La alegría le duró poco a Dilma Rousseff

La alegría le duró poco a Dilma Rousseff

El jefe interino de Diputados anuló la votación, pero el presidente de la Cámara Alta ratificó que mañana decidirán si habilitan el trámite Waldir Maranhao basó su decisión en que se habrían producido vicios en el procedimiento. Rousseff pidió calma a sus seguidores. Campesinos ocupan una hacienda de Temer

FELIZ. Dilma sonrió durante la presentación de una nueva universidad. reuters FELIZ. Dilma sonrió durante la presentación de una nueva universidad. reuters
10 Mayo 2016
BRASILIA.- El proceso de destitución de la presidenta, Dilma Rousseff, ha desatado una guerra entre las instituciones brasileñas.

Tras un nuevo giro impredecible en la crisis política del país en el que el presidente en funciones del Parlamento, Waldir Maranhão, suspendió ayer el proceso de destitución de Rousseff, el Senado ha decidido ignorarlo y mantener el calendario previsto hasta ahora. Ante el embate entre la Cámara Alta y Baja, se espera que el Tribunal Supremo (Corte Suprema de Justicia) interfiera, una vez más, en el destino político del país. La situación es confusa hasta para los analistas políticos: “Amigos, tengo un doctorado en este asunto, pero no tengo la menor idea de lo que está ocurriendo”, afirmaba Maurício Santoro, un politólogo brasileño en sus redes sociales.

Cabe recordar que el proceso de abertura de la destitución de Rousseff fue aprobado en el Parlamento entre los días 15 y 17 de abril y estaba previsto que el Senado votase mañana la destitución de la presidenta. Dilma y sus aliados ya daban por descontado que una mayoría simple de los 81 senadores apoyaría su salida durante, por lo menos, 180 días, hasta que el proceso concluya con su destitución definitiva.

Las decisiones contradictorias de los jefes de Diputados, Waldir Maranhao; y del Senado, Renán Calheiros, se conocieron con apenas siete horas de diferencia.

La conmoción política por esta puja se produce en momentos en que manifestaciones a favor y en contra del juicio político eran convocadas en la ciudades de Brasilia y San Pablo. Además, los movimientos sociales alineados con el Gobierno ocuparon ayer el segundo piso del Palacio del Planalto para “evitar el golpe” contra la Presidenta.

En ese contexto, Rousseff pidió “cautela” al conocerse la decisión de anular la votación de la Cámara de Diputados decidida por Maranhao, quien fundó su resolución en la ausencia de determinadas garantías de defensa de la mandataria y en otros vicios del procedimiento.

Brasil estuvo en vilo ayer toda la jornada: al acoger un pedido del abogado del gobierno, José Cardozo, el diputado interino Maranhao se alineó con el Gobierno y anuló la sesión de votación, por lo que pidió que el expediente volviera del Senado para realizar nuevamente el juzgamiento en la Cámara Baja.

Pero horas después, el presidente del Senado rechazó devolverle el proceso a Diputados y mantuvo que mañana será el día de la votación sobre Rousseff.

La Cámara Alta -si la votación llega a concretarse y no media una intervención de la justicia, necesitará mayoría simple, 41 de los 81 senadores, para aprobar la suspensión por 180 días de Rousseff en su cargo. Ese número de votos encendería la luz verde para la asunción del vicepresidente, Michel Temer.

“No se puede jugar con la democracia”, dijo Calheiros, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) del vicepresidente Temer. Calheiros fue aclamado por la oposición y se transformó en el hombre fuerte de la llamada “transición” hacia un gobierno de Temer.

Cóctel explosivo

La cuestión es que la falta de acuerdo entre Diputados y Senado convierte la votación del juicio político en un barril de pólvora social: el movimiento Sin Tierra ocupó ayer con 1.000 familias una hacienda usada por Temer en el estado de San Pablo y movimientos sociales ocuparon el Palacio del Planalto para resistir “al golpe de Estado en curso”.

Los opositores, por su parte, también convocaron a manifestaciones en las calles para protestar contra Maranhao, diputado del Partido Progresista (PP) que votó contra el juicio político y reemplazó en el cargo al proceso y suspendido Eduardo Cunha, llamado el “comandante” del golpe y acusado de corrupción. (Télam)

Comentarios