El tucumano Saraceno sorprende con sus obras

El tucumano Saraceno sorprende con sus obras

ENTRAMADOS. Tomás Saraceno se inspira en redes de telas de araña. Telam. ENTRAMADOS. Tomás Saraceno se inspira en redes de telas de araña. Telam.
22 Mayo 2016
El arte, la ciencia, la filosofía y la naturaleza se conjugan en las creaciones del artista y arquitecto Tomás Saraceno, nacido en Tucumán y afincado en Alemania, quien participa en la 25 edición de la feria arteBA. En la muestra que cierra hoy se exhiben dos series de sus más recientes esculturas, mientras prepara su primera exposición individual en el país, que será en 2017 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

“Foam” (“Espuma”) es una suerte de móviles que penden del cielorraso y en los que lo experimental se hace presente a través de ideas que van de lo mínimo a lo universal: reproducir o magnificar a través de coloridos fragmentos de plexiglás ese efecto que ocurre cuando las burbujas de una bebida se arremolinan unas con otras dentro de un vaso. La idea parece sencilla y el resultado es un gran impacto visual. “Es una especie de dodecaedro irregular o un tetratricontraedro”, afirma Saraceno en una entrevista con la agencia Télam.

La segunda tanda de móviles están inspiradas en la morfología de las telas de araña, una temática que apasiona al artista, al punto de haber desarrollado un método para escanear las complejas tramas tejidas por arácnidos, una suerte de digitalización que -gracias al aporte de Saraceno- es mejorada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

“Las telas tienen un grado de complejidad que nunca fue estudiado porque no existía una metodología para poder abstraerlas. Gracias a lo que desarrollé se están pudiendo abrir nuevos estudios. La tela es tan finita, cualquier foto es súper injusta, es casi imposible de observar en su complejidad”, explica. En sus búsquedas, el artista llegó a colaborar también con la NASA y con la Agencia Espacial Francesa.

De tucumano tiene poco y nada, aclara el arquitecto que llamó la atención en el mundo internacional del arte contemporáneo con obras impactantes como “In orbit”, una inmensa instalación transparente de esferas que podían ser recorridas a 24 metros de altura en Düsseldorf; o “Cloud City”, una constelación de módulos interconectados inmensos, que exhibió en la terraza del Museo Metropolitano de Nueva York.

Difícil decidir a dónde pertenece este artista que nació en 1975 en Tucumán; se exilió con sus padres en Italia, donde residió hasta los 11 años; regresó a la Argentina para instalarse en San Luis; realizó sus estudios de arquitectura en Buenos Aires y emigró finalmente a Frankfurt primero y a Berlín después, donde vive desde hace quince años.

“Estamos entrando en el Antropoceno -señala-, la nueva era geológica en la que el planeta está cambiando y es producto del hombre, que se transformó en la fuerza más grande que pueda generar un cambio, por ejemplo climático. Y es una fuerza bastante autodestructiva. Hay que tener mucho cuidado. Es muy poca la cantidad de gente que produce el cambio y muchos los que sufren sus consecuencias. Podemos inventar algunas terminologías, aprender otros lenguajes, diálogos y otras formas de comunicación, si no queremos correr el peligro de extinguirnos”.

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