“Si ya le habían sacado la moto, ¿por qué lo mataron?”

“Si ya le habían sacado la moto, ¿por qué lo mataron?”

La víctima recibió cinco disparos, fue operado tres veces, pero murió 10 días después. El hombre fue abordado cuando se dirigía a trabajar al ingenio. Malestar en la ciudad por la falta de seguridad

EL DOLOR. Dos hijas de Teodoro Maza exigieron justicia por el crimen. la gacaeta / foto de Analía Jaramillo EL DOLOR. Dos hijas de Teodoro Maza exigieron justicia por el crimen. la gacaeta / foto de Analía Jaramillo
09 Septiembre 2017

El 30 de agosto a la madrugada, Teodoro Maza (57) llegó con cinco heridas de bala al Centro de Salud. El hombre estaba llegando al Ingenio Concepción a trabajar cuando se encontró con asaltantes que le exigieron la moto y le dispararon; tres veces en el pecho, dos en una pierna. Pese a las tres operaciones de urgencia a las que se sometió en el hospital, su estado nunca dejó de ser frágil durante su internación, y ayer a la madrugada empeoró de forma trágica. Cerca de la 1 de la mañana, murió.

El caso conmocionó a la ciudad del este de la provincia. Sus familiares, allegados y compañeros de trabajo realizaron hace unos días un ruidosa protesta frente a la comisaría local. Los funcionarios policiales trataron de calmar los ánimos prometiendo más medidas de seguridad. Pero fallecimiento del trabajador azucarero volvió a caldear el clima y no se descarta que en los próximos días se realice una nueva marcha.

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“Durante 35 años, se levantó todos los días a las 4 de la madrugada para ir al ingenio. Era un hombre que iba de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa. Nunca faltó. Ese miércoles lo interceptaron antes de llegar, serían dos personas que andaban en una moto. Lo mataron como a un perro y ahora queremos justicia”, clamó la hija del hombre, Claudia Maza, en la puerta de la casa familiar del barrio Teresa de Calcuta en Alderetes. Allí se realizó el velorio y decenas de vecinos se acercaron para darle fuerza a los familiares.

“Le destrozaron el tórax, le quebraron un tobillo. Esa gente se ha ensañado. El agonizó 10 días, la peleó mucho, pero no pudo salir de esta”, afirmó la mujer, mientras una de sus cinco hermanas la llevaba hacia adentro para intentar calmar el estado de angustia en el que se encontraba.

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Pedido por seguridad

Durante los 10 días de agonía de Maza, su familia realizó varias manifestaciones. La que más repercusión tuvo fue la del 1 de septiembre, cuando se congregaron frente a la comisaría de Alderetes a exigir seguridad. En sus pancartas, criticaban que se quisiera realizar un Septiembre musical en la ciudad, en el contexto de lo que consideraron como una ola delictiva. También hubo mensajes de apoyo: “fuerza compañero; vos podés salir de esta”. En ese momento, el reclamo fue compartido por allegados a Brian González, un joven asesinado en febrero en esa localidad.

“Así no se puede salir a ningún lado, no se puede dejar ni siquiera que las criaturas tomen el colectivo. Por dos pesos ya te quieren matar acá; ya no se puede vivir en Alderetes. Si los tipos ya le habían sacado la moto, ¿por qué lo mataron? Él no tenía problemas con nadie”, planteó Darío, otro hijo de la víctima.

El joven explicó que el fallecido trabajaba como jefe del equipo de limpieza del ingenio, que era muy devoto del Gauchito Gil, y que tenía seis hijos y ocho nietos que lo adoraban. “Todavía no sabemos cómo hacer para decirles a los más chicos. Mi mamá está destrozada. Él nos ayudaba siempre a todos”, lamentó.

Darío también afirmó que su padre estuvo inconsciente todo el tiempo en que estuvo internado en el Centro de Salud, por lo que no les pudo dar ningún detalle sobre el ataque que sufrió. “No se sabe nada todavía, por más que fuimos a preguntar si había novedades”, explicó.

Desde su muerte, la causa quedó en manos de la división Homicidios, a cargo de los comisarios Hugo Cabezas y Daniel Cuellar. Al parecer, en base al aporte de varios testigos, ya tienen una pista firma sobre quiénes podrían haber sido los autores del hecho.

Tres días, tres víctimas

En apenas 72 horas, en la provincia hubo tres hombres que murieron porque asaltantes les dispararon para robarles las motocicletas. El primer caso ocurrió el martes a la tarde, cuando Gonzalo Bogarín (22) y su padre Juan (43) volvían de trabajar. En la ruta 305, a la altura de El Timbó, cuatro asaltantes los encerraron y uno de ellos le disparó al joven el balazo que lo mató. El mismo proyectil impactó en la pierna de su padre.

Ayer a la madrugada, en tanto, el cabo José María Concha fue asesinado por dos asaltantes que quisieron robarle la moto en Los Pocitos y que resultaron heridos en la balacera que se desató. Una hora después de la muerte del policía, falleció en su camilla Teodoro Maza.

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