Vargas Aignasse cree que el robo de su vehículo fue “al voleo”

Vargas Aignasse cree que el robo de su vehículo fue “al voleo”

El asalto que sufrió el chofer del ex legislador se produjo en la puerta de un colegio La camioneta apareció una hora después. Los padres de los chicos se mostraron alarmados y pidieron seguridad.

Vargas Aignasse cree que el robo de su vehículo fue “al voleo”
18 Mayo 2017

Mediodía. Calle Maciel, a metros de la avenida Aconquija. Colegio San Patricio. Edificio de la primaria. Yerba Buena. Se abren los portones y empiezan a salir los niños, como una tropilla. De repente, el bullicio habitual se vuelve rumor. Los adultos murmuran. En sus caras hay desconcierto. Apuran a los hijos para que suban a los autos. El robo de una camioneta, ayer, en las afueras de ese establecimiento y, en principio, a punta de pistola, alteró la normalidad de la jornada.

El vehículo, propiedad del ex legislador Gerónimo Vargas Aignasse, apareció menos de una hora después, en Pedro de Villalba al 1.100 (a unas pocas cuadras del colegio). Estaba vacío, y con las llaves puestas. “En esa zona, y en ese momento, se juntan muchos autos de alta gama. Fue un robo al voleo”, declaró el ex diputado nacional. Se trata de una Toyota Hilux.

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“Descarto cualquier móvil político o de otro tipo. No veo ninguna otra connotación. Si hubiese habido algo en particular, habrían dejado un mensaje. Pero no fue así. La robaron y, cuando vieron que la noticia estaba de inmediato en los diarios digitales y leyeron mi nombre en la tarjeta verde, se dieron cuenta de que tenían una papa caliente”, advirtió Vargas Aignasse.

Luego, Vargas Aignasse explicó que el retiro de los niños, en ese horario, es realizado, habitualmente, por la madre de ellos, Ingrid Wagner, o por él. “Esta vez, lo hizo una persona que trabaja para mí. Mientras esperaba a los chicos, se le acercó un hombre bien vestido, le puso una pistola en la espalda, lo bajó y se fue”, añade. Este colaborador suyo es un gendarme retirado. ”Un hombre de confianza”, agregó.

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De acuerdo con los relatos de las madres que en esos momentos estaban retirando a sus hijos, el atraco se produjo alrededor de las 12.30, cuando la hilera de vehículos que pretenden avanzar desde la calle Maciel hacia la avenida Aconquija era menos importante. El ladrón se fugó manejando a contramano, hacia Salas y Valdez.

“Evidentemente, esperó a que no hubiera tumulto”, conjeturó Silvia Gizzi, una de las madres que presenció el instante en que uno de los hijos de Vargas Aignasse se acercaba a la docente que se encontraba de guardia en uno de los accesos del nivel primario, y le contaba, con susto, que a su chofer lo habían asaltado. En el momento del atraco, la camioneta estaba estacionada a mitad de cuadra.

Paola Cabrera de Gutiérrez -abogada y mamá de tres alumnos de esa institución- consideró necesario que, en los horarios de entrada y salida de los niños, haya una consigna policial, no solamente en este establecimiento, sino en los edificios educativos en general. “Acá hubo una persona que, con niños alrededor, levantó un arma. Estamos hablando de un robo que tiene un agravante”, puntualizó. Según se supo, un grupo de madres le planteó a los directivos la necesidad de solicitar una custodia policial durante el ingreso y la salida de los alumnos.

Al respecto, una hora después -antes de las 14, durante el ingreso del segundo turno de la doble escolaridad-, la directora del primario de esa institución, Analía Aru de Masino, vigilaba las veredas, en compañía de un custodio de una empresa de seguridad privada.

“Estamos muy preocupados por lo que ha sucedido. Y vamos a ocuparnos”, aseguró. En ese sentido, explicó que revisarán el contenido de sus propias cámaras de seguridad, dirigidas hacia los accesos.

El juez de Faltas de esa localidad, Fernando García Hamilton -quien también envía sus hijos a la institución- advirtió que entre los padres hay preocupación. “En esta zona se supo de algunos arrebatos; donde está la secundaria (Lobo de la Vega y Moreno) es peor todavía: hubo algunos casos de asaltos. Mi hija tiene miedo de ir caminando. Sí, estamos intranquilos”, agregó.

La noticia se tomó con sorpresa en la zona. “Aquí puede haber un arrebato como mucho, nunca algo de ese calibre, mucho menos de día”, opinó José López, playero de la estación de servicio de la esquina.

LA GACETA consultó a dos vendedores de golosinas que todos los días se ubican en la calle Maciel a la salida; ninguno dio su nombre y ambos señalaron que no habían visto nada raro.

La investigación

Todas las actuaciones quedaron a cargo de la fiscalía III°, desde donde surgió la orden de secuestrar la camioneta. El rodado se encontraba, hasta el cierre de esta edición, estacionada fuera de la comisaría de Yerba Buena. Ya había sido revisada por personal de Criminalística y, a simple vista, no parecía tener ningún daño en su parte exterior.

“No puedo dar detalles de la investigación porque está en manos de la Justicia, pero ya se está trabajando. En cuanto a la zona en la que ocurrió todo, los móviles transitan por la avenida Aconquija constantemente; además, se trata de un lugar que tiene mucho movimiento e incluso controles de la municipalidad. Por eso, no hay registros de otros hechos de esa magnitud allí”, afirmó el jefe de la comisaría de Yerba Buena, Mauricio Álvarez.


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