El interés de los adolescentes por la robótica

Desde hace mucho tiempo se habla de que está en crisis. Se enumeran sus falencias, en el afán de modificar el rumbo, se intenta copiar lo que en otros lados ha tenido éxito o tras un comienzo interesante, ha fracasado. Las críticas suelen recaer en el sistema, en los docentes y en los mismos alumnos. Y pese a que la calidad educativa ha caído de nivel en muchos aspectos, los chicos siguen destacándose en certámenes y olimpíadas, refutando así las generalizaciones de que la juventud está “perdida”, “sin rumbo”, “es ociosa”, “no tiene espíritu de sacrificio”, “no le interesa nada...”, “está en la pavada”, según muchos adultos. Y como se sabe, las generalizaciones nunca son buenas.

En nuestra edición de ayer, dedicamos un amplio espacio al interés que adolescentes sienten por la robótica. Esta inquietud ha llevado a la formación del Club de Robótica del Ministerio de Educación que funciona en el Centro de Innovación (Ciidept). Hay otros grupos de robótica en la Universidad Tecnológica Nacional y algunos colegios y escuelas técnicas de Tucumán.

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Ascienden a 170 los estudiantes de distintos puntos de la provincia se están preparando para participar para cuatro encuentros de robótica. El responsable de Educación Digital dijo que en el Ministerio se brinda apoyo sistemático a cada equipo para la realización y puesta a punto de los prototipos y proyectos que se presentarán en cada categoría. En el marco de Educatec, se desarrollarán las Olimpíadas Provinciales de Robótica y la Feria Provincial de Proyectos Robóticos durante la primera semana de octubre. El funcionario señaló que el objetivo es fomentar el interés por la ciencia, la tecnología y la experimentación entremezclando la curiosidad innata de los chicos y el espíritu investigador. “Esa es una de las tantas líneas que día a día lleva adelante la provincia para iniciar a los alumnos en el mundo de la robótica, en la inteligencia artificial y la programación. Nuestro proyecto es ayudar a pensar creativamente, analizar situaciones y aplicar el pensamiento crítico y las habilidades para resolver problemas”, aseveró.

La tecnología y la informática experimentan constantemente avances y hay una generación que ha crecido con ellos. En contraposición, hay adultos que por decisión propia, por desconfianza o por miedo a aprender nuevas cosas que están invadiendo la vida cotidiana. Ello va generando una brecha de comunicación entre ambas partes, incluyendo a los educadores que se resisten a insertarse en los nuevos tiempos que corren.

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Así como hay adultos que han pasado inadvertidamente por la vida, hay otros que se han destacado o tienen aún un rol activo en la sociedad, del mismo modo, hay alumnos que tienen ansias de superación y estudian a conciencia, muchos otros, sucumben en el anonimato. Ocurre que, tanto los niños como los jóvenes, son el reflejo de la educación que reciben de los adultos. Si estos tienen la buena suerte de tener padres y docentes comprometidos con su formación, que los incentiven en forma constante y les despierten la curiosidad, seguramente sobresaldrán en alguna asignatura y se distinguirán del común denominador.

Es, por cierto, positiva la iniciativa ministerial; sería importante también que la enseñanza del pensamiento crítico se proyectara a todas las disciplinas de estudio, porque enseñar a pensar debería ser una de las claves de la educación.

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