Penoso estado de la avenida Brígido Terán

Penoso estado de la avenida Brígido Terán

Sinónimo de desprolijidad, suciedad, mal olor, desorden, a lo largo de los años la zona de El Bajo siguió conservando esa impronta pese a algunas pocas mejoras. Se pensó que con la inauguración de la nueva terminal de ómnibus en 1994, la postal cambiaría para mejor y la avenida Brígido Terán que había dado la bienvenida durante mucho tiempo a quienes llegaban al aeropuerto Benjamín Matienzo, se convertiría en una de las principales de la ciudad y recibiría un constante mantenimiento, pero ello no sucedió.

En nuestra edición de ayer, dedicamos un amplio espacio a las vicisitudes que padecen quienes transitan a diario esa arteria. Veredas sucias, baldosas rotas, cajones de verduras vacíos, sendas peatonales borradas, vehículos mal estacionados, le confieren un aspecto de dejadez. En el tramo que va desde 24 de Septiembre y San Lorenzo, el pavimento es ondulado, está parchado y lo surcan los históricos líquidos cloacales.

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Un taxista afirmó que la Brígido Terán siempre estuvo cubierta de pozos y que actualmente es la cuadra del 800 la que peor se halla: “hay mucho tránsito y no es una de las ‘top’ como la Mate de Luna o la Perón. Es como más marginal y por eso no le dan bolilla, a pesar de que es la primera avenida que ven los turistas que llegan en ómnibus a la provincia”.

Según la Subsecretaría de Tránsito Operativo de la Municipalidad capitalina, circulan alrededor de 4.900 vehículos por hora. Un vendedor ambulante dijo que hay que sumarle a este caos las cloacas rotas, los autos, los camiones y hasta las ambulancias que estacionan donde quieren, pero además hay bares que no tienen baño y la inseguridad se ha vuelto una compañera indeseable especialmente durante la nocturnidad.

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Camiones de hasta 30.000 kilos y ómnibus de mediano y gran tamaño contribuyen al deterioro del pavimento debido a que no se controla el peso de los camiones en las entradas a Tucumán, como sucede en otras provincias, donde hay balanzas, fijas y móviles. El secretario municipal de Obras Públicas admitió que el hormigón de la avenida Brígido Terán es viejo y que no está en buen estado. Sin embargo, afirmó que la recuperación de esta avenida es difícil; no se halla en los planes municipales invertir recursos en pavimentar calles de barrios periféricos, olvidados, que según él, que tienen más urgencia. En el Ente de Turismo dijeron que es importante revalorizar el patrimonio tangible e intangible que vive y perdura en el lugar. “Nosotros deberíamos trabajar en conjunto con el municipio en el desarrollo urbanístico de la zona, pero hasta ahora no tuvimos contacto”, señaló un vocero.

El Bajo es una zona emblemática de la historia tucumana. Ninguna de las administraciones de los últimos lustros ha logrado llevar a la realidad los proyectos de revalorización. La avenida Brígido Terán que recibe a los viajeros de bajan de los ómnibus y despide a los que se van debería estar en óptimas condiciones, así como su entorno. Sería importante que se diseñara un proyecto integral para la recuperación de ese sector porque este penoso paisaje no es coherente con el sobrenombre de Jardín de la República, con el que es conocida nuestra tierra. Parece increíble que Municipalidad y Provincia no sean capaces de trabajar en conjunto por el embellecimiento de la ciudad que, por otro lado, es de todos los tucumanos, no de los gobernantes circunstanciales.

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