Reacciones vecinales ante la inseguridad

Reacciones vecinales ante la inseguridad

Los cada vez más frecuentes casos de inseguridad que se registran en distintos lugares de nuestra provincia han comenzado a mostrar una progresiva reacción de vecinos y de centros cívicos y sociales que se han propuesto generar algún tipo de respuestas propia ante la situación de indefensión e incertidumbre que los afecta. Próximos a la desesperación, ante la gravedad y continuidad de los robos o de ataques provocados por delincuentes, se conocen cada vez más casos de vecinos que buscan organizarse para enfrentar los incidentes que padecen.

LA GACETA ha informado hace unos días respecto de la actitud que tomaron un grupo de personas domiciliadas en nuestra ciudad. Luego de ser víctimas y testigos de asaltos cometidos por motoarrebatadores en la avenida América, vecinos de la zona comprendieron que los ladrones tenían una rápida vía de escape, luego de perpetrar el asalto: aceleraban por un descampado que une el pasaje Payró con calle Ecuador para perderse de vista. Con el objetivo de cortarles los caminos de fuga, los propios vecinos levantaron una estructura de metal, similar a una pasarela, por la que sólo se puede pasar caminando. De ese modo, buscan, por lo menos, complicar el raid delictivo a los asaltantes, porque para ellos el principal problema que enfrentan son los asaltos y ataques que cometen motochorros.

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Pero no es el único lugar desde el que se exige seguridad. Los jefes policiales de la Regional Capital lo vienen reconociendo de hace buen tiempo. “Nos estamos reuniendo en varios lugares dependiendo de las problemáticas delictuales de cada lugar. Esto nos ayuda a orientar el mapa del delito. Claro que, cuando uno se focaliza en un lugar donde hay un crecimiento delictual, los ladrones se trasladan a otro lugar”, admitió uno de los principales responsable del área. En realidad, esos encuentros de vecinos de San Miguel de Tucumán con las autoridades del área de Seguridad no son nuevos; la subsecretaría de Participación Comunitaria los viene encarando desde hace varios meses con la intención de mostrar un renovado compromiso frente a la problemática; en la gran mayoría de los casos, las demandas se repiten y el compromiso de atender la situación, también.

En esos encuentros, policías y funcionarios le plantean a los vecinos un amplio formato de respuestas para enfrentar esas contingencias, pero que básicamente pasa por llamar al 911, incluso cuando sólo tuvieran sospechas, porque esa actitud ayuda a la prevención o buscar auxilio en las comisarías próximas, han dicho los miembros de las fuerza de seguridad. Ocurre que muchos de los ciudadanos afectados por episodios de inseguridad, y sobre todo, las barriadas de la capital y pueblos del interior donde los casos de violencia contra las personas y los bienes se multiplican, consideran que esas previsiones son insuficientes y de puro voluntarismo y le exigen al Gobierno provincial, y de hecho, a la Policía, respuestas más de fondo, políticas de seguridad más profunda, operativos de vigilancias continuos, mayor eficacia y, claro, eficiencia en el control del delito. Habría que decir que reacciones vecinales como las que promovieron en la avenida América, por más ingeniosa que parezcan -habría que ver si esa valla que armaron no colinda con la ilegalidad porque cercena también la circulación en un espacio público- exponen, fundamentalmente, una actitud de desesperanza y enojo frente a una perspectiva de pasividad y hasta de negligencia de parte de quienes deben protegerlos y cuidarlos con todo el compromiso, habilidad y seriedad que requiere la vida en sociedad.

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