Privilegios por ser parte de la clase dirigente

Privilegios por ser parte de la clase dirigente

Es la ventaja, gracia o prerrogativa especial de que goza una persona. El privilegio está presente en la sociedad desde tiempos inmemoriales y está íntimamente vinculado con una circunstancial situación de poder. “El hombre sostenía que los poderosos inventan leyes para preservar sus privilegios y controlar a pobres y descontentos, en vista de lo cual sería muy estúpido de su parte obedecerlas. Por ejemplo, los impuestos, que a fin de cuentas pagaban los pobres, mientras los ricos se las arreglaban para eludirlos. Sostenía que nadie, y menos el gobierno, podía quitarle una tajada de lo suyo”, dice la escritora chilena Isabel Allende.

Esta prerrogativa es bastante común entre los tucumanos. Hace pocos días LA GACETA TV que viene denunciando desde hace varias semanas irregularidades en el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano (Ipvdu) comprometen a funcionarios, dio a conocer que un político y actual legislador, fue beneficiado con la adjudicación de una casa por ese organismo. Este afirmó que obtuvo la vivienda en el populoso barrio Lomas de Tafí, siguiendo el mecanismo establecido. “Yo reunía los requisitos para presentar una carpeta en el Instituto y he seguido el proceso como cualquier hijo de vecino... Cuando me la adjudicaron fue antes de que asuma como legislador. Fue como vivienda única porque no tenía vivienda propia; yo alquilaba”, dijo. Sin embargo, el parlamentario afirmó que no había participado de ningún sorteo para resultar beneficiario de la casa. Cuando inició el proceso de cesión de las viviendas de ese megacomplejo habitacional, miles de tucumanos presenciaron el sorteo en el club Central Córdoba con la esperanza de que su número resultara favorecido. Consultado si había participado en el sorteo, el legislador dijo: “no sé cómo es la mecánica del Instituto. A mí me notificaron que me la adjudicaron. Yo presenté la carpeta y después fui notificado”. En 2012, cuando recibió la casa, su hermana (actualmente secretaria de Gobierno) ocupaba una banca en la Legislatura. En diciembre de ese año, ella dejó su cargo para asumir como secretaria general de la Gobernación y su lugar en la Cámara fue ocupado por su hermano.

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Este tipo de concesiones pone de relieve una vez más que hay personas que consideran que ocupar un espacio de poder les proporciona atribuciones para saltear o violar normas, que van, por ejemplo, desde estacionar en un lugar prohibido hasta recibir una vivienda porque tienen algún pariente influyente en algunos de los poderes del Estado o con alguna jerarquía en las reparticiones públicas.

Justamente, acceder a un cargo público implica no un premio, sino un honor cual es el de servir a la sociedad, dando además un ejemplo de transparencia en los actos. Es una costumbre que la mayoría de los gobernantes acomoden rápidamente a familiares o amigos en empleos públicos, incluso cuando no estén preparados para cumplir correctamente con sus funciones. Están aquellos que consideran que ocupar un espacio de poder es una posibilidad para el enriquecimiento patrimonial propio y de su entorno.

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Sería importante que el Estado controlara con rigor que no hubiera prerrogativas de ningún tipo porque se supone que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, según reza la Constitución Nacional. “Un pueblo que valora sus privilegios por encima de sus principios, perderá ambos”, afirmaba el presidente estadounidense Dwight Eisenhower.

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