Dilma Rousseff vació su despacho ante la inminencia de su suspensión

Dilma Rousseff vació su despacho ante la inminencia de su suspensión

El Senado votará este miércoles sobre el juicio político por la violación a las leyes presupuestarias.

EL DESPACHO VACÍO DE DILMA ROUSSEFF. REUTERS EL DESPACHO VACÍO DE DILMA ROUSSEFF. REUTERS
10 Mayo 2016
BRASILIA, 10 mayo (Reuters) - La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, jugó el martes su última carta para mantenerse en el cargo, con una petición al Supremo Tribunal Federal un día antes de que el Senado decida si enfrentará un juicio político por incumplir las leyes presupuestarias del país.
Eduardo Cardozo, principal abogado del Gobierno, pidió al Supremo Tribunal que anule el proceso de juicio político, informó la Abogacía General de la Unión (AGU) de Brasil.
Previamente, el presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, revocó una controvertida decisión que había tomado horas antes para anular una votación sobre el proceso. Esto implica que el pedido al máximo tribunal es la última esperanza de la presidenta para impedir que avance el juicio en su contra.
La marcha atrás de Maranhao el martes tras su inesperada decisión de la víspera, cuando argumentó fallas de procedimiento, finalmente allanó el camino para que el Senado siga adelante el miércoles con la votación que definirá si se inicia o no el juicio político, tal como estaba previsto.
Si, como se espera, una mayoría simple del pleno aprueba el proceso, el vicepresidente Michel Temer asumiría como mandatario interino, y podría quedarse hasta las elecciones de 2018 si la líder es declarada culpable y finalmente destituida.
Ante un panorama sombrío que parece vaticinar el fin de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de izquierda, al que pertenece Rousseff, seguidores de la presidenta bloquearon las calles y prendieron fuego a neumáticos en manifestaciones en Sao Paulo, Brasilia y otras ciudades.
Sindicatos y el propio PT convocaron a una huelga nacional para resistir lo que califican como un "golpe de Estado" contra la democracia.
"La presidenta Dilma (Rousseff) está decidida a defender la Constitución porque ella fue elegida por el pueblo, y apelará ante el Senado, el Tribunal Supremo y la sociedad brasileña", dijo el ministro de Trabajo, Miguel Rossetto, a periodistas.
La legalidad de la inminente remoción de Rousseff fue cuestionada por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien dijo que buscaría la opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La decisión de Maranhao el lunes de anular la votación de abril de la Cámara baja había provocado un desplome de los mercados brasileños. Pero el martes, el real y el índice Bovespa se fortalecieron, en un reflejo de la expectativa de los inversores de que un nuevo Gobierno sea más afín al mercado.
Maranhao no explicó los motivos para retractarse de su sorpresivo anuncio en el comunicado al Senado en el que informó su decisión. El lunes había mencionado "fallas en el procedimiento" para anular la votación que había recomendado al Senado que juzgase a Rousseff.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, dijo el lunes que Maranhao estaba "jugando con la democracia" y prometió que la Cámara alta decidiría sobre el asunto el miércoles. La votación se realizaría a las 2300 GMT tras una sesión repleta de discursos de distintos senadores.
BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, retiró sus fotografías personales y vació las estanterías de su despacho, situado en el tercer piso del Palacio de Planalto, en una señal de que podría haberse resignado a perder su cargo en la votación que celebrará este miércoles el Senado.

En la que podría ser una de sus últimas reuniones como mandataria, Rousseff recibió el martes al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), mientras los guardaespaldas intentaban evitar que los fotógrafos capturaran las evidencias de un posible traslado inmediato.

Aunque los abogados del Gobierno pidieron al Supremo Tribunal Federal que detenga la votación en el Senado, un asesor dijo en privado que Rousseff espera recibir el jueves la notificación oficial de su suspensión por cargos de que violó las leyes presupuestarias del país.

La sesión especial del Senado, que se espera apruebe el inicio de un juicio político contra la presidenta izquierdista, podría prolongarse hasta bien entrada la noche del miércoles.

El vicepresidente, Michel Temer, será nombrado entonces presidente interino mientras dure un juicio que podría prolongarse hasta seis meses, y Rousseff podría ser destituida de forma permanente si es condenada. La mandataria negó haber cometido irregularidades.

La primera presidenta de Brasil, de 68 años, tiene previsto abandonar el futurista palacio presidencial acompañada por aliados políticos cercanos, descendiendo la rampa que subió dos veces con anterioridad para tomar posesión del cargo en 2011 y de nuevo en 2015, comentó el asesor.

Sindicatos, artistas y otros movimientos sociales, que han permanecido leales a ella pese a la profunda recesión y un gran escándalo de corrupción que vio desplomarse su popularidad, han prometido encontrarse con Rousseff en las calles para protestar.

Si es suspendida, Rousseff seguirá teniendo acceso a su residencia oficial del Palacio de la Alvorada, así como a una plantilla de 300 personas, durante el juicio. Su personal está negociando entre 15 y 20 asesores personales más y el acceso a un avión de la Fuerza Aérea, afirmó el asesor.

En los salones del Palacio presidencial hay un aire de melancolía. Gran parte del personal que continúa está evaluando cuáles serán sus próximos pasos. "Lo que más he estado haciendo es romper papeles", señaló una fuente de palacio.

A pesar de su despacho vacío, Rousseff ha mantenido sus apariciones públicas, encuentros y viajes, como si sus días en el cargo no estuvieran contados. Cuando un asesor le preguntó si mantendría sus planes de un reciente viaje, Rousseff respondió: "¿Qué más podría hacer? ¿Dejar de gobernar? Sigo siendo la presidenta", consignó la agencia Reuters. 

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