En Atlético volvieron los viejos vicios

En Atlético volvieron los viejos vicios

Los "Decanos" jugaron mal, no coordinaron un buen ataque y terminaron sumando su cuarta derrota en fila. Los goles.

05 Junio 2017

El mérito de San Martín (SJ) fue haber entrado en clima de partido más rápido que su rival. Nunca le dio tiempo a Atlético de pensar. Pelaitay, Lugo y Barceló fueron vitales.

Dejando de lado el partido del jueves con All Boys por la Copa Argentina, a Atlético debe sí o sí mejorar en el torneo. Le quedan Defensa, Vélez y Patronato. ¿Podrá?

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Aunque se diga lo contrario, tanto trajín afectó a los “Decanos”. El nivel de varios jugadores importantes está por el suelo. Y los reemplazos tampoco ayudan.

Atlético hoy está como recién salido de un estudio de oído medio: nauseoso, algo desorientado y golpeado, después de sucumbir ante un torrente de agua que le invade cada una de sus orejas. Está aturdido. Sigue sin sentirse pleno en la cancha; la pasa mal y recurre a viejos vicios que lo hacen convertirse en un club previsible y con nada de sorpresa en cada uno de sus ataques. San Martín de San Juan, el que hacía nueve meses no ganaba fuera de su tierra, ayer se pareció a Real Madrid que paseó el sábado a Juventus en la final de la Liga de Campeones en Cardiff.

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El conjunto “verdinegro” fue contundente en el Monumental, pero a la vez generoso. Jugó como quiso ante un Atlético agotado, física y mentalmente. A medida que fue perdiendo jugadores importantes a lo largo del semestre sus reemplazos jamás pudieron siquiera tapar la sombra de los ausentes. Y su reestructura colectiva se resintió

Ayer no estuvo Favio Álvarez, desgarrado tras un gran primer tiempo ante River, el miércoles pasado. Y vaya su el “Decano” sintió su ausencia. Fue un equipo que cambió ideas por empeño, pero casi siempre su empeño fue embargado por la buena defensa del “aurinegro”, inteligente para salir de contra y agarrar mal parado a los defensores locales.

Libreto bien estudiado

Eso fue parte del libreto de la visita: abroquelarse y luego tomar el error contrario hasta lastimar. Así llegó el 1-0. Malas decisiones atrás del local y buena actitud ofensiva dle rival. Facundo Barceló, como buen nueve, hizo lo que tenía que hacer. Se paró en el palo contrario donde Gustavo Villarruel había tirado un centro pasado que un compañero devolvió con una palomita a la zona caliente. Gol, a los 45’ del acto uno. Los viejos vicios habían regresado. Llámese desconcentraciones.

El castigo de San Martín tuvo su efecto colateral, porque cuando Atlético volvió del vestuario, volvió dormido. Y si cuando se sale a jugar con pachorra, seguro que el adversario castiga. Otra vez Barceló captó un regalo de un colega, en este caso de Nicolás Palaitay, que entró al área como Juan por su casa, después de que San Martín hiciera ancha la cancha y luego se la cerrara a su dueño. Otro vicio más: perder las marcas, por lentos.

Buena lectura

El mérito del “Aurinegro” fue haber leído cómo plantársele a Atlético antes de comenzado el partido. Hizo como pocos la tarea, por eso la victoria nunca estuvo en peligro, incluso después del descuento de Luis Rodríguez. Junto con Rodrigo Aliendro fueron los únicos del “Decanos” que intentaron hacer algo diferente en la cancha. Pero a veces, con dos no alcanza, entonces, las derrotas se suceden unas a otras. Ya van cuatro al hilo.

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