Priscila Álvarez, la jugadora "16" de Natación

Priscila Álvarez, la jugadora "16" de Natación

La preparación física fue clave en el título de Natación. Intensidad y planificación.

JUGADOR NÚMERO 16. En sus ocho años en el club, la “profe” Priscila Álvarez se ha ganado el respeto de los “Blancos”. la gaceta / FOTO DE DIEGO ARAOZ JUGADOR NÚMERO 16. En sus ocho años en el club, la “profe” Priscila Álvarez se ha ganado el respeto de los “Blancos”. la gaceta / FOTO DE DIEGO ARAOZ
24 Septiembre 2017

La improvisación a gran escala no suele formar parte de los procesos exitosos. Por el contrario, casos como el de Natación y Gimnasia reafirman el valor del trabajo en equipo debidamente planificado. La consagración de los “Blancos” en el Regional “Ángel Guastella”, que cortó una sequía de títulos de más de dos décadas, fue una suma de voluntades y sacrificios que excede largamente a las del plantel superior.

Una de las patas que sostuvo la firmeza de Natación a lo largo del torneo fue su óptima condición física, gracias al trabajo de sus “profes”. Entre ellos se destaca Priscila Álvarez, a la que muchos consideran como el jugador número 16. Junto a ella, trabajaron Gabriel Lucena, Ezequiel Palacios, Héctor “Ganso” Medina y Daniel Calderón.

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“Formamos un muy buen equipo de trabajo. Actualmente, ya habiendo terminado el Regional, estamos analizando qué cosas se hicieron bien y en qué otras se podemos mejorar”, revela Priscila, que desde hace ocho años trabaja en Natación.

“El número de lesiones graves, esas que no se pueden prevenir, fue bastante bajo, así que podemos decir que se hizo un buen trabajo. Es que nos enfocamos mucho en trabajos preventivos, que permitieran a nuestros jugadores evitar lesiones sin necesidad de vendarse o estribarse. Además de hacer hincapié en la hidratación y en la recuperación. En las últimas semanas, después de cada entrenamiento, todos al hielo”, cuenta.

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Priscila se confiesa bastante obsesiva de su trabajo y de planificar hasta el más mínimo detalle. “Soy bastante estructurada, me gusta tener todo calculado, los tiempos, las repeticiones de cada ejercicio, los gestos de cada jugador, todo. Los domingos a la noche, José (Macome, entrenador principal del equipo) nos mandaba lo que quería trabajar durante la semana y nosotros lo planificábamos de manera exacta, al punto de que los entrenamientos no se extendían ni 20 segundos más de lo que estaba estipulado”, asegura.

La “profe” reconoce que el respaldo absoluto del staff técnico resultó fundamental. “Nos entendimos muy bien con José y su gente. Nos permitieron trabajar con mucha libertad y respaldaron cada una de nuestras decisiones. Eso hizo todo más fácil”, concluyó.

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