local está ubicado en la avenida América, esquina calle Mendoza, y se trabaja con un clima distendido.

20 Diciembre 2017

Detrás de los sánguches de milanesa de "La Camila" se puede ver el trabajo de una familia entera: desde quien toma el pedido hasta quien prepara el chegusán y lo lleva a la mesa. Sus dueños, los Almeida López, atienden el negocio desde hace ocho años y, en realidad, más que una sanguchería lo consideran "un hogar".

Que el local sea administrado por familiares tiene sus beneficios, cuenta José Antonio Almeida, su dueño. “Cuando mis nietas tienen un examen se toman dos o tres días para estudiar fuerte y después para rendir la materia. Nos vamos cubriendo todos. Esa posibilidad existe acá”, detalla orgulloso.



Trabajar en familia es divertido. En cualquier otro negocio, la rotura de un plato o de un un vaso podría significar un trago amargo. Pero en La Camila eso no es un problema; al contrario, es un episodio que se presta para las bromas. “(Al que rompe) le decimos que es un gallego de Galicia. Es inevitable: se cae un plato, se cae un sánguche. Por supuesto, automáticamente se pone todo nuevo”, cuenta José.

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Los roles que se cumplen en el negocio van rotando. Al momento de la entrevista con LA GACETA, quienes atendían el teléfono y tomaban los pedidos del delivery eran la esposa de José, Margarita Escobar, y la hija de ambos, Giannina. De la cocina se encargaba otro de los hijos del matrimonio, Sebastián, y las que llevaban la comida a la mesas eran su hermana Flavia y una de sus sobrinas que habitualmente lo hace, ya que la otra estaba estudiando.



El negocio está ubicado en la avenida América al 100, esquina Mendoza. Allí, en ese mismo local, años atrás funcionaba una sanguchería que se llamaba La Camila y la familia Almeida López optó por mantenerlo.

La opción más pedida por los comensales es la “milanga”. Y según José, no existen secretos para cocinar una que sea bien rica, simplemente prepararla con buena materia prima. “Es la calidad de la carne, del pan y de los productos que uno le pone”, asegura.

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Los únicos días en los que el local no abre sus puertas son las fiestas. En realidad sí lo hace, pero sólo para festejar en familia. “Es muy lindo trabajar así, estamos todos acá y es muy hermoso”, resume Margarita.

"Sangucherías históricas de Tucumán" es una producción de LA GACETA. También podés leer:  

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