19 Diciembre 2017
La Dirección General de Drogas Peligrosas de la Policía (Digedrop) secuestró cinco envoltorios de hojas de coca de cinco kilogramos, 23 cajas de juguetes de animales y treinta planchas de tarjetas infantiles. Uniformados visualizaron a un joven, de 24 años, en momentos en que este llevaba una bolsa de plástico verde en calle Santiago al 2.200. Ante el acercamiento de los policías, esta persona subió a un auto y se retiró a gran velocidad. Los agentes siguieron al joven por varias cuadras, hasta que pudieron interceptarlo. En el vehículo se encontraron paquetes con hojas de coca y artículos infantiles, pero no se detectó documentación que acreditara el registro de los productos. No se adoptaron medidas privativas, aunque el muchacho cuenta con antecedentes por robo, según fuentes policiales.
Incautaron pasta base y una caja de balas con punta perforante
La división Drogas Peligrosas de la Policía Federal incautó 220 dosis de pasta base y una caja de balas con punta perforante en una vivienda de San Cayetano. Sólo en el mercado negro se puede conseguir esas balas, según comentaron los pesquisas, puesto que su venta al público está prohibida. Su diseño permite perforar los chalecos antibalas que normalmente usan los equipos de elite que participan en los allanamientos. En el interior de la vivienda también encontraron un revólver calibre 32 y documentación importante para comprobar que el jefe de la organización, que quedó detenido, tenía contratados entre dos y tres cadetes que se encargaban de llevar la droga a sus compradores.
Detuvieron a dos mujeres por transportar droga en un colectivo
Dos mujeres bolivianas fueron detenidas por trasladar 198 cápsulas con cocaína, que estaban sujetas con una faja, a la altura de la cintura, según informaron fuentes oficiales. Fueron detectadas por el personal de Gendarmería durante un control de ruta, en Trancas. Viajaban en un colectivo de larga distancia desde La Quiaca hasta Buenos Aires.
Condenaron a prisión perpetua a un hombre por asesinar a su suegro
BUENOS AIRES.- Santiago Corona, de 35 años, fue condenado ayer en un juicio oral a prisión perpetua por haber matado a su suegro Roberto Fernández Montes, que fue hallado asesinado el 21 de enero pasado en su departamento del barrio porteño de Caballito. La clave para esclarecer el caso estuvo en las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio, en las que se observa cómo el presunto asesino ingresó al edificio a las 9.04 y esperó tres horas la llegada del empresario. Corona fue captado por las cámaras ingresando al mismo lugar a las 12.54, y a las 13.45 se ve a dos sospechosos cargando el cadáver en el baúl del auto que usaba la víctima. (Télam)
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